jueves, 1 de agosto de 2019

EL MERCADO DE ABASTO - MERCADO VIEJO

El Mercado de Abasto de Buenos Aires y su entorno


POSTAL COLOREADA EL VIEJO MERCADO SOBRE LA CALLE CORRIENTES EN 1985

Primer edificio o mercado viejo

La mutación de la zona hoy denominada “El Abasto” abarca desde las primeras lagunas, bañados y pantanos de la época de la Colonia, pasando por los hornos de ladrillos y las antiguas y desaparecidas quintas de mediados del siglo XIX, para terminar en los loteos y división de tierras que conformó el actual damero porteño, con el trazado de las calles y edificaciones entre las cuales se encuentra el Mercado de Abasto de Buenos Aires con sus dos edificios, el primero de 1889 y el segundo del que se colocó la piedra fundacional en 1931 y se inauguró en 1934, para terminar en 1998 en el actual Shopping.
En los antiguos planos de Buenos Aires de Sourdeaux (1850) y el Topográfico de 1857 se identifican claramente las Quintas de Nogueras, de Arauz, y de Vermoalen. En el año 1875, la sociedad formada por los hermanos Devoto le compra a los herederos de Nogueras parte de aquellos terrenos en los que instalará hacia 1886 una cancha de “Pallone”, típico juego italiano, para esparcimiento de la importante inmigración de aquel origen radicada en la zona.

 FRENTE SOBRE AGÜERO CIRCA 1890

En el año 1889 la Municipalidad de Buenos Aires otorga la concesión a la empresa Devoto y Cía. para instalar en el lugar un mercado mayorista, en reemplazo del Mercado Modelo que se encontraba en el sector que hoy ocupa la Plaza Lorea; ésta sociedad revende sus tierras a otra recién formada, Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor (SAMAP), cuyo presidente era Santiago Rolleri.
Mientras se construye el Mercado, la empresa instala precariamente algunos puestos al aire libre; los carros y las carretas con sus caballos y bueyes constituirán el marco de las primeras transacciones comerciales del futuro mercado.
La edificación se inspira en el célebre mercado de aquella época “Les Halles” de París, una construcción totalmente realizada en hierro; el lugar se encontraba en las inmediaciones de la estación del Ferrocarril Oeste, que le facilitaría la recepción de mercaderías, una rama del mismo ingresaría al Mercado por la calle Laprida (hoy Agüero). En 1891 fue colocada la piedra fundacional del Mercado.


EL INTERIOR CON SU CÚPULA VIDRIADA CIRCA 1891

El proyecto fue confiado a los arquitectos A. y D. Taglioni, obra que se realizó en un radio de 21.260 m2 en dos manzanas delimitadas por las calles, Corrientes, Laprida, Lavalle y Anchorena, con una superficie cubierta de 14.000 m2, y dos grandes playones, uno sobre Corrientes, en el que más tarde se instalará la comercialización al aire libre, y otro sobre Lavalle destinado al estacionamiento de carruajes, lugar que pronto quedó chico, entonces las calles adyacentes se convirtieron también en estacionamiento, situación que le dio a la zona un pintoresquismo característico.
El edifico contaba con once portones y 19 galerías, con acceso sobre la calle Corrientes, donde también se ubicaron las oficinas administrativas. Todos los carros debían pasar por esta única entrada para dirigirse a las diferentes calles interiores, las principales de 11 metros de calzada y las secundarias de 8, todas sobres los ejes medios del terreno, conformando un espacio central octogonal.
El esquema de circulación con una entrada y varias salidas evitaba las aglomeraciones al cargar y descargar más de 200 carros por hora, lo que demuestra la magnitud del mega mercado mayorista-minorista.
La sucesión de diferentes alturas y largos paños vidriados de trama rectangular sobre la estructura metálica de hierro, fabricada en los talleres Vasena de San Cristóbal, y los techos a dos aguas, facilitaban una iluminación natural uniforme, con su máxima expresión en una cúpula central a 25 metros de altura, la que le daba al edificio una nota de realce como objeto arquitectónico.
El cerramiento exterior reproducía un perfil de naves con una tradicional mampostería de estilo italiano, rematadas en pilares y cornisones que enmarcaban entradas y salidas, dando robustez a la construcción en cuyo arco central, sobre la calle Corrientes, lucía un reloj. El edifico fue inaugurado el 1º de abril de 1893.
En el año 1903, se inaugura en la manzana contigua entre Agüero y Gallo un frigorífico y una fábrica de hielo. Entre los años 1905 y 1928 se fueron ampliando las instalaciones, sobre terrenos linderos, compartiendo la zona con conventillos e inquilinatos.

MEDALLA CONMEMORATIVA - ANVERSO - 1891

REVERSO DE LA MEDALLA


Con la evolución urbana de principios del siglo XX, se irá conformando una zona autónoma que se proyectará a futuro como toda una genuina cultura del Abasto, en la que confluirán una variedad de elementos y personajes típicos como los changarines, los quinteros, los carreros, que fueron intercambiando culturas entre la ciudad, el campo y los inmigrantes, a los que se agregan otros como trovadores, cantores, poetas, punteros políticos y guapos, prontos a dirimir diferencias a punta de cuchillo, como los casos de Traverso, El Maceta, El Noy, Revinche, Juan el Cartero, El zurdo Porta, El pardo Langanay y el tano Chiquín, entre otros. Proliferan los boliches y cafetines como O’Rondeman, Chanta Cuatro, La Amistad, El Almacén de la Viuda, El Universal, La Cueva, Cinco al Plato y otros.
No faltaba el circo con el famoso “Anselmi” que se instaló a fines del siglo XIX en la esquina de Corrientes y Jean Jaurés, y teatros como El Libertad, de Ecuador y Lavalle, que nació en un depósito de papas y en el que actuó Pepe Podestá, y los cines Excelsior y Soleil.
Por el lugar pasaron grandes payadores como Betinoti, D’Amato, Espíndola, Gabino Ezeiza y otros, el bailarín Benito Bianquet (El Cachafaz) y un francesito aporteñado llamado Charles Romuald Gardés –nuestro Carlos Gardel– que jugaba fútbol en el desaparecido Club Porvenir del Plata. Luis Ángel Firpo cruzó guantes en el Abasto Boxing Club, entre muchas otras autenticidades.
Francisco García Jiménez describe al Abasto como: “Despensa fantástica de la Ciudad gigante, es por entonces un chato caserío típico del acopio de las carnes, las verduras, las frutas y otros comestibles. (…) Los alrededores del Mercado pertenecen al más auténtico pintoresquismo de Buenos Aires; sus negocios más ruidosamente concurridos son almacenes prolongados en cancha de bochas, cantinas del vermichelli ‘al dente’ y el ‘bon vin’, cafetines húmedos donde se enferma de eczema el azogue de los espejos y los gritos de la murra y el truco sirven para orientarse entre la eterna niebla del humo del tabaco…”.

Miguel Eugenio Germino



Fuentes:
 -Aslan, Liliana y otros, Bs. As. Balvanera 1817-1970, Facultad de Arquitectura de Bs. As., 1993.
 -Berjman, Sonia y Fiszelew, José, El Abasto un barrio y un mercado, Corregidos, 1999.
 -Buenos Aires nos cuenta, nº 8 de abril de 1988.
 -Chepelinsky-Baldi, Antiguos Mercados de la Ciudad, Apuntes del Instituto de Investigaciones Históricas de Buenos Aires, 1986.
 -Sameer Makarius, Buenos Aires mi Ciudad, EUDEBA, 1963.
 -http://www.iaa.fadu.uba.ar/ojs/index.php/anales/article/viewFile/62/47






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