viernes, 30 de agosto de 2024

EDITORIAL AL Nº 351 SEPTIEMBRE 2024

 


EDITORIAL AL Nº 351 – SEPTIEMBRE 2024

 

En el mes de la primavera en la mitad sur del hemisferio, épocas en que gobierna “la casta”, la misma que mintió venir a terminar con ella, los argentinos ven cómo se agudiza el odio, el ajuste, la carestía, los despidos, la persecución, la extorsión, la censura, la auto censura y la represión, hasta situaciones sin límites, y con la posibilidad cierta de que la recesión se convierta en una depresión.

Hasta el momento, el mileísmo exhibió, como su mayor virtud, la de “fijar la agenda”, consiguiendo mantener el Decreto 70 de Necesidad y Urgencia, la Ley Bases y poderes especiales que le votaron propios, aliados, ajenos y sectores radicales y del pichetismo, mientras la oposición de UP debió limitarse a defenderse, y replicar, apenas, hasta con timidez.

Sin embargo, de pronto todo explotó por los aires en el Parlamento y los tragos amargos cayeron sobre Milei y su gobernabilidad, se cayó el decretazo de financiamiento de la nueva vieja SIDE, se nombró una Comisión Bicameral de Inteligencia, mayoritariamente opositora con presidencia radical y vicepresidencia de UP, rechazándose los $ 100 mil millones de presupuesto sin control, salió la Ley de movilidad jubilatoria, con un margen en el Senado de 61 a 8 (aunque amenacen vetarla), y se está a punto de definir el financiamiento universitario, y el ajuste permanente hace agua por todos lados.

En este clima enrarecido aparece, para colmo, la visita a los genocidas de la Dictadura cívico-militar de 1976, tema que –a 40 años de democracia– se creía superado. Este hecho desató un torbellino dentro y fuera del gobierno, alentado por la vicepresidenta Victoria Villarruel, conocida por su discurso negacionista que reivindica a los genocidas de la última dictadura y alega que "no hubo 30 mil desaparecidos" y que "los terroristas que tomaron el poder en los años `70, reescribieron la historia para garantizarse impunidad".

Villarruel es hija del teniente coronel retirado Eduardo Marcelo Villarruel, fallecido en 2021, veterano de Malvinas, donde fue el segundo jefe y llegó a torturar a sus propios soldados.

Además, el padre de la vicepresidenta, participó del Operativo Independencia en 1975, el plan represivo que el Ejército llevó adelante en Tucumán con el objetivo de “aniquilar” a las organizaciones militantes establecidas en las zonas rurales de la provincia.

En este estado de cosas gravísimas, se pretende, por un lado, amnistiar a asesinos de lesa humanidad, de la pasada dictadura juzgados y condenados, entre ellos al más brutal e inhumano de todos, Alfredo Astiz, y por otro evitar esclarecer quiénes fueron los autores intelectuales que planificaron y financiaron el fracasado magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es en este clima de impunidad e incertidumbre, cuando un grupo de seis diputados del oficialismo –Beltrán Benedit, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo, Alida Ferreyra, Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta–, con el aval tácito de Patricia Bullrich y Martín Menem (entre otros), planearon y visitaron en la Unidad 31 de Ezeiza a represores allí presos.

Aunque algunos intenten negar haber conocido adónde iban, no los eximen de la responsabilidad, además del imperdonable desconocimiento de la historia reciente, inaceptable para diputados nacionales.

Ellos no pueden continuar en sus bancas como diputados de la democracia, por lo que se los debe destituir del Parlamento. Un escándalo que se pretende tapar y bajarle decibeles.

La democracia no es negociable, los secuestrados torturados y desaparecidos por la dictadura fueron 30 mil, y falta recuperar a más de 100 hijos de desaparecidas, violadas, torturadas y asesinadas, algunas arrojadas vivas y drogadas al mar y al Río de la Plata.

Por eso el “Nunca más” es un emblema de la democracia, desconocerlo es negar la misma democracia recuperada.

¡¡¡Nunca más la reivindicación a los genocidas!!!

 

Hasta la próxima




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