Templo
y Escuela de Jesús Sacramentado
La educación en nuestro
país, y en particular en nuestra ciudad de Buenos Aires, fue hegemonizada por
la Iglesia Católica desde épocas de la Colonia y hasta bien entrada la Revolución.
Recién ese control cesó con la Ley 1.420 sancionada el 8 de julio de 1884, por la
que se estableció la enseñanza laica, gratuita, obligatoria e igualitaria para
todos, aunque su implementación tardó mucho tiempo en generalizarse.
Hasta
el año 1874, el barrio campero de Almagro carecía de escuelas públicas de
primer nivel, de modo que la población escolar de la zona estaba obligada a
largos traslados, o de otra manera permanecer en
el analfabetismo.
Segundo templo en el año 1904 |
En
este panorama nace una humilde escuela de primeras letras para niñas, que
dirigirá la religiosa María Benita Arias,
de la orden Siervas de Jesús Sacramentado. Se construiría en un terreno de 40
varas de frente por 70 de fondo (aproximadamente un tercio de manzana) donado a
la Congregación por Martín Salazar, sobre la calle De la Luz (hoy Yatay) entre
Corrientes y Humahuaca (del Parque).
La
religiosa bregará por la edificación, primero de la escuela y luego del templo,
enfrentando las dificultades económicas de dichos emprendimientos, que logrará
sortear mediante donativos de poderosos apellidos de la época como Carlota Díaz
de Vivar de Unzué y el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires,
Mariano Acosta, que contribuyen cada uno con 10 mil pesos, más otros aportes
menores. Así se inaugura en marzo de 1874 esta escuela con un alumnado inicial
de 55 niñas.
Unos
meses después, el 8 de agosto de ese mismo año, la Congregación comprará
a Martín Salazar el resto de la manzana, comprendida por las calles: De la Luz (Yatay), De los Libres
(Pringles), Del Parque (Humahuaca) y Corrientes. El
precio fue de 500.000 pesos, donados en esta oportunidad por Estanislada Fernández de Martín.
Inicialmente
las clases en el colegio eran dictadas por monjas pertenecientes a la Casa
Madre de la congregación, establecida en Callao y Paraguay, por lo que debían
recorrer diariamente las 25 cuadras de distancia, con la carencia de
transportes propia de la época, utilizando algunas veces el Ferrocarril Oeste
que salía de la cabecera Plaza del Parque, o en ocasiones a pie por calles de tierra escasamente pobladas.
Recién en 1879 se
construyen comodidades para que las profesoras pernoctaran en el lugar; también
en aquel año se inaugura la primer capilla,
sobre la calle De la Luz, uno de los templos más antiguas de Almagro, atendida en sus inicios por los Padres Salesianos del
primitivo templo de San Carlos de la Calle Artes y Oficios (hoy Quintino Bocayuva).
En cierto momento se recibieron también algunos varoncitos,
pero al incrementarse su asistencia se habilitó
en la esquina de Corrientes y Pringles la Escuela
de varones San Estanislao, que pronto es
trasladada a un edificio propio en Tucumán 2648. Allí precisamente cursará el sexto grado el alumno Carlos
Gardés, nuestro “Morocho”.
En 1893, un
incendio en el retablo navideño que se había armado en la capilla, la redujo a cenizas; debió reconstruirse y a
la colocación de su piedra fundamental asistieron como padrinos Santos
Unzué, su esposa y Carlota Díaz de Vivar, quienes
habían venido sosteniendo monetariamente siempre a aquel culto.
Sin embargo los fondos no alcanzaron y
la construcción debió interrumpirse y recién se pudo
reinaugurar el templo casi una década después, el 17 de mayo de 1904, cuando
ya había fallecido su inspiradora María Benita Arias.
El nuevo templo, ahora sobre la calle Corrientes 4471, es obra de los
arquitectos Merry, Reynes y Sackmann. Tiene estilo exterior neogótico formal, y
el interior es propio del renacimiento italiano. Consta de una amplia nave
central de 44 metros
de largo por 14 de ancho, formando crucero con el presbiterio. A ello se suman
dos naves laterales de 14 por 10 metros
cada una, y otras cuatro de menores dimensiones, destinadas a altares.
El santuario alberga una importante
cripta o capilla subterránea, donde se guardan los restos de los padrinos y de
Benita Arias.
El nuevo órgano instalado, con caja de
roble macizo, con dos pedaleras y 20 registros, procede de la fábrica alemana
de Walter, en Lundinburg.
Otra vez vendría el auxilio económico
de la viuda de Unzué, para la reedificación del antiguo establecimiento
educativo, que se convertiría en un amplio
edificio de tres plantas sobre Corrientes 4433, esquina Pringles, edificación
que perdura hasta hoy.
Todo
comienza el 7 de enero de 1919 con la huelga en los Talleres Vasena, ubicados
en lo que hoy es la Plaza
Martín Fierro. Se reclamaban mejoras salariales y reducción
de la jornada laboral. Pero la huelga fue violentamente reprimida por la policía, con el resultado de
cuatro obreros muertos. La movilización
obrera y la represión se sucedieron a lo largo de los días, dejando un saldo
final, oficial, de 40 muertos y numerosos
heridos, aunque algunos medios de prensa anarquistas hablaron de más de 100 fallecidos.
El 9 de enero, durante el entierro de las víctimas, una larga columna se encamina por la
calle Corrientes, hostigada continuamente por la policía y por civiles que
respondían a la patronal. Al pasar frente al templo son atacados nuevamente y
ante la presunción de que los disparos provienen de allí, los trabajadores
enardecidos penetran al santuario y provocan un incendio con cuantiosos daños, pero
sin víctimas.
Mucho se escribió sobre estos hechos; fuentes de la
Iglesia lo calificaron como un ataque de hordas enardecidas, actos de bandidaje
y vandalismo, turbas descontroladas etc. El lamentable episodio nunca fue
esclarecido, quedaron enfrentadas dos versiones contrapuestas.
No se tuvieron en cuenta los ánimos caldeados del
momento, que hacían que cualquier chispa provocara un estallido. Lo cierto es
que los trabajadores fueron atacados y el templo
incendiado debió permanecer cerrado durante casi un año.
Otra vez vendrán los aportes salvadores de las
familias adineradas, en esta oportunidad de los descendientes de Díaz de Vivar,
con lo que se logró restaurar los daños y nuevamente el templo fue abierto a
los fieles.
Con el tiempo aquella manzana sufrió
transformaciones, algunas debido a la necesidad de nuevos recursos para el
complejo religioso-educacional, en el cual son construidos una veintena de
pequeños locales sobre la esquina de Corrientes y Yatay, hasta el punto de que
una inmensa palmera de más de cien años quedó literalmente dentro del local
mayor, que se encuentra en la misma esquina.
Hoy la escuela cuenta con tres niveles de educación:
preescolar, primario y secundario.
MARÍA BENITA ARIAS
Nació en La Carlota (Córdoba) el 3 de abril de 1822. Hija
de Rafaela Arias de Cabrera, descendiente por línea materna del fundador de
Córdoba, Jerónimo Luis de Cabrera, aunque su crianza fue confiada a un
matrimonio de esclavos libertos: él, Manuel Mena, un mulato; ella, Florencia
Videla, de sangre india. Se desconoce el motivo
por el cual sus padres delegaron la crianza de María Benita a quienes se
constituyeron en su verdadera familia.
A los 18 años, en 1840,
ingresa como beata en la histórica Casa de Ejercicios Espirituales de la Avenida Independencia 1190,
y viaja becada a Roma donde
visita la Santa Sede
y al mismo Papa Pio IX. Peregrina luego por Tierra Santa entre 1870 y 1871, y regresa a Buenos Aires, donde
funda el Instituto Siervas de Jesús Sacramentado, desarrollando
actividades en hogares de niños, guarderías, colegios y hospitales.
Escuela y templo en la actualidad |
Tras
innumerables gestiones obtuvo la autorización para concretar su proyecto pero, como hemos visto, mucho debió batallar hasta
lograrlo. Su amor por los desposeídos, huérfanos y sufrientes pudo de esa
manera dar frutos. En 1873 estuvo organizada la Casa Matriz,
con asilo y escuela (Orfanato Del Carmen), que se levantó en la calle Paraguay
1766, entre Callao y Rodríguez Peña. Fue nombrada Superiora de esa comunidad,
cargo que ocupó hasta su muerte ocurrida el 25 de septiembre de 1894.
Sus restos descansan en la cripta del Templo de Jesús
Sacramentado, aquel que ella fundara, en la Calle Corrientes 4471 del Barrio de
Almagro.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES:
--Trueba,
Carlos Manuel, Almagro, el pasado que
perdura, Fundación Boston, 1989.
--Granelli,
Omar Pedro, Almagro en el intento,
Edición del Autor, 1999.
--https://seti.afip.gob.ar/padrón-puc-constancia-internet/ConsultaConst…
--
http://www.csel.com/sjs/fundadora.htm
-- Letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/tyrrell_eduardo/madre_
maria_benita_arias.htm
--
http://www.google.com.ar/imgres?q=maría+benita+arias&hl=es&biw=1440&bih...
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