EL AYALOLA JOMEINI |
11 DE FEBRERO DE 1979
LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA DE
LOS AYATOLÁS
La
Revolución Islámica, que en 1979 terminó con el régimen
despótico del Sha y
estableció un nuevo gobierno en Irán, se transformó en un acontecimiento
inédito y sorprendente en la historia del siglo XX.
En
primer lugar, fue una revolución. En efecto, se trató de un movimiento
subversivo popular con la fuerza suficiente para derribar a un régimen
poderoso, que consiguió un cambio, a diferencia de tantos golpes militares que
en las naciones menos desarrolladas tuvieron un resultado semejante pero sin la
participación de las masas ni consecuencias tan radicales.
Por
otro lado, fue la primera ocasión en que el Islam
se usó como fuerza política, ya que desempeñó un papel absolutamente primordial
y aun exclusivo, que superó en mucho al que pudo tener en otro tiempo el
nacionalismo de los territorios colonizados.
LOS CAMBIOS EN
EL MUNDO
Durante
el siglo XX el mundo vivió un expandido proceso de descolonización junto con revoluciones
populares que terminaron por desplazar de la escena central a los tradicionales
poderes seculares, que en el siglo XIX pertenecían al imperio
británico.
Esa
forma particular de ejercer el poder, llamado imperialismo, se mantuvo en la
cima por más de 100 años, durante lo que
muchos historiadores denominan el siglo
imperial, entre 1815 y 1914. Su dominio llegó a alcanzar a cerca de 458 millones de
personas y 31 millones de km2 de territorio en los cinco
continentes.
Las
naciones industrializadas vieron en la conquista
de nuevas tierras una forma de acceder a
recursos naturales y materias primas
para usar en sus producciones industriales, además de mano de obra barata o
esclava. Al mismo tiempo, el imperialismo desarrollaría en sus colonias nuevos
mercados en donde vender esa misma producción que se hacía en Europa.
Con
la descolonización surgirán distintas revoluciones. La primera de ellas fue la
revolución bolchevique en 1917. En los siguientes decenios tuvieron lugar otros
movimientos emancipadores como la Revolución Vietnamita de 1945, la independencia
de la India liderada por Mahatma Gandhi en 1947, la Revolución China de 1949 y la
Revolución Cubana de 1959. Pero hubo una revolución en particular, novedosa, la
del 11 de febrero de 1979, que fue liderada por el islamismo chiita de los
Ayatolás en Irán y es la nos motiva esta labor de memoria.
LA FE ISLÁMICA
En
la actualidad el islamismo agrupa a más de mil millones de fieles en el mundo, en
su mayoría distribuidos por Asia y África. La religión del Islam ocupa el
segundo lugar en magnitud de seguidores (21%), después del cristianismo que
representa el 33% de los religiosos del mundo.
Según las enseñanzas de Mahoma (575-632)
reveladas en El Corán (su libro
sagrado), “no hay más Dios que Alá” y Mahoma es el último mensajero de Alá (dios
en árabe), el último de los profetas enviados y sello de la Profecía.
El islam es una religión monoteísta. Su libro
sagrado, El Corán, le fue dictado por
Alá a Mahoma a través del arcángel Gabriel (uno de los tres arcángeles principales
dentro de las religiones judía, cristiana e islámica). En cuanto a la fe, esta nace en
La Meca (hoy Arabia Saudita). Los seguidores del islam se
denominan musulmanes (del árabe muslim “que se somete” a Alá). Muerto el profeta Mahoma sus
seguidores comenzaron a discernir quién sería su sucesor. Tras el asesinato del
último de los califas, Ali
Ibn Abi Talib –primo
y yerno de Mahoma (casado con Fátima)–
reclamó sus derechos sucesorios y fue elegido cuarto califa
(656-661), aunque no por unanimidad, dado lo cual se encontró con una oposición
violenta que desató guerras internas. Este
conflicto dio origen a un cisma, con dos grupos superiores: los suníes, que
representan el 80% y los chiíes que
son un 10%. Un tercer grupo muy minoritario es el de los jariyí. A partir de ese momento la división fue irreconciliable
y se fue agudizando hasta ahora, sobre todo por intereses políticos y económicos
donde el petróleo jugó un papel fundamental.
Los Chiítas se concentran fundamentalmente
en Irán, el sudeste de Irak y Bahréin, y los sunitas en el
resto de Asia y la mitad norte de África.
Los
suníes
consideran que la sucesión de Mahoma corresponde a un árabe miembro de la tribu
de Quraish, de la que procedía Mahoma. El nombre Suní proviene de Sunna,
monte árabe Ahl as-Sunnah ul-Muhammad wa’l-Jamā‘ah que significa “pueblo
del ejemplo de Mahoma y de la comunidad.” En cambio, los chiíes entienden que fue
Alí el iniciador de la línea sucesoria de Mahoma. Etimológicamente chií
viene de Shiat 'Alí (partido de Ali). Los chiíes consideran que los califas
posteriores a la muerte de Alí han sido usurpadores. Por su parte, los jariyíes
pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir
libremente al más digno "aunque sea un esclavo negro".
En el año 1925
asumió el poder Riza Pahlavi, jefe
militar de ideología nacionalista. Tras la última dinastía Oajar, en 1935,
Pahlavi cambia el nombre del país Persia por el de Irán. Luego, con la Segunda
Guerra Mundial, Riza, que era germanófilo, incorpora
técnicos alemanes en los campos petrolíferos, lo que no fue aceptado por los
aliados (ingleses y soviéticos), que invaden el país en 1941, obligando a Riza Pahlavi a abdicar en su hijo Mohammad Reza Pahlevi.
Durante la posguerra el
movimiento nacionalista se intensificó. Contrario a las injerencias extranjeras,
la corriente nacionalista encabezada por Mohammad Mosaddeq finalmente se impone, y el líder es nombrado primer ministro en 1951.
Mosaddeq intenta nacionalizar los recursos petroleros, por
lo que es expulsado en 1953
en una operación orquestada por británicos y estadounidenses. La inteligencia
británica logró convencer al gobierno de los Estados Unidos de que
Mosaddeq era comunista, en consecuencia, la CIA
ejecuta la Operación Ajax, le
quita el poder a Mosaddeq e impone un gobernante favorable a ese país. Pronto el líder nacionalista es arrestado
y enjuiciado, se lo acusa de traición y se lo sentencia a tres años de arresto.
En 1955
se firma el pacto de Bagdad. El Sha, con el apoyo de los Estados Unidos y del Reino Unido comienza
la modernización de la industria del país, al mismo tiempo elimina toda
oposición a su régimen, con la ayuda de la agencia de Inteligencia SAVAK.
El principal opositor al gobierno era el Ayatolá Ruhollah Jomeini, un hombre muy
popular entre los círculos religiosos iraníes. En 1964, luego de ser liberado de prisión
en donde había permanecido 18 meses, criticó
a los Estados Unidos por el apoyo dado al régimen autocrático del Sha; se exilia en Turquía y más tarde viaja
a París, desde donde
prosigue con su crítica al régimen.
LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA
Las manifestaciones contra el Sha comienzan en enero de 1978. La revuelta se había generalizado ya para septiembre de ese año, con el impulso de Jomeini desde el exilio. El Sha Mohammad Reza Pahlevi incrementa aun más sus poderes dictatoriales, para ello contaba con el apoyo de los Estados Unidos, que lo consideraba su mayor aliado en la zona. Desatada la revolución, finalmente el Sha huye de Irán en enero de 1979 y el 1º de febrero Jomeini regresa a su país proveniente del exilio en París.
Por su parte, el ejército se declara neutral después de que las guerrillas y los rebeldes sobrepasaron al número de tropas leales al Sha. De esta forma, Irán se convierte en República Islámica el 1º de abril de ese mismo año, cuando el pueblo aprueba el referéndum con una elevada mayoría.
Las relaciones con los Estados Unidos fueron
complicándose, hasta que se volvieron completamente antagónicas. Esto ocurrió cuando
estudiantes de Irán entraron a la embajada y capturaron al personal estadounidense,
que terminó catalogándolo de espía y acusado de pretender
derrocar al Ayatolá
como habían hecho con Mossadegh en 1953. Ante eso poco pudo hacer Jomeini, la
toma estaba consumada.
En los hechos, más de 300 estudiantes iraníes que se dieron a
conocer como discípulos del Imán rodearon el edificio, primero se reunieron en su
frente a modo de protesta, pero después ingresaron por la fuerza. Los
estudiantes tomaron 53 rehenes y permanecieron en el edificio por 444 días. Si
bien hubo un intento de rescate de los rehenes, por un comando
norteamericano, éste falló rotundamente, lo que ahondó todavía más las tensas relaciones.
Así, tras la Revolución y la ocupación de la embajada, el
gobierno estadounidense permitió un Golpe de Estado en Irak y entronando a Saddam Husein para
hacer contrapeso al régimen de Irán. Estas acciones pronto condujeron a una
guerra, esta vez entre dos estados islámicos, uno de ellos con mayoría sunita y
otro de mayoría chiíta. El enfrentamiento entre Irán e Irak fue cruento, largo
y sin ganadores netos.
Irak recibió el apoyo técnico y armas de Estados Unidos. Las
armas químicas se fabricaron con materiales de doble uso otorgados por Estados
Unidos y algunas compañías alemanas. En 2002 el diario británico The Independent divulgó una lista de 22
compañías americanas que dieron apoyo en la fabricación de las armas químicas
del régimen de Saddam.
El conflicto terminó ocho años más tarde. Como resultado
murieron más de un millón de soldados iraquíes e iraníes y civiles de
ambos bandos, otros miles quedaron lisiados.
El diferendo se
resolvería solamente ante la enorme presión internacional, no obstante nada se
hizo para aliviar a las víctimas: no hubo reparación de ningún tipo para las
partes ni hubo reasignaciones fronterizas como se esperaba.
En resumen, fue
otra de las tantas guerras inútiles creadas por los Estados Unidos.
Finalmente los Estados Unidos promoverán un nuevo conflicto,
aún no resuelto, con Irán, debido a la supuesta fabricación por éste de armas
nucleares. Pese a todo la Revolución Iraní continúa gozando de gran vitalidad y salud, y es el enemigo
principal del Imperio pretendidamente dominante y amo del
mundo.
Miguel Eugenio
Germino
Fuentes:
http://www.taringa.net/posts/imagenes/12980322/La-Revolucion-Islamica-de-Iran-1978---1979.html
http://www.taringa.net/posts/info/7363486/Iran-la-compulsion-de-occidente-por-el-petroleo-y-el-poder.html
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