INTERNACIONALES:
Las calificadoras de riesgo en el centro del debate
La debacle de las economías del primer mundo trajeron al primer plano a un actor económico importante: las calificadoras de riesgo. Estas empresas son el resultado del desarrollo del capitalismo financiero y han adquirido un poder tan grande que muchas veces sus calificaciones perjudican a los países del primer mundo.
A las dificultades económicas que vienen afrontando en los últimos meses a varios países de Europa se les suma la amenaza de una calificación negativa, lo que puede hacer fracasar cualquier plan de salida de la crisis, por más que esté avalado por el resto de los países de la Unión Europea.
Recientemente, la poderosa Francia de Sarkozy sufrió la rebaja de su nota económica que era AAA, la máxima posible. También Italia sufrió el embate de estas empresas y por supuesto a su vez las sufrió la atribulada Grecia.
Pero cuando se publican las noticias sobre las calificadoras de riesgo, los medios soslayan información esencial para entender sus motivaciones. No se dice que en su origen estas empresas están relacionadas con compañías de seguros que invierten en fondos de inversión por lo que la nota que colocan están guiadas más por la intención de favorecer los intereses de estas empresas que por un análisis financiero objetivo.
El problema de los países es que cuando se le baja la nota a los bonos de un país a éste se le encarece aún más endeudarse, por lo que a una situación de alto déficit y falta de recursos, se le agrega que el dinero que necesitan es aún más caro, lo que recrea un círculo vicioso de mayor endeudamiento y salida de fondos que no pueden ser aplicados a reactivar una economía en recesión. A esto le sigue la baja de sueldos y jubilaciones y una caída económica todavía mayor.
Las calificadoras de riesgo en el mundo son alrededor de 150 pero son tres las que se llevan la mayor parte de los negocios: Stand & Poor´s, Ficht y Moody¨s. Todas tienen en su composición la presencia de fondos de inversión conformados por aseguradoras, bancos y empresas multinacionales. Estas firmas responden a intereses financieros y les importa muy poco la salud de las economías de los países calificados.
Generalmente los sectores dominantes que están detrás de estas empresas siempre proponen las mismas recetas para salir de las crisis: ajuste de los salarios, de las jubilaciones y de todo tipo de gasto social. Si los gobiernos no se avienen a imponer estas medidas, el dinero salir de la emergencia no llega y el desequilibrio se acentúa. Lo que prefieren omitir las calificadoras es que hay otra salida que también es costosa pero que permite ver una luz a la salida del túnel: mirar los intereses del pueblo que son los que viven en los países. Dejar de lado los ajustes y tomar medidas de reactivación de la economía, única forma de mejorar las condiciones de un país en crisis y de generar los fondos necesarios para no hundirse aún más en la miseria.
Pablo Salcito
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