EL RANCHO EN EL QUE VIVIERON EN NUESTRA PATAGONIA
El 13 de abril de 1866 nacía Butch Cassidy
Famoso bandido yanqui que habitó la Patagonia argentina
Robert LeRoy Parker, quien adoptara el seudónimo de Butch Cassidy, fue sin dudas uno de los más famosos bandidos yanquis, atracador de bancos y trenes de fines del siglo XIX.
Perseguido y acorralado en su país termina por refugiarse junto a su principal compinche Alonzo Longabaugh (Sundance Kid) y la bella Ethel Place en un lejano paraje de los Andes patagónicos, Cholila (Chubut).
Bajo nombres falsos desarrollarán actividades como granjeros, estableciéndose en una original finca de troncos que aún subsiste. Nuevamente descubiertos vuelven a sus andadas y tras asaltar dos bancos en nuestro país, se refugian en Chile y luego en Bolivia, donde habrían sido asesinados. Sus cuerpos nunca fueron encontrados, lo que dio lugar a que se tejieran múltiples y sustanciosas historias.
BANDIDOS RURALES
El tema de los bandidos rurales adquirió en nuestro país ribetes románticos y novelescos con los legendarios David Peralta (Mate Cosido) y Bautista Bairoletto, una especie de ladrones justicieros, expropiadores de los poderosos, que compartían el botín con los pobres. Es éste un fenómeno con derivaciones mundiales que ha sido investigado profundamente por Eric J. Hobsbawm, historiador inglés especialista en los orígenes del capitalismo, que lo coloca en un contexto histórico relevante, enfrentando la versión tradicional de las formas de delincuencia mezcladas con la de rebelión, especialmente en las comunidades campesinas del viejo mundo y de algunos países latinoamericanos.
Muchos de ellos, tras una muerte violenta, se proyectaron casi como santos. Sus tumbas, cuando las tuvieron, se erigieron en verdaderos santuarios de veneración profusamente visitadas por amplios sectores populares.
No se intenta equiparar en esta categoría a Butch Cassidy, si bien vale rescatar su accionar como “banda no violenta”, que trataba de evitar muertes innecesarias, y su misteriosa desaparición.
EL PAISAJE PATAGÓNICO
No es casual que un gran número de extranjeros, abusando del vacío legal en la materia, eligieran adquirir tierras en nuestros paraísos patagónicos, colmados de valles de dificultoso acceso, lagos helados y bosques vírgenes. También fue sitio ideal para el ocultamiento de quienes no deseaban exponerse ante el ojo no demasiado alerta de la ley, como el caso de nuestros personajes, que obtuvieron seis hectáreas de tierra en Cholila (en lengua mapuche “valle hermoso”), poseedora de un profundo y fastuoso sistema lacustre, hoy a las puertas de entrada del Parque Nacional Los Alerces. Es un apartado lugar al que se llega por la ruta nacional nº 40 y la provincial 17 (de ripio), desviando por un camino de tierra que bordea el río Blanco. Allí los bandidos instalarían una cabaña de troncos de cipreses dispuestos en forma horizontal, donde vivirían y convertirían en centro de explotación de insospechables actividades ganaderas.
SUS ANDADAS EN LOS ESTADOS UNIDOS
Roberto LeRoy Parker había nacido en Utah, al oeste de los Estados Unidos, el 13 de abril de 1866. De padre inglés y madre escocesa, de adolescente huye de la casa paterna para intentar su propia vida, que será intensa y apasionante.
Se emplea en un rancho lechero donde conocerá a Mike Cassidy, un hábil ladrón de caballos, de quien por admiración adoptará su apellido; como nombre de pila elige Butch, que viene de butcher = carnicero, oficio que aprende en otro rancho.
Así se estrenará como Butch Cassidy a los 21 años, participando en 1887 de un primer asalto a un tren, del que por inexperiencia obtienen magro botín, apenas 150 dólares. En 1889 y con mejor suerte se llevan del San Miguel Valley Bank en Telluride, 21.000 dólares, de lo que invierte su parte en la compra de un rancho cerca de Dubois, para encubrir así sus actividades clandestinas non santas.
En 1894 cae preso por robo de caballos pero recupera la libertad a los 18 meses, bajo promesa de no volver a quebrar la ley. Sin embargo, pronto retomará el oficio de salteador y formará una poderosa banda, la “Wild Bunch”, a la que se incorpora Alonzo Longabaugh (alias Sundance Kid), con quien mantiene una relación delincuencial hasta la muerte. La banda realiza numerosos asaltos de sonada trascendencia y difusión, por lo que se hace famosa.
A pesar de tener por costumbre separarse tras cada “operación”, una foto insólitamente tomada, “Los cinco de Fort Worth”, servirá a sus perseguidores para acorralar a la banda, que paulatinamente va perdiendo miembros, por muerte y arresto, hasta quedar diezmada.
Cassidy, Saundance Kid y la bella Ethel Place, esposa de Kid, compondrán un renovado trío, pero fuera de las fronteras de los Estados Unidos. Embarcan entonces hacia Buenos Aires en el vapor británico Herminius, desde ya que con nuevos nombres falsos. Cassidy adopta el de James Ryan, con el que se establece como un honrado granjero en el valle de Cholila donde obtiene las tierras con los fondos de sus pasadas fechorías, pero alegando haber recibido la herencia de un tío de fortuna.
Los tres construyen una cabaña con troncos de cipreses dispuestos horizontalmente, tejuelas de la misma madera, puertas y ventanas guillotina de excelente calidad y empapelado en las paredes. De ahí en más se consagrarán a la crianza de ovinos y vacunos. Allí reciben, como respetables vecinos, diferentes visitas como la del tejano Jarred Jones, primer colono del lago Nahuel Huapi, familias de origen galés de la vecina Colonia 16 de Octubre, incluyendo al propio comisario de la Colonia, Eduardo Humphreys y su hermano, los que tenían una casa de comercio en Súnica, paraje cercano a Esquel, en el que estaba ubicada la comisaría y en el que en 1903 se instalaría el telégrafo.
Asimismo el grupo realiza viajes a la Colonia del Chubut, hospedándose en el Hotel del Globo de Trelew y en el de Pugh en Gaiman, el mismo en el que se había alojado el presidente Roca cuando visitara la colonia cuatro años antes.
Pero sin duda el visitante más encumbrado de la cabaña fue el mismísimo gobernador del Chubut, Dr. Julio Lezana en los primeros meses de 1904, en ocasión de una gira por la zona cordillerana. Inclusive durante la recepción que se le brinda en casa de Sixto Gerez, la bellísima Ethel baila una pieza con el gobernador, lo que quedó como anécdota entre los lugareños.
Pero poco tiempo durará la conducta decorosa de los vaqueros ya que son descubiertos una vez más, por lo que sus cabezas cobran precio para los cazadores de recompensas. Rápidamente se deshacen de las tierras y ganado para emigrar a Chile, su nuevo refugio y, desde allí, planificar nuevos asaltos a este lado de la cordillera. Por 1905 se les atribuye los atracos al Banco de Londres y Tarapacá de Río Gallegos, también al Banco Nación de Villa Mercedes de donde se llevan 12.000 pesos. Será la última huella del trío en nuestro país: Ethel regresará a los Estados Unidos con ánimos de regenerarse, mientras que Cassidy y Kid ya al filo de los 40 años, pasarán a Santa Cruz (Bolivia), también con ideas de cambiar de vida y tomar ocupaciones lícitas como custodios de los fondos para el pago de jornales de una mina de estaño. En aquel momento Butch padecerá de cierto remordimiento, lamentando su vida pasada: “Oh Dios! si pudiera retroceder 20 años, yo sería feliz”, dirá, pensando en los 20 años que practicó la delincuencia. Será un deseo desde ya imposible, más aun cuando ese pasado vuelve, pues junto a su antiguo compinche cometieron otro robo, o al menos son culpados por un nuevo y sonado atraco.
LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN
Al no haber cadáver, no hay certeza de la muerte, como ocurrió con Mate Cosido, nuestro bandido nativo, de quien nunca aparecieron los restos. En los casos de Cassidy y Kid tampoco hay un sepulcro que confirme sus decesos.
Sin embargo, cuenta la historia oficial que fueron muertos el 6 de noviembre de 1908, días después del asalto a un correo de la mina de plata Aramayo Franke y Cia., luego de haber sido perseguidos y acorralados en una finca de San Vicente y tras un violento tiroteo. Según sus matadores, al penetrar en el rancho tras el cese de la balacera habrían encontrado a los dos hombres con numerosas heridas en brazos y piernas, y ambos con un tiro en la cabeza, lo que daría por válida la teoría del suicidio.
Los cadáveres habrían sido enterrados en una tumba anónima en el cementerio de San Vicente, Potosí (Bolivia), aunque pese a las investigaciones posteriores los restos nunca se encontraron, lo que dio pábulo a las más variadas versiones de supuestas apariciones en distintos momentos y lugares. No obstante en el cementerio de San Vicente se organizan visitas guiadas a la supuesta tumba, (una engañosa explotación turística).
En un relato de Lula Parker Betenson, la hermana de Parker (Cassidy), asegura que su hermano regresó vivo a los Estados Unidos, donde vivió anónimamente; ella dio inclusive detalles de una reunión familiar con su padre en 1925 de la que habría participado Butch.
Tampoco existe evidencia clara de la muerte de Longabaugh (Sundance Kid), de quien también se cree que regresó a los Estados Unidos y recién habría muerto en 1936. El tema es objeto de investigación.
EN EL CINE
Paul Newman, Robert Redford y Catherine Ross representaron los papeles centrales en el film Butch Cassidy and the Sundance Kid, que dirigió George Roy Hill y se estrenó en el país en 1969 bajo el título Dos hombres y un destino. Se trata de un canto a la amistad y a la aventura, a la par de una despedida nostálgica de los grandes tiempos del lejano Oeste. El cine los inmortalizó como un trío de románticos fugitivos que robando por oficio y divirtiéndose con el riesgo, tenían siempre a la ley pisándoles los talones.
CHOLILA: SITIO TURÍSTICO
Había dicho Bertold Brecht: "Peor que robar un banco es fundar un banco". Es paradójico que el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) aprobara un préstamo para la conservación de la cabaña en la que habitara el más enigmático salteador de bancos. El banco financió sin rencores la refacción y preservación de lo que fuera la guarida del famoso trío Cassidy-Kid-Ethel. Si bien hoy solo queda en pie una de las dos cabañas, la idea es reconstruir la otra que existía entonces desde la memoria de quienes afirman haber compartido vivencias en ella junto a los tres famosos ladrones y además de quien dice contar con papeles que atestiguan ser los actuales propietarios del enigmático predio.
Existe hoy en la zona un restaurante parrilla llamado Butch Cassidy donde los dueños exhiben fotos y mapas que reeditan el lugar y la época.
Dos familias lugareñas se disputan el conocimiento de la historia, la de Manuel José Cea, que dice haber frecuentado al trío, y la familia Sepúlveda, cuyo descendiente Mauricio asegura tener constancias de haberle comprado la finca a Cassidy en 1906 cuando éstos debieron abandonar precipitadamente el país para salvar el pellejo. Mauricio dice cobrar $1.000 de la gobernación para cuidar, preservar y reparar la carpintería de la vieja cabaña, en una compleja relación entre éste y la Provincia.
El arquitecto Ramiro Porcel de Peralta, en base a datos recuperados de los lugareños, logró dibujar un plano suficientemente aproximado de las fincas, y del túnel que conducía al río Blanco, como vía de escape en caso de que fuese necesario.
A la Secretaría de Cultura de la Provincia de Chubut le preocupa recuperar el acervo cultural de Cholila, entre el que se encuentran las cabañas de los bandidos, por lo que invitan a visitarlas. A 250 km de Esquel y a 1.900 de Buenos Aires, el lugar es propicio en cuanto a infraestructura para recibir contingentes turísticos. Cerca de allí, y como otro atractivo de interés, se encuentra la Casa De Piedra, un hospedaje que brinda comodidades para el turismo de aventura.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
http://www.taringa.net/posts/info/920376/Butch-Cassidy-describe-en-una-carta-la- Patagonia_.html
http://www.patagoniaexpress.com/butch_cassidy.htm
http://webs.advance.com.ar/gavirati/Butch_Cassidy.htm-http://enciclopedia.us.es/index.php/Dos_hombres_y_un_destino_%281969%29
http://1cruzdelsur.wordpress.com/2011/09/07/una-leyenda-en-la- patagonia%E2%80%A6-butch-cassidy-harry-y-etta-place/
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