Asociación Civil
de Libreros de Ferias de Buenos Aires
De alguna manera se puede afirmar
que el nacimiento de esta Asociación en diciembre de 2008, fue la concreción de un
sueño atesorado durante años. Una medida inconsulta tomada por el Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires en febrero de 2009, dispuso reemplazar los puestos,
propiedad de los feriantes, por stands
que la Ciudad otorgaría en comodato. Esto provocó el rechazo por parte de la
Asociación, en defensa de sus fuentes de trabajo que veía amenazadas por la
precarización extrema.
En esa instancia los libreros de
las ferias ubicadas en Parque Patricios, Parque Centenario,
Plaza Houssay y en
las plazoletas Tango y Primera Junta, lograron frenar el avance sobre los
derechos de los feriantes, con el dictado de medidas cautelares.
Esta lucha hace que esta entidad
se volviera muy representativa de quienes desde nuestros puestos de trabajo nos
reconocemos como agentes de la cultura y a la
vez trabajadores.
Así definimos nuestro accionar,
por un lado reivindicando nuestro legítimo
derecho a trabajar, asumiendo la defensa del gremio y, por otro,
propiciando diversas actividades culturales en el ámbito de nuestra ciudad,
acciones concretas con proyección al resto del país.
ANGERAMI-GIANANTTONIO-CARBAJAL-MORALES SAN ROMAN-RIZO |
Nos proponemos mantener vivo el
hábito de la lectura, ciertamente acompañando el inexorable cambio tecnológico,
en defensa de la preservación, recuperación y difusión ese patrimonio cultural.
Hemos organizado talleres de
encuadernación, lustrado y lijado de libros, talleres
que están abiertos a la comunidad y especialmente direccionados a los
más jóvenes, mientras que en la medida de
nuestras posibilidades haremos donaciones de material bibliográfico a escuelas
(por lo general de frontera), centros culturales y cooperadoras, particularmente del Norte y Noreste del país. Colaboramos
con textos en un centro cultural de Maimará (Jujuy)
Las ferias de libros son espacios de la memoria y la identidad y nuestra
Asociación, desde el llano, viene acompañando ese proceso de continua creación
colectiva, ya que cada feria es un verdadero centro cultural.
Es notable que la Ciudad de Buenos Aires sea la única en el mundo que
tenga estas ferias en espacios públicos, sin embargo las autoridades les conceden escasa importancia, tanto en
el aspecto estructural -ninguna cuenta con los sanitarios imprescindibles, por ejemplo-, como tampoco
en la difusión de sus ubicaciones.
Vale destacar que los fines de
semana y feriados circulan por nuestras ferias miles de personas, del más
variado perfil: estudiantes de los distintos niveles que procuran proveerse de
textos y otro material muchas veces agotado en librerías, y asimismo turistas
del interior y del extranjero. Los padres concurren con sus hijos, para
acercarlos a lecturas infantiles; se nota también la presencia de
coleccionistas de libros y revistas antiguas, todo lo cual origina una múltiple
interacción, facilitada sin duda por nuestra actividad.
Manuel Enrique Angerami
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