donde el reino de la soja se extiende
Generalmente cuando se habla de las ventajas y desventajas que trae la explotación intensiva de la soja, se pone de ejemplo, para bien y para mal, a Brasil y a la Argentina. Sin embargo, hay un país que muestra como pocos los efectos de depender por completo de un comoditie: Paraguay.
Nuestro
vecino del Mercosur, es el sexto productor mundial de soja y el cuarto
exportador, por lo que el ingreso de fondos provenientes del comercio exterior
es varias veces millonario. Pese a esto, el famoso efecto derrame no se
produce: los datos oficiales del gobierno paraguayo sostienen que la pobreza
extrema en el sector rural creció a un 24% durante el año 2013.
Según
el informe Grain, este avance de la soja en Paraguay provocó que los cultivos
relacionados con la alimentación diaria de la población se sustituyeran por la
soja, por lo que el acceso a los alimentos se encareció notablemente provocando
el aumento de la pobreza. A esto se suma la catástrofe ecológica que se traduce
en la desaparición de los bosques nativos.
El
80% de la tierra que se cultiva está en manos del 2% de los propietarios. La
propiedad está concentrada en manos de latifundistas que heredaron sus tierras
de personeros de la dictadura militar que encabezó durante décadas Alfredo
Stroessner. Es por eso que el tibio amague del presidente Lugo de avanzar
contra los intereses del sector, terminó con su juicio político y con el fin de
su mandato en forma anticipada.
Para
explotar la soja, se necesita de una inversión importante, ya que la
explotación de las variantes transgénicas no está al alcance del campesinado
pobre. Son estos famosos pooles de siembra que en la Argentina conocemos bien.
Además de los campesinos paraguayos latifundistas, hay una presencia importante
de empresarios brasileños, que cruzan la frontera para explotar este fenómeno.
El
panorama es negro, si hablamos de las comunidades campesinas e indígenas, que
ven como sus medios de subsistencia se modifican y desaparecen. Al poder político
paraguayo no parece importarle el destino de su población rural. Y los medios
nada dicen, ya que pertenecen a empresarios vinculados al Partido Colorado,
conformado por los latifundistas beneficiarios de este sistema, que extiende un
manto verde en Paraguay, que en este caso, nada tiene que ver con la esperanza.
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