EDITORIAL
Como decía Eduardo Galeano, en sus
“Venas Abiertas”: “La división
internacional del trabajo consiste en que unos
países se especializan en ganar y otros en perder.”
Y al
presente llegó la hora de ganar, de recuperar tantas pérdidas de siglos, aunque
el proceso no sea ni lineal, ni rápido, pero va avanzando día a día, mes a mes,
año a año y siglo a siglo, aunque muchos no lo parezca, y muchos no lo alcancen
a ver.
Tal como vaticinaban propios y
ajenos, el 27 de octubre pasado se impuso la formula “Fernandez-Fernandez” en primera vuelta, quedando atrás los
inútiles formatos de debate sin debate en la TV, y las 30 visitas a ciudades
del presidente Macri que abandonó la Casa Rosada y el gobierno para consagrarse
solo a una campaña de monótonos discursos repetitivos y sin contenido alguno,
matizado de gritos, furcios y promesas de hacer lo que había prometido cuatro
años atrás y nunca cumplió.
Tanto en el “debate”, como en
los 30 actos el punto más destacado fue la mentira, que convierte al presidente
en un enfermo patológico de la mentira, una patología obsesiva que alcanza a todo su mejor equipo de los últimos 50 años.
El 27 de octubre se cierra así
un ciclo para el olvido, o mejor, para recordarlo siempre Y no volver a caer en
la misma trampa neoliberal que dejó al país y al pueblo más humilde en la más
infausta miseria.
El 28 de octubre se abre un innecesario
compás de espera de 44 días --que es una
eternidad --, frente a la situación en que se encuentran, los desocupados, los
sub-ocupados, los trabajadores precarios, el pequeño comercio, la industria que
descendió al 50% de su capacidad instalada, por lo que se haría necesario un
adelantamiento de la entrega del gobierno, a fin de evitar mayor destrucción de
la economía y del aparato productivo.
Se inicia así una nueva era, en la que deben revertirse los estropicios de cuatro años de gobierno de
ricos y para ricos, en el que el cinismo y la mentira se tornaron en un recurso
permanente, forzando los mecanismos legales y constitucionales y las
instituciones del estado para usarlos
como instrumento de represión y venganza política. En ello colaboraron los “radicales” que vendieron
hasta el alma, algunos “peronistas” que se alquilaron por monedas, y por
supuesto los de un partidito creado y
manejado Al antojo de Elisa Carrió, compraron y extorsionaron jueces y fiscales,
y a los que le molestaban los destituían con la connivencia de un Consejo de la
Magistratura partidizado.
Sin embargo Cambiemos se vio obligado a remendar su plan para capturar algunos
votos indecisos y de Consenso Federal que le ayudó a levantar su alicaído
porcentaje de las PASO, y al tiempo prometer lo a esta altura incumplible,
peronizando a disgusto su discurso de casi cuatro años de gobierno antipopular,
instalando un ultra rígido cepo de apenas 100 dólares mensuales. “si vos
querés, el cepo también”
Se presenta una nueva era para América Latina que
con los triunfos de López Obrador en México, Evo en Bolivia, el Frente Grande
en Uruguay, falta liberar a Lula en
Brasil, y rescatar recobrar la
democracia carioca del fascismo, terminas con servilismo en Colombia, y otros
autoritarismos y gobiernos títeres manejados desde el Pentágono.A ello se suman los estallidos sociales populares en Ecuador
y Chile, donde en éste último persisten las diarias puebladas.
No existen males que duren cien años, y todo
proceso derechizante puede revertirse.
Nuevos vientos comenzarán a soplar entonces
en Latinoamérica, y soplarán ésta vez
para el lado de los pueblos, barriendo a su paso con la ignominia, la infamia
y el oprobio que sembró entre los
pueblos un lustro de venganza al servicio del gran capital, hambreador de los
sectores más humildes de la América profunda.
Surge
el desafío de si “el liberalismo se retira para no volver jamás”, es un reto de
todos los americanos que aman la paz, la justicia social, la libertad y la
democracia, que dejarían así der ser palabras huecas, para volver a recobrar la verdadera historia alternativa,
la de los pueblos, calificada de “maldita” por la oficial de los Mitre y
compañía.
No es un sueño imposible es una realidad latente que está al alcance
de la mano de los pueblos que sabrán aprovecharla antes que perderla. No más “…países que se especialicen en ganar para que otros pierdan.”
¡¡¡No más mentiras ni noticias falsas a
las que ahora las llaman fake news, (en
gringo básico), no más el neoliberalismo
porque el neoliberalismo mata, miente, y mata bien muerto!!!,
¡Pero ojo!, que el neoliberalismo no
está muerto, está agazapado en cualquier recodo, para arremeter de nuevo. Y
terminemos también con aquellas palabrejas foráneas que envilecen nuestro idioma.
Hasta la próxima
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