Los jóvenes de la tercera edad
están más vivos que nunca
Los
centros de jubilados son espacios vitales donde los adultos mayores se reúnen,
comparten momentos agradables y desarrollan actividades que hacen a su
bienestar físico y mental. Uno de los centros que cumple en forma cabal con
estas características es el Centro de
Jubilados Sol de Almagro –ubicado
en Rocamora 4100–, que funciona en un comité
radical, la denominada Casa Radical de Almagro. Cuando entramos, observamos un
gran afiche del ’83, de Raúl Alfonsín, a lo ancho de una de las paredes, que
dice “Ahora Alfonsín” con la foto del expresidente con el clásico gesto de las
manos unidas hacia un costado que le conocimos en ese entonces. En la otra pared
hay un afiche de la Agrupación Militando Ideas –a la cual pertenece el comité– y dos pequeños cuadros con dibujos
de Alfonsín e Hipólito Yrigoyen.
El
alma mater del centro es su presidenta, Noemí
Sevillano Arias, conocida por todos como “Mimí”, quien nos comenta cómo surgió este lugar: “El
centro se creó hace tres años. La gente del comité colocó un cartel donde decía
que ofrecían el espacio para destinarlo a un centro de jubilados. Yo empecé a
venir y me postulé para dar danzaterapia y yoga porque soy profesora de danza.
Al principio daba clase sólo los jueves; era el único día que podía porque
cuidaba a mis nietos. Después los chicos se fueron a vivir a otro lugar y como
disponía de más tiempo, me ofrecieron ser la presidenta del centro. Se formó
una comisión, fui la más votada y así obtuve el cargo”.
En
el centro los jubilados desarrollan distintas actividades. Mientras estábamos
en el lugar, estaban tomando el té y jugando al buraco. Los lunes está el
taller de la memoria. Los martes y jueves se dan danzaterapia y yoga. En tanto,
los miércoles es el turno del taller literario, coordinado por empleados de la
Comuna 5, y los viernes hay un taller de dibujo y pintura.
SUS TALLERES |
Según
la presidenta, la actividad que más disfrutan los integrantes del centro es la
danzaterapia porque bailan y se divierten.
Bailan todo tipo de ritmos: folclore, cumbia, salsa, merengue, chachachá, de todo un poco. Al principio asistían apenas
cuatro personas, mientras que ahora lo hacen
entre 24 y 30. Cuando son 30 no caben y deben dividirse en dos tandas. A
propósito de la falta de espacio, el año próximo se va a realizar una
remodelación, se va a demoler una pared de
durlock para agrandar el lugar.
Los
adultos mayores no sólo cumplen actividades en el interior del centro sino que
en muchas ocasiones concretan salidas a distintos lugares. Hace poco estuvieron
en Plaza Almagro pasando una jornada de integración en el barrio organizada por
la Dirección de Cultura del gobierno porteño y mostrando algunas
coreografías que hacen en danzaterapia. Los últimos viernes de cada mes suelen
ir a la Parroquia de Caacupé, en la avenida Rivadavia. El párroco es hijo de
una excompañera de colegio de Noemí, quien los invita a tomar el té y a bailar.
A fines de septiembre algunos jubilados fueron a comer un asado y estuvieron
bailando folclore. Ahora están invitados a cenar a la Parroquia Nuestra Señora
del Valle, en la avenida Córdoba.
Los
socios del centro vivieron una jornada especial a propósito del Día del
Jubilado y del Día de la Primavera. En una actividad organizada por el Gobierno
de la Ciudad, se dirigieron a Parque Sarmiento, donde se les brindó una
merienda y presenciaron un show en el cual actuaron el grupo Volcán y el
cantante Alcides, entre otros. También hubo festejos en el centro. Hay fotos y
videos al respecto donde se ve a los jubilados bailando –en un centro decorado para la
ocasión, con guirnaldas–,
alegres, divirtiéndose, con gran camaradería y unión entre ellos. Se sirvió una
merienda: cada uno llevó un alimento y una bebida, lo pusieron en la mesa y lo
compartieron. Otra tarde peculiar fue la que pasaron nada menos que en el
Teatro Colón cuando hace algunas semanas fueron a ver el recital de Palito
Ortega.
Para
poder participar de todas estas actividades los jubilados deben asociarse al
centro. Se les entrega una ficha, la completan con sus datos y pagan una cuota
social de $70 mensuales. Con la suma recaudada se pagan la limpieza, las
meriendas y otros gastos.
Noemí
lidera el centro con solvencia y ductilidad. Tiene experiencia en el manejo de
grupos porque dirigía una academia importante de danza. Además, daba clases de
danzaterapia en el Hospital Español a gente mayor, a pacientes con problemas
cardiológicos, oncológicos y psiquiátricos. Se nota que ejerce su cargo con
auténtico entusiasmo y vocación, lo que despierta la gratitud y el afecto de
los socios.
“Me siento bien presidiendo el centro. Me
gusta mucho esta tarea, es agradable hacerlo. En la medida en que se pueda
ayudar… Todos nos llevamos muy bien. El centro es bueno para los que están
solos porque están con gente de su misma edad, de costumbres parecidas, conversan
y se entretienen. Es ideal juntarse. Se trata de
pasarla lo mejor posible en esta etapa de la vida. Por ahora tenemos cincuenta
socios, cada vez somos más, por suerte. Salvo los viernes, vengo todos los días
al centro. Los lunes, por ejemplo, vengo a abrir, a tomar la merienda y me
ocupo de aquellos que tienen que pagar o quieren hacer alguna consulta. Los
martes y jueves doy las dos horas de clase, los miércoles me quedo al taller
literario. Yo estaba sola como tantos otros pero ahora estoy acompañada”, reflexiona con satisfacción la
presidenta.
Laura Brosio
1 comentario:
Como integrante de la Comuna 5 y colaboradora de Plaza Fumarola, felicito al Centro Sol de Mayo por toda la actividad que desarrolla.
Me alegro que el gobierno actual los apoye en su proyecto.
Saludos compañeros
Yolanda Robbiano
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