sábado, 5 de diciembre de 2015

EL CINE CUYO



EL RECUPERO DEL CINE CUYO DEL BARRIO DE BOEDO



El arduo sendero colectivo para reconquistar la cultura en Boedo

Desde junio del año pasado los vecinos y un conjunto de organizaciones sociales de Boedo –encabezadas por la Asociación Todos por la Plaza de Boedo y los centros culturales El Surco-Seamos Libres y La Minga- se embarcaron en un sueño: recuperar el Gran Cine Cuyo, que estaba ubicado en Av. Boedo 860.La movilización se sustenta en la necesidad de contar con una sala barrial para cine, teatro, recitales y otras expresiones artísticas, inexistente en la actualidad. Estas instituciones se agruparon bajo el lema “Boedo por el Cine Cuyo” y comenzaron a recolectar firmas para respaldar la iniciativa y presentarla ante las autoridades nacionales; hasta ahora se reunieron 7000.
Inaugurada en noviembre de 1945, esta sala de 1500 localidades realizaba estrenos simultáneos con las del centro hasta que, como tantos otros cines de barrio, cerró sus puertas en mayo de 1992, afectada por el crecimiento de los videoclubes y el cable, entre otros factores. En ese lugar se erige desde entonces una iglesia evangélica que alquila el inmueble, cuyos propietarios son dos hermanos. En Boedo llegó a haber trece salas: Los Andes, Alegría, Nilo, Cóndor, Del Plata, Moderno, Odeón II, por citar sólo algunas. Una a una fueron desapareciendo y el barrio se quedó sin un punto de encuentro e integración social y cultural.



UN PROGRAMA DEL AÑO 1983



En los últimos años hubo varios intentos de reapertura pero ninguno prosperó. Sin embargo, en esta oportunidad se puede ser más optimista, ya que existe un interés oficial en la propuesta y los dueños mostraron buena predisposición en los diálogos que las entidades vecinales mantuvieron con ellos. Se iniciaron conversaciones con distintas reparticiones del Estado Nacional: el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Ministerio de Cultura y la Subsecretaría de Relaciones con la Sociedad Civil de la Presidencia –a cargo de Gustavo López- así como con la diputada nacional Liliana Mazure, ex presidenta del INCAA.
El INCAA manifestó su intención de instalar en el lugar un espacio similar al Cine Gaumont, de Congreso, que es administrado por el instituto y donde se exhibe cine de calidad –sobre todo nacional- a precios accesibles. Esta sería una medida provechosa porque permitiría descomprimir al Gaumont, que en ocasiones se ve desbordado por la gran cantidad de gente que concurre al ser la única sala popular de la ciudad. Un dato clave a tener en cuenta y un punto a favor del proyecto es el hecho de que el edificio está en perfectas condiciones y conserva la estructura que tenía cuando funcionaba como cine.
Se barajan distintas posibilidades: el inmueble podría ser comprado por el INCAA o ser expropiado, para lo cual debería dictarse una Ley de Expropiación y ser declarado patrimonio histórico de la ciudad por parte de la Legislatura. En cuanto a los propietarios, podrían llegar a un arreglo si se les paga la rescisión del contrato de alquiler.
Como parte de la campaña por la recuperación del Cuyo, las entidades barriales desarrollan diferentes actividades. A fines de septiembre, se realizó la proyección al aire libre, en las puertas del ex cine, de un clásico, la película –muda y en blanco y negro- El maquinista de La General, de Buster Keaton, que fue musicalizada en vivo por una orquesta liderada por Fernando Kabusacki. Al evento asistieron López, Mazure, el legislador Pablo Ferreyra, el cineasta David Blaustein y representantes del Ministerio de Cultura.
Sofía Mazzaglia, integrante del Centro Cultural El Surco-Seamos Libres, cuenta cómo fue esa experiencia: “Se acercó mucha gente. Tuvimos buena recepción por parte de los vecinos, la gente está muy contenta con la idea. Muchos vecinos tuvieron la posibilidad de vivir el cine como tal, nos contaron anécdotas. Recordaban que venían de otro lugar a ver películas al Cine Cuyo o su papá los traía. Fue un momento muy lindo. La gente se quedó desde el principio hasta el final, firmó el petitorio, estuvo de acuerdo con la iniciativa. Muchos preguntaron qué más podían hacer para ayudar”.
En este momento, las partes involucradas continúan negociando para alcanzar una resolución beneficiosa para todos. No hay una decisión puntual aún, se está en un compás de espera. ¿Cuáles van a ser entonces los próximos pasos de los impulsores de esta lucha? Responde Mazzaglia: “De ahora en más seguimos con la recolección de firmas, con actividades dentro del barrio, esperando tener una respuesta más concreta para poder avanzar. Soy optimista, me parece que el Cine Cuyo es necesario para el barrio, para la ciudad en general porque el Gaumont ya no da abasto. Es importante que cada barrio tenga, dentro de lo que es su identidad cultural, su cine, su teatro, su espacio para que la gente pueda acceder fácilmente. Hasta ahora tuvimos una buena respuesta del INCAA, siempre nos recibió, está interesado en el tema. Sabemos que los tiempos son lentos para estas cosas, no sólo depende del instituto sino de otros factores, somos conscientes de eso. Esto no sale de un día para el otro. Hasta que no se recupere el cine, la movida va a seguir”.

                                                          Laura Brosio

Las planillas para la recolección de firmas se pueden obtener en la página www.facebook.com/boedoporelcinecuyo o el mail boedoporelcinecuyo@gmail.com.









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