miércoles, 2 de junio de 2021

LA LEYENDA DEL RESERVITO

 EL RESERVITO: LEYENDA URBANA


 



Dicen que habita la Reserva Ecológica de Buenos Aires y que es un feroz animal en busca de carne humana. ¿Leyenda urbana, mutación o un mamífero que se creía extinto?

Con el paso de los días, el rumor se corrió como reguero de pólvora: un extraño habitante recorre los pastizales durante las noches. Sus ojos brillan con la luz de la luna y su hocico, ensalivado, busca la próxima presa para alimentarse. Dicen que su voracidad no tiene límites y que su aspecto mitad rata y mitad perro lo hace aún más tenebroso.

En verano, familias enteras recorren la superficie de la Reserva Ecológica de Costanera Sur en busca de un alivio del intenso calor citadino. Durante el resto del año, el sitio es muy concurrido por colegios e instituciones en el marco de las visitas guiadas que se ofrecen.

Cómo, cuándo y dónde nació la leyenda, es casi imposible de especificar, pero sí es posible afirmar que, con los últimos incendios, el murmullo que se escucha en los bares cercanos sobre la existencia de la bestia se intensificó.

El saber popular sentencia que las llamas que azotaron la Reserva con llamativa frecuencia fueron provocadas por la mano humana y que tenían el objeto de dar fin al salvaje animal apodado el “Reservito”.

Al caer el sol, un extraño animal de características mitológicas, quizás familiarizado lejanamente con el lobo, recorre errante todo el sitio en busca de carne fresca. Sobre la manera en que “Reservito” llegó a la costa de la ciudad existen varias teorías y conjeturas, una de ellas cuenta que el animal bajó por el Paraná, flotando en un montículo de troncos y ramas. A qué especie pertenece es un misterio.

Quienes lo han visto, lo describen como una mezcla de can y roedor, con algunos rasgos de anfibio. Sin embargo, los biólogos y cuidadores creen que podría tratarse de un ejemplar de Thylacinus cynocephalus, antiguo poblador del hemisferio sur, supuestamente extinto. Otras hipótesis hablan de una mutación, producto de los desechos químicos.

Así, como el Nahuel Huapí tiene el “Nahuelito”, la Reserva tiene su “Reservito”. Mito o realidad.

 

                                           Leyenda anónima




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