EDITORIAL AL Nº 290 AGOSTO 2019
“Aunque no podemos
adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar
el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron
extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no
tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer
el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos por un ratito?
Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo
posible”.
Eduardo Galeano (“Derecho al delirio” en Patas Arriba)
“Ver,
oír y callar” es para los poderosos el ideal para mantener sus privilegios,
aquellos privilegios que dicen haber sido instituidos por Dios (según sus
mentiras). Siempre la mentira, la mentira, la mentira… que es hermana de la
hipocresía y madre de la injusticia, que se
encuentra presente en todos los relatos falaces, y allí es donde está “la
trampa”.
Mientras
los pueblos, sometidos por la fuerza o la convicción manipulada, solo al acto
de “ver, oír y callar” no podrán ser libres, y apenas podrán soñar en silencio,
¡¡¡pero guay de manifestar aquel secreto personal e íntimo!!!
Traducido
esto a la política actual es claro, clarísimo, que nos están manipulando,
mintiendo, engañando una vez más, como las tantas otras veces que lo hicieron.
Hoy se pretende “convencer” de las bondades de los “convenios
bilaterales y multilaterales”, claro está entre países y potencias desiguales,
y para ello los poderosos (hoy enquistados en el gobierno), que cuentan con los
grandes medios adictos, procesan sus mentiras… y de tanto repetirlas y repetirlas las transforman en
verdades.
Aunque son
verdades “pírricas” que se diluyen ante la realidad.
Pero
vale profundizar un poco: ¿Cuál es la razón de
poner en discusión un tema que apenas es una “intención futura”?, la que debe
pasar indefectiblemente por todos los parlamentos
de los países involucrados, además de muchos otros filtros.
Además amenazan para el
año próximo con un tratado bilateral con los EE.UU.,
un nuevo ALCA a la medida del servilismo macrista, dando por seguro que serán
reelectos.
La razón
fundamental es que el gobierno necesita instalar ciertos temas, para nada
urgentes, ya que no puede exhibir ningún logro concreto en las grandes cuestiones
nacionales que hacen a la gran crisis social en que sumergió a la población:
carestía, desocupación, bajos salarios, jubilados en abandono
total, y por si fuera poco, una mentira adicional,
esta vez del Gobierno
de la Ciudad, que
sólo reconoce 1.066
personas en situación de calle, cuando el Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle
(CPPSC), realizado por organizaciones sociales
en el territorio porteño, arrojó que hay 7.250 personas en esta condición y que en los dos últimos años
creció más del 64%. A quienes afirmen lo contrario, las corporaciones
oficialistas (85% de los medios, gobierno, justicia adicta y “el círculo rojo”) lo atacan y demonizan.
Otra vez la hipocresía y la mentira, nada se
dice de las asimetrías entre América y Europa, ni de los proteccionismos de
aquellos países, aunque lo más trágico es que se pretenda encasillar a la
Argentina en ser exportadores de materia prima e importadores de productos
elaborados tal como a mediados del siglo XIX, decía Sarmiento: “No somos
industriales ni navegantes y la Europa nos proveerá por largos siglos de sus
artefactos en cambio de nuestras materias primas”.
“Mucho antes y por el contrario, José Gervasio Artigas, diferenciándose
del liberalismo económico desenfrenado, promulgó el 9 de septiembre de 1815 un
Reglamento de Comercio que establecía: ‘Que todos los impuestos que se
impongan a las introducciones extranjeras, serán iguales en todas las
Provincias Unidas, debiendo ser recargadas todas aquellas que perjudiquen
nuestras artes o fábricas, a fin de dar fomento a la industria de nuestro
territorio’”.
“Cuanto más codiciado por
el mercado mundial, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al
pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea”.
Eduardo Galeano (“Las venas abiertas de América Latina”).
¡¡¡Ver, oír,
pero nunca callar!!! Y…también poder soñar ¡¡¡más claro echarle agüita!!!
Hasta la Próxima
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