CONTRATAPA FOTOGRAFIANDO LA ZONA
Poder al poder
Por Adrián Abonizio
MAGNETTO |
CARRASCOSA |
"Si no estás prevenido ante el Poder de los medios de Comunicación estos te harán amar al opresor y odiar al oprimido" ‑Malcom X
- No
te burles de los señalados de Dios, de los enfermos, decía mi tía. Pero
éramos niños y crueles en nuestro pequeño territorio. Ahora, ya de
grande, crecido y austero en la burla, tratando de ser redimido en
nombre de tantos, cansado de torpezas y crímenes, me pregunto si el
sonido que emite Magnetto no solo es la voz del amo sino que por su
horribilidad es el timbre de lo Oscuro. Solo preguntas de un tipo
práctico y políticamente sin firma; un niño grande incrédulo y
supersticioso, sabedor que el Mal a veces se muestra tal cual hemos
visto en la series: de la peor forma, de la más obvia, con la voz
truculenta, investido de fealdad y realismo como en las pelis de
Argento. El Cuco, ni más ni menos.
- Pobrecita
Gabriela Sabatini, con su belleza andrógina y radiante, quien sentía
tanta fobia al poder y el encumbramiento que según, sus dichos, solía
dejarse ganar para no tener que soportar el peso del podio y la
recepción del premio. Créase o no.
- Hace
poco, luego de cumplirse cuarenta años del golpe del 76 salieron a la
luz declaraciones de Jorge Carrascosa, lateral formidable de Rosario
Central y capitán de la Selección, quien renunciara a su jefatura y a la
participación en el Mundial pues entendía que el país estaba
desangrándose y el fútbol no resultaba ajeno. "No quiero opinar
demasiado. No puede ser que este deporte hermoso te coma las ganas de
vivir, se incentive a los árbitros, se sume al doping. Uno juega por la
gloria no por dinero. Hice lo que hice porque pienso que es lo que debía
hacer. El poder te mata", culminó. La AFA no se dió por aludida. Vive
en Mar del Plata. Ninguna calle aún lleva su nombre.
- Hay
abuelas, por lo general, de sonrisas amenas, saludadoras y de buen
porte que, puertas adentro manejan la casa como un feudo. Aman el magro,
el estúpido poder que tienen. A su hijo le costaba concentrarse en otra
cosa que no sean jueguitos de la compu. Con mucha paciencia le destinó
una tarea que el niño, de a poco fue cumpliendo: armar una huerta. Y el
semillero se convirtió en grano erguido y en plantas. Un triunfo. Pero
la abuela, advertida del éxito y poniendo como excusa que le
"ensuciaban" el jardín, segó con mano de jardinero asesino, todo el
plantío juvenil. El pibe, quien vivía de prestado bajo ese techo lloró
de indignación. El padre rayó el auto de la suegra una noche de lluvia.
Era mejor eso que asesinarla. Al poder se lo destripa, se lo destrona,
se lo destraba con actos simples de justicia casera.
- "El
mando, la autoridad, debe ser invisible casi. Que hasta tus soldados
más fieles no te vean salvo cuando los llamas para felicitarlos por una
buena acción o para asesinarlos. Se teme a lo que no se ve siempre pero
está", aconsejaban los jefes de la mafia italiana.
- "Hay
algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como la
Pasión de Cristo. El mundo gana mucho con su sufrimiento", manifestó
ella, ahora santa. Mientras tanto ella recibía el mejor tratamiento
médico en los mejores hospitales del mundo.
Un estudio de dos investigadores canadienses, publicado en 2013 mostraba que la imagen de Teresa de Calcuta era una potente campaña de la Iglesia y medios afines. Aseguraban que varios médicos que visitaron sus misiones quedaron horrorizados con 'las casas de la muerte'.
- El
Poder acusa de todo al que descubre, manifiesta e ilumina, menos de
precioso pero se sigue allí, con los enojos basado en documentos y
señales escritas de una realidad que esconden bajo la alfombra, donde,
oh casualidad como en los filmes malos, hay también un cadáver que hiede
mal y a quien los buitres o las zarigüeyas comerán. Se llama el Corazón
de la Patria. Pero renace aún luego de ser mordisqueado y considerado
carroña. Es eterno, amigos, es eterno. Por más que te amenacen, torturen
y asusten. Es la Patria, amigos, es la patria lo que está en juego, ni
más ni menos. La Madre de todas las batallas.
- "Guerra
a la guerra" era la oración preferida de los pacifistas de la contienda
de 1914, una trampa de los burgueses para repartirse el mundo. "Si
quieren la guerra, señores gordos, páguenla con la vida", gritaban. Eran
tal los intereses de los capitalistas que fabricaban armas, que cuando
se oía un rumor de paz sus acciones en la Bolsa descendían. Finalmente,
la valiente Rosa de Luxemburgo atacando al Poder exclamaba: "Madres de
la guerra: no digan he mandado a mi hijo a morir por la patria, si no
mas bien, he asesinado a mi hijo". Cuando invadieron Irak, el tipo se
enteró por la radio mientras se encontraba pescando. Se puso a llorar
frente al Carcarañá.
- Las
propagandas son claras, sin rodeos: exaltan el poder de la blancura, el
de la desinfección, el de la frescura, el de la dulzura, el de la
sonrisa. Y venden tóxicos, abundantes feromonas sintéticas que perforan
la piel, despintan los dientes y arruinan la ropa. Todo por el poder de
algo. Un muñequito forzudo vuela por sobre el mundo infecto y lo perfora
con sus superpoderes; una hadita con tetas infantes hace lo mismo, un
dedo gigante aplasta gérmenes o mosquitos. El Poder, el mismo Poder de
los gigantes que mandan al frente de batallas a inocentes, aplastan
economías y siembran el horror donde hay belleza. No se trata de dinero
ya, sino de algo descomunalmente bestial: derruir toda semilla de
belleza. Cenar el último animal de una especie, violar jovencitas,
apoyar campañas políticas de criminales. Ser el Poder en las sombras y
bajo el sol, les da lo mismo. Ya ni se esconden. Saben que es la etapa
final de la civilización. Por las noches les suelen contar cuentos a sus
nietos antes de que se duerman.
- El
hombre es un artista de verdad. En los pasillos de una canal de tevé se
ha encontrado con un poderoso, quien lo invita a sentarse y ofrece un
café servido por una damita abundante en glúteos y senos. Charlan de la
nada y de pronto el viejo encanecido y gélido le pregunta al artista
porque hace lo que hace. El hombre joven duda: "Porque es mi profesión",
dice. El poderoso hace un gesto inesperado en el aire como si esfumara
un humo invisible: "Nada, no sirve para nada todo eso. A la gente, en el
fondo no le importa nada de nada porque sabe que se va a morir",
retruca. Y suelta una sonrisa encantadoramente monstruosa. El artista se
va pensando en la frase sin poder creer que haya pensamientos en el
mundo de tamaña crueldad. Entra a estudios y su novia le pregunta si ha
visto un fantasma. "Algo... peor, algo peor -susurra‑ Es alguien vivo".
- La
camioneta 4x4 atraviesa la ochava en rojo y esquiva el carro que se
detiene con brusquedad, pero no puede impedir que la parte trasera
golpee la mandíbula del caballo. El tipo que ha visto todo sabe a quien
pertenece y se baja de su auto para ayudar. Da los datos al pobre
carrero que ayuda al cuadrúpedo a reponerse. Sigue el caso. Se entera al
tiempo, que el pobre es acusado de atravesar el semáforo en forma
indebida y le retiran le poder de circular. El pingo fallece. Pretende
salir de testigo pero le aconsejan que no es conveniente. "Es de uno con
poder", le dicen en Tribunales, con miedo y prevención. "No vale
meterse en kilombos por culpa de estos negros", retrucan.
- Siente
el poder: en la calle, en el camarín cuando se cambia, en las voces en
el aire, en el sueldo. Camina firme; sabe dudar, recordar y torear a los
mentirosos. Pero a veces presiente el olor de la carroña, del sin
sentido de su trabajo, de lo pútrido de la esencia de hiena que hay que
tener para ser como él. Es periodista político y está del lado de los
buenos. Pero hay noches que duda. "Me estoy pareciendo a mis enemigos",
deduce, lanzado ya al precipicio.
- "Si
el teatro se ha convertido en un semillero de vicio y desvergüenza,
entonces mil veces más, esa nueva invención que quizás viene de la
inspiración genial, pero que el judío entendió de inmediato para
remodelarlo en el negocio más sucio que se puede imaginar: el cine. Al
principio, la gente puso mucha esperanza en este genial invento que
podría convertirse en el mediador fácil de conocimiento profundo para
todo el mundo ¿Y que ha sido de él? Una desvergonzada inmundicia.
Nosotros lo usaremos para dar a conocer la Verdad" ‑Adolf Hitler‑.
- Cosa
triste el poder en la Cultura. Artistas vencidos que nunca lo han sido
dirigen centros de actividades y secretamente, con rencor, ilegitiman
talentos jóvenes para secarlos y que se defrauden lentamente como ellos
lo hicieron, pero reconcentrados en la única lucidez posible que han
tenido: saber que no eran verdaderos artistas ni nada limpiarían con
amor sobre la faz de la tierra más que la emisión de un resuello
lastimero de saber que habían mentido y que no daban la talla. Pero
están encaramados y digitan salud, vida y muerte de obras. Algún día, lo
saben, morirán y nadie los recordará. Es una carrera que tienen contra
la legitimidad del acto, sabiendo que están perdidos, solo obteniendo el
calor infecto de una jubilación.
- "Anoche soñé que podía y hoy puedo" por suerte escribía Facundo Cabral, un ignorado en Argentina, un místico optimista de los caminos, un predicador algo embustero pero encantador, un claro en medio de tantos artistuelos espesos y llenos de sombras. Tolstoi rechazó el premio Nobel por considerarlo indigno ya que conllevaba dinero. Los danzarines de Tinelli lloran ante un puntaje bueno. Rarezas y monstruosidades de esta vida de poderes y vacíos. De poder y no querer. De horizontes donde resuenan el "!Sí, se puede!" alrededor de un presidente. La letanía suena tristísima como el disparo de fusilería ajusticiando a valientes. El que detenta el cetro bailarín de un mascarón piensa que los valientes son militantes, vagos y mal entretenidos. Negrada, grasada, mierda. Estamos en guerra. Tienen el poder y lo van a perder. Todo cae. Todo sangra. Todo fenece.
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