jueves, 31 de octubre de 2019

EL SOL DE ALMAGRO DE ROCAMORA 4100


Centro de Jubilados Sol de Almagro de Rocamora 4100

Los jóvenes de la tercera edad están más vivos que nunca



Los centros de jubilados son espacios vitales donde los adultos mayores se reúnen, comparten momentos agradables y desarrollan actividades que hacen a su bienestar físico y mental. Uno de los centros que cumple en forma cabal con estas características es el Centro de Jubilados Sol de Almagro ubicado en Rocamora 4100, que funciona en un comité radical, la denominada Casa Radical de Almagro. Cuando entramos, observamos un gran afiche del ’83, de Raúl Alfonsín, a lo ancho de una de las paredes, que dice “Ahora Alfonsín” con la foto del expresidente con el clásico gesto de las manos unidas hacia un costado que le conocimos en ese entonces. En la otra pared hay un afiche de la Agrupación Militando Ideas a la cual pertenece el comité y dos pequeños cuadros con dibujos de Alfonsín e Hipólito Yrigoyen.



El alma mater del centro es su presidenta, Noemí Sevillano Arias, conocida por todos como “Mimí”, quien nos comenta cómo surgió este lugar: “El centro se creó hace tres años. La gente del comité colocó un cartel donde decía que ofrecían el espacio para destinarlo a un centro de jubilados. Yo empecé a venir y me postulé para dar danzaterapia y yoga porque soy profesora de danza. Al principio daba clase sólo los jueves; era el único día que podía porque cuidaba a mis nietos. Después los chicos se fueron a vivir a otro lugar y como disponía de más tiempo, me ofrecieron ser la presidenta del centro. Se formó una comisión, fui la más votada y así obtuve el cargo”.
En el centro los jubilados desarrollan distintas actividades. Mientras estábamos en el lugar, estaban tomando el té y jugando al buraco. Los lunes está el taller de la memoria. Los martes y jueves se dan danzaterapia y yoga. En tanto, los miércoles es el turno del taller literario, coordinado por empleados de la Comuna 5, y los viernes hay un taller de dibujo y pintura.

SUS TALLERES

Según la presidenta, la actividad que más disfrutan los integrantes del centro es la danzaterapia porque bailan y se divierten. Bailan todo tipo de ritmos: folclore, cumbia, salsa, merengue, chachachá, de todo un poco. Al principio asistían apenas cuatro personas, mientras que ahora lo hacen entre 24 y 30. Cuando son 30 no caben y deben dividirse en dos tandas. A propósito de la falta de espacio, el año próximo se va a realizar una remodelación, se va a demoler una pared de durlock para agrandar el lugar.
Los adultos mayores no sólo cumplen actividades en el interior del centro sino que en muchas ocasiones concretan salidas a distintos lugares. Hace poco estuvieron en Plaza Almagro pasando una jornada de integración en el barrio organizada por la Dirección de Cultura del gobierno porteño y mostrando algunas coreografías que hacen en danzaterapia. Los últimos viernes de cada mes suelen ir a la Parroquia de Caacupé, en la avenida Rivadavia. El párroco es hijo de una excompañera de colegio de Noemí, quien los invita a tomar el té y a bailar. A fines de septiembre algunos jubilados fueron a comer un asado y estuvieron bailando folclore. Ahora están invitados a cenar a la Parroquia Nuestra Señora del Valle, en la avenida Córdoba.
Los socios del centro vivieron una jornada especial a propósito del Día del Jubilado y del Día de la Primavera. En una actividad organizada por el Gobierno de la Ciudad, se dirigieron a Parque Sarmiento, donde se les brindó una merienda y presenciaron un show en el cual actuaron el grupo Volcán y el cantante Alcides, entre otros. También hubo festejos en el centro. Hay fotos y videos al respecto donde se ve a los jubilados bailando en un centro decorado para la ocasión, con guirnaldas, alegres, divirtiéndose, con gran camaradería y unión entre ellos. Se sirvió una merienda: cada uno llevó un alimento y una bebida, lo pusieron en la mesa y lo compartieron. Otra tarde peculiar fue la que pasaron nada menos que en el Teatro Colón cuando hace algunas semanas fueron a ver el recital de Palito Ortega.
Para poder participar de todas estas actividades los jubilados deben asociarse al centro. Se les entrega una ficha, la completan con sus datos y pagan una cuota social de $70 mensuales. Con la suma recaudada se pagan la limpieza, las meriendas y otros gastos.
Noemí lidera el centro con solvencia y ductilidad. Tiene experiencia en el manejo de grupos porque dirigía una academia importante de danza. Además, daba clases de danzaterapia en el Hospital Español a gente mayor, a pacientes con problemas cardiológicos, oncológicos y psiquiátricos. Se nota que ejerce su cargo con auténtico entusiasmo y vocación, lo que despierta la gratitud y el afecto de los socios.
“Me siento bien presidiendo el centro. Me gusta mucho esta tarea, es agradable hacerlo. En la medida en que se pueda ayudar… Todos nos llevamos muy bien. El centro es bueno para los que están solos porque están con gente de su misma edad, de costumbres parecidas, conversan y se entretienen. Es ideal juntarse. Se trata de pasarla lo mejor posible en esta etapa de la vida. Por ahora tenemos cincuenta socios, cada vez somos más, por suerte. Salvo los viernes, vengo todos los días al centro. Los lunes, por ejemplo, vengo a abrir, a tomar la merienda y me ocupo de aquellos que tienen que pagar o quieren hacer alguna consulta. Los martes y jueves doy las dos horas de clase, los miércoles me quedo al taller literario. Yo estaba sola como tantos otros pero ahora estoy acompañada”, reflexiona con satisfacción la presidenta.

Laura Brosio




1 comentario:

Anónimo dijo...

Como integrante de la Comuna 5 y colaboradora de Plaza Fumarola, felicito al Centro Sol de Mayo por toda la actividad que desarrolla.
Me alegro que el gobierno actual los apoye en su proyecto.
Saludos compañeros
Yolanda Robbiano