EL ABASTO: SUS CALLES, SUS NEGOCIOS, SU GENTE…
El Mercado Modelo, ubicado en la manzana de Rivadavia, Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), San José y Sáenz Peña, inaugurado en 1884 y demolido totalmente en 1894 debido a la apertura de la Avenida de Mayo fue, en parte, el predecesor del Mercado de Abasto.
Los locatarios del Mercado Modelo comienzan a trasladarse en el año 1888 −junto a algunos negocios adyacentes−, a la amplia zona perteneciente a La Quinta de Nogueras, hasta entonces un despoblado campero, y cuyo epicentro fuera el Hueco de Devoto. El mismo estaba delimitado por las calles Corrientes, Lavalle, Laprida (hoy Agüero) y Anchorena, donde existía desde 1886 una cancha de “pallone” (juego típico italiano).
La elección de la zona no era casual, primaba la proximidad de la estación Once de Septiembre del Ferrocarril Oeste, que acercaba diariamente productos agrícolas y frutícolas de las quintas cercanas. Aquellos feriantes pioneros, formarían en 1889 la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor, que comprará el terreno de uno de ellos, Emilio Devoto.
El lugar comienza entonces a adquirir fisonomía propia, convirtiendo las amplias casonas rodeadas de jardines, con tapias, verjas de hierro y plantaciones de frutas y verduras, sobre agrestes calles de tierra, en un conglomerado comercial, constituido primero hacia 1889 por el Mercado Devoto. Este era un pequeño aglutinado de puestos al aire libre, antecesor del Mercado de Abasto. Las mismas carretas y carros fueron el marco inicial de las primeras transacciones frutihortícolas del lugar.
Por aquel entonces las propiedades de la zona pertenecían, según el plano topográfico de 1867, a las familias Igartúa, Huergo, Iturriaga, Vidal, Magnanini y Cascallares.
Entre 1890 y 1900 transcurrió la década de su transformación propiamente dicha, cuando se fue equipando con la infraestructura para albergar al gigante primer edificio del Mercado, que se construiría a partir de 1889 y quedaria inaugurado el 1º de abril de 1893.
Se poblará de corralones para el depósito de carros, bueyes y caballos. También de frigoríficos y fábricas de hielo, depósitos de envases, maduraderos de bananas. Se abrirían fondas y cafetines, almacenes, hoteles, conventillos, herrerías, y todo tipo de negocios afines al mercado, que le darían singular pintoresquismo al lugar.
En el año 1905 se habilitan los Corrales del Abasto, dos amplios tinglados laterales, uno a lo largo de Lavalle, entre Agüero y Gallo, y otro sobre la calle Guardia Vieja, también entre Agüero y Gallo. En aquellos apeaderos estacionarán todo tipo de carros y carretas que transportaban mercancías al Mercado.
Junto con gran parte del ex Mercado Modelo se traslada también a la zona la fonda de Luis Sanguinetti, que será instalada en la esquina SE de Anchorena y Guardia Vieja (hoy peatonal Carlos Gardel), bajo el nombre de Chanta Cuatro. La fonda pasará más tarde a manos de José “Pepe” Bonello, boliche conocido entonces por la mejor sopa de cebolla de la ciudad.
Junto a ésta florecerán otras fondas y cantinas como O’Rondemann, de la esquina SO de Humahuaca y Agüero, de la familia Traverso, a la que Gardel era asiduo concurrente, y de donde emergió su fama de cantor. También El Internacional, de Costa Hnos., en el 3177 de Lavalle; el Café La Cueva de Carlos Martigoni, en Anchorena 531; el Café El Universal de César Menotti, en el 535 de la misma Anchorena, con su plato preferido: riñoncitos de cordero a la plancha. El café Cervantes, de Eduardo Rodríguez López, se ubicaba en Agüero 512, y Los diez billares, se levantaba en Corrientes 3126, lindante con el Cine-Teatro Excelsior de Andrés Cánepa, adonde los puesteros del Abasto concurrían en pijama, contrariando los empeños de Cánepa por jerarquizar su teatro. El Café Los Pajaritos, de Podestá, de la esquina SO de Anchorena y Lavalle, fue demolido cuando se construyó el primer mercado.
Los hermanos Landoni tenían su Café El Torino en Anchorena 541, y el Café El Chacarero, de Buzetta y Cía. se encontraba en Agüero 540, a pocos metros del Bar Los 7 Hermanos, que quedaba al 520 de la misma calle. Por otra parte el Café Nipones, propiedad de Kodama, se levantaba en Corrientes 3156, lindero al Cine-Teatro Soleil de Méndez Hnos., en el que se lucieron grandes actores de la colectividad judía y donde Gardel cantó el 14 de junio de 1933, festejando el cumpleaños de su madre.
En el Abasto nació una especie de jerga lunfa, mezcla de varios idiomas: italiano, idish, acentos y giros criollos, y del que no faltó el griego, mechado con expresiones marginales traídas por el entonces desconocido joven Aristóteles Onassis, humilde dependiente de un bar céntrico, que vivía en los altos de la afamada Farmacia de Santiago Canale (esquina SO de Anchorena y Corrientes). Tampoco faltaban fruterías, chancherías, panaderías, vinerías, carnicerías, almacenes, garitos y prostíbulos, en un entorno que teñía toda la zona. Por las noches concurrían payadores como D’Amato, Espíndola, Gabino Ezeiza, y bailarines de la talla de Benito Bianquet, “El Cachafaz”, que tenía su academia de baile en el Teatro Olimpo de la Avenida Pueyrredón. El truco, la taba, la riña de gallos, eran los clásicos entretenimientos que se mezclaban con el canto, el baile y hasta los retos varoniles, que algunas veces terminaban en muertes.
No eran ajenos al lugar, guapos de renombre como Juan El Cartero, El Pardo Langanay, el Zurdo Porta, Maceta, El Noy, y tantos más. Samuel Eichelbaum (1894-1967), inspirará en ellos su obra Un Guapo del 900, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978).
Al alumbrar el siglo XX surgió en el Abasto “la quiniela”, en la cigarrería de José Betronila, de Corrientes y Anchorena, quien debió agrandar el negocio y hasta instalar una sucursal en el vecino Café Universal; tanto fue el éxito obtenido. También florecieron los comités de los caudillos conservadores del Partido Autonomista, como el de Benito Villanueva y Pedro Cernadas, de Anchorena 666 y Corrientes 3181, en ese orden.
En Agüero 566 se ubicó el casi olvidado Club El Porvenir del Plata, en el que Gardel jugó al fútbol allá por 1912, y El Abasto Boxing Club, donde Luis Ángel Firpo protagonizó sus primeras contiendas.
Al Abasto llegaban baqueanos de los alrededores de la ciudad, arreando sus ovejas, borregos y hasta pavos, en una venta que no podía ser más directa. Llegaban a carnear el animal en el fondo o en el segundo patio de algún inquilinato. Arribaban a su vez chacareros con productos frescos de su propia elaboración como manteca grumosa, manufacturada con leche batida que vendían en panes, envueltos con lienzos blancos.
La película Mercado de Abasto, de Lucas Demare, con Tita Merello y Pepe Arias, muestra una parte de la pintura de la época del segundo edificio del Mercado, inaugurado en 1934, al que llegaban tanto el ferrocarril como el sute B, en su primer y segundo subsuelo respectivamente.
Junto al febril dinamismo del mercado, florecieron infinitas actividades. Fue una caja de resonancia y un polo de atracción comercial que perduró hasta su cierre en 1984.
No podía faltar el peregrinaje por la zona del escritor Jorge Luis Borges, de la mano del Noy, a quien posiblemente tomó como fuente de inspiración de su lucida poesía, que plasmará en el recuerdo en su clásico:
Me acuerdo fue en Balvanera
En una noche lejana
Que alguien dejó caer el nombre
De un tal Jacinto Chiclana.
Algo se dijo también
De una esquina y un cuchillo.
Los años no dejan ver
El entrevero y el brillo.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES
-Berjman, Sonia y Fiszlew José, El Abasto, un barrio y un mercado, Corregidor, 1984.
-Llanes, Ricardo M., El barrio de Almagro”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.
-Taullard, Alfredo,- Los planos más antiguos de Buenos Aires, Peuser, 1921.
-Zatti, Rodolfo Omar, Gardel en el Abasto, Corregidor, 2005.
- http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_Abasto_de_Buenos_Aires
2 comentarios:
Hola Amigos.Espero que algún inter mitente frecuentador de la Web,co mo yo, tal vez un amiguito de mi infancia, pase por esta cartelera y lea este mensaje que largo como "botella al mar". Soy tatuviejo; Osvaldito me decían mis amiguitos del barrio. Nací (según dicen) en San Luis entre Anchorena y Jean
Jaures..a 2 cuadras de Doña Berta, la madre de Carlitos. A falta de Padres "presentes", me crió con devoción, junto con mi hermanita Alicia, mi querida abuelita Concep ción: la lavandera y planchadora de Córdoba 2914. La que nunca dejó que yo faltase a mi escuelita de Ecuador 928, Consejo Escolar segun do/Escuela número 24.
Antes de "Pocho motoneta"...je je, los árboles de Anchorena, entre Córdoba y San luis (haciendo de arcos improvisados), me vieron desflecar mis zapatillas "Pampero"
dándole y dándole a la pelota de trapo.La cortada de Zelaya también (pero sin árboles).En esa cortada, a tan solo unos metros de la casa de Doña Berta, vivía en un conven tillo "chorizo", el más grande des pués de Carlitos: ROBERTO RUFINO!. Ni el mismo a sus jóvenes 16 años (1938) soñaba con la gloria artís tica que le esperaba. Y paro aquí, aunque hay mucho más para contar. Pero esa es otra historia, porque entré a la página,sólo para hablar hablar de mi barrio.
AH!! me olvidaba:tengo 83 pirulos ...je je.
Felicitaciones por la página..ya la puse en "Favoritos".
Un saludo cordial !.
Osvaldo (tatuviejo)
tatu1@todd.com.ar
Barrio de tauras, de meta y ponga..
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