sábado, 5 de diciembre de 2015

LA GUERRA CON BRASIL



EL 10 DE DICIEMBRE DE 1825
SE DESATA LA GUERRA CON BRASIL 

EL ALMIRANTE BROUN. HEROE DE ÉSTA GUERRA
 

La guerra con el Brasil se desencadena en diciembre de 1825, luego de que el Congreso de Buenos Aires aceptara la reincorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas. Brasil controlaba Montevideo, Maldonado y Colonia; muy pronto, su poderosa flota naval bloquearía el Río de la Plata.
Las fuerzas militares argentinas
comandadas por el general Alvear, que incluían a las orientales conducidas por Lavalleja, llevan adelante la guerra en el territorio oriental y en Río Grande. Tras sucesivos enfrentamientos, el ejército de las Provincias Unidas, compuesto por unos 8.000 hombres, derrota definitivamente a las fuerzas brasileñas en Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827.


ANTECEDENTES

Apenas concluida la guerra independentista con España comienza otra larga lucha interna, aquella que enfrentó a unitarios y federales, y que dio origen al paulatino alejamiento de la Banda Oriental gobernada por José Gervasio de Artigas. Este territorio, el más oriental de las Provincias Unidas, queda entonces expuesto a las ambiciones del Imperio portugués en América, cuyo centro se hallaba en Brasil.
Tras la independencia brasileña el 29 de agosto de 1825, Portugal y Brasil firmaron el Tratado de Río de Janeiro, por el cual la Corona portuguesa reconocía la autonomía del antiguo reino del Brasil, pero reservaba a Juan VI de Portugal, padre de Pedro I, el título de emperador de Brasil.
Antes, en 1821, la entonces llamada Provincia Oriental del Río de la Plata actual Uruguay y ex Banda Orientalhabía sido anexada al Brasil por Portugal con el nombre de Provincia Cisplatina, tras ser derrotado José Gervasio de Artigas en la batalla de Tacuarembó (1820).
Brasil ambicionaba esa región ya que le daba acceso al Río de la Plata, importante centro de comercio de ultramar y entrada para navegar los ríos que le abrían paso al interior de su propio territorio.
Buenos Aires no deseaba compartir con otro imperio el portugués el Río de la Plata, porque esto haría que todo su litoral quedara desprotegido.

LOS 33 ORIENTALES

LA BATALLA DE ITUAINGO: CUADRO DE BALLERINI


En la noche del 18 de abril de 1825, Manuel Uribe y sus hombres avanzaron cuidadosamente por las islas del delta del Paraná, evitando la vigilancia de la flota brasileña. Amparados por la oscuridad, cruzaron el Río Uruguay en dos barcas y desembarcaron en la madrugada del 19 de abril en la playa de La Agraciada, también conocida como Arenal Grande. Allí despliegan la bandera de tres franjas horizontales roja, azul y blanca, colores que tradicionalmente se usaban desde los tiempos de Artigas, no solo en la provincia oriental sino también en otras regiones del Río de la Plata.
El número de aquellos expedicionarios ha sido objeto de controversias, pues existían diferentes listas de integrantes, publicadas entre 1825 y 1832. Si bien el número de treinta y tres es el oficialmente aceptado, los nombres difieren de un listado al otro.
La cruzada liberadora avanzó en el interior de la Banda Oriental, ya que los brasileros se concentraban solo en Colonia y Montevideo. El primer encuentro se produce en Rincón, donde se apoderan de 8.000 caballos y armamento. Esta victoria obtenida por Rivera y sus hombres el 24 de septiembre significó un importante revés para las fuerzas brasileñas que ocupaban Montevideo, bajo el gobierno del barón Carlos Federico Lecor. Las pérdidas fueron muy importantes en bajas de soldados, armamento y, sobre todo, por los 8.000 yeguarizos capturados.
El 12 de octubre se produce la batalla de Sarandí, también favorable a las fuerzas patriotas. El triunfo determinó que el Congreso de Buenos Aires votara la ley de incorporación de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas. Este anuncio y la declaración de la Asamblea Oriental se envían al Brasil, que con fecha 10 de diciembre declara la guerra.
En total, 7.700 efectivos republicanos (1.800 de infantería, 5.400 de caballería y 500 artilleros) detuvieron el ataque de la fuerza imperial compuesta por 10.000 hombres. Sin embargo, debido al mal estado de los caballos, no se pudo perseguir por mucho tiempo a los derrotados.
Entre los pertrechos que abandonó el ejército imperial se encontraba un cofre que contenía una partitura entregada por el Emperador al Marqués de Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria aliada. En conmemoración del hecho, el ejército aliado se apodera de ella, que bautizada como marcha de Ituzaingó, actualmente se interpreta cuando la bandera nacional se traslada en actos oficiales. La marcha es uno de los tres atributos que ostenta el presidente de la República Argentina, junto al bastón de mando y la banda presidencial.
Lo ganado por las armas en el campo de batalla sería cedido por Rivadavia en el campo diplomático en negociaciones posteriores, con la mediación de nada menos que el Imperio inglés. En efecto, Rivadavia había dado instrucciones para que se firmara "la paz a cualquier precio".

LAS ACCIONES NAVALES


LA BATALLA DE JUNCAL


La amplia superioridad naval brasileña obligó a la flota argentina al mando del Almirante Brown a una lucha despareja, que supo compensar con inteligencia, al plantearle el combate con naves de escaso calado en aguas poco profundas . Fue entonces cuando el prestigio del Almirante llegó a su cenit: enfrentaba con unos pocos barcos a la escuadra más grande de Sudamérica. El 10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña de 31 barcos se presenta ante Buenos Aires, Brown solo disponía de cuatro buques y siete cañoneras. A pesar de ello “las naves brasileñas terminaron por retirarse, en tanto Brown era objeto del entusiasmo y de la admiración del vecindario. La batalla de Juncal fue librada los días 8 y 9 de febrero de 1827, en el curso superior del Río de la Plata, que entonces era considerado como parte del Río Uruguay”, relata el historiador Miguel Ángel de Marco.
En las dos jornadas se enfrentan fuerzas parejas pero, como resultado de una superior inteligencia militar, conducción, oficialidad y entrenamiento de los artilleros, se consigue apresar a doce buques, mientras que tres fueron incendiados y únicamente dos pudieron escapar. A su vez, la flota rioplatense no sufrió pérdida de navío alguno.
La Tercera División brasileña procuraba obtener el control del Río Uruguay, de manera de aislar al ejército argentino que operaba en la Banda Oriental y se proyectaba al territorio del Brasil. Así pretendía forzar la separación de las provincias del litoral, lo que no pudo realizar en virtud de la superioridad táctica de la escuadra de Brown, que en combate resultó ser la mayor victoria naval del bando republicano en la guerra con el Brasil.

EL MAL ACUERDO DE PAZ

Pese al triunfo militar, los problemas económicos provocados por el bloqueo de la Armada del Brasil al puerto de Buenos Aires obligaron a aceptar reclamos brasileños, ante lo cual finalmente Bernardino Rivadavia envía al ministro Manuel José García a gestionar la paz.
García firma un tratado que luego sería conocido como el “tratado deshonroso”, ya que reconocía la soberanía del Imperio sobre la Provincia Oriental y se comprometía a pagarle al Brasil una indemnización de guerra.
La opinión pública de Buenos Aires y toda la Confederación reaccionó indignada; se publicaron en los periódicos artículos muy violentos contra el gobierno, y la ciudad se cubrió de panfletos ofensivos contra García, Rivadavia y Ponsonby. Presionado, Rivadavia, se presenta ante el Congreso con un virulento discurso exigiendo el rechazo del tratado, aunque él había sido su promotor. Pagó su costo político: se rechazó el convenio y el presidente debió presentar la renuncia.
El conflicto continuó hasta el 28 de agosto de 1828, cuando bajo el gobierno de Manuel Dorrego se llega a una Convención Preliminar de Paz, donde se disponía el cese de hostilidades y la independencia de la Provincia Oriental, que se separaba de la Confederación. Finalmente, una asamblea de representantes uruguayos sanciona una nueva constitución que fue jurada por el pueblo el 18 de julio de 1830.
Como conclusión, esta guerra trajo victorias militares de las Provincias Unidas pero ventajas concretas para Brasil, que retuvo las Misiones Orientales y sectores septentrionales de la Provincia Oriental. El Imperio del Brasil debió frenar su expansión hacia el Río de la Plata; perdió los dos tercios meridionales del territorio que había sido su Provincia Oriental, pero conserva los territorios de la Banda Oriental histórica que Portugal había ocupado y que luego Brasil había heredado: Río Grande y las Misiones Orientales y sectores septentrionales de la Provincia Oriental. Además Brasil obtuvo la libre navegación de los ríos de la Cuenca del Plata, aun en sus tramos argentinos y uruguayos.
En esos momentos ocurría el derrocamiento y ejecución de Manuel Dorrego, luego de lo cual estalla con más ferocidad la llamada Guerra Civil entre federales y unitarios, que tuvo su correlato uruguayo en la guerra entre nacionales y colorados.
Por un lado Lavalle, a quien Echeverría llamó “la espada sin cabeza”, brazo armado de los viejos integrantes del Partido del Orden que utilizaron con oportunismo el descontento de los porteños y de los militares que regresaban de la guerra ante la deshonrosa paz de 1828. Por otro lado, el estanciero Juan Manuel de Rosas quien, como Dorrego, se apoyaba en los sectores populares de la campaña bonaerense, a partir de 1829 pasa a ser la figura central de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Prosigue así la historia nunca saldada entre unitarios y federales, un tema arduo, que significa otro capítulo de nuestra historia.
                                          Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
-http://html.rincondelvago.com/argentina-en-el-siglo-xix.html
-http://www.taringa.net/posts/noticias/15899036/La-guerra-del-brasil-argentina-libero-a- uruguay-de-brasil.html
-http://www.argentina-rree.com/3/3-034.htm
-http://nosotrosylosotros-criticon.blogspot.com.ar/2009/05/ganamos-la-guerra-contra-el-brasil-1825.html
-http://www.diasdehistoria.com.ar/content/el-almirante-de-la-patria







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