jueves, 1 de septiembre de 2011

CINE: "COPIA CERTIFICADA"



COPIA CERTIFICADA

No hay que esperar que se parezca a ninguna de las películas anteriores de Kiarostami, que de él se trata.

Es algo un tanto diverso, está en otro país, se habla en varios idiomas, hay un paisaje distinto.

Pero en el fondo es lo mismo...

Esto parece incoherente, contradictorio. A ver:

En el estreno para el público de :”El sabor de la cereza” ( 1990) los espectadores preguntaban a algunos espectadores que salían con aire decidido, como quien ha entendido todo- qué es lo que había sucedido finalmente con el protagonista y si se había quitado la vida o no. No faltó quien contestara: “ Lo que a Ud. le parezca”, amablemente. Lo que equivalía a instar al otro a que imaginara, que era lo que por supuesto , se había propuesto el iraní.

En este film, so pretexto del tema de la verdad y la representación, hablando del arte se pasó a otro orden de cosas. O no?

Lo que se sabe es que no hay ninguna certeza ni acerca del arte, ni en lo relativo a las relaciones humanas.

Kiarostami confiesa- en entrevistas que le han hecho- que ni él lo sabe fehacientemente. Obvio: mediante ese arte tan sutil que el maneja desde hace años, el también debe estar buscando la respuesta.

Pero no la tiene. Deposita el interrogante en los demás, en sus espectadores.

Eso si: estimula para que busquemos nosotros la respuesta. Para que entremos en el juego de la disección. Qué cosa es lo real y cuál un mero simulacro.. Esto acerca de dos temas que se entrelazan: la originalidad , la autenticidad en el arte y la posibilidad de un verdadero amor...

Ambos tópicos se entrelazan en una extraña relación.

Aquí se desarrollan cuestiones que parecen muy complicadas y distantes, como la naturaleza del arte y la posibilidad del amor, planteando interrogantes irresolubles. Hasta

que el anciano de una pareja cercana le dice casi al oído al protagonista, refiriéndose a Ella: “Póngale la mano en el hombro”.

Esto, la comunicación amorosa en suma, es lo que hace que esta película sea un diálogo sensible y amoroso y no una cháchara insoportable y pretenciosa, como las ha habido...

La película es exigente. Obliga a meditar y sentir intensamente. Por ende, nos insta a concurrir bien pertrechado.(sigue)

Que la exquisita Juliette Binoche va barrer con todos los premios, es la única certeza insoslayable.

Marta Silva

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