A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX A LA IZQUIERDA SE VE EL VIEJO OMBÚ QUE PERDURÓ POR AÑOS |
El
vocablo “Miserere” (ten compasión) se
relaciona con Antonio González Varela,
apodado así por su fama de misericordia y bondad, él que fuera junto a su
tío, Antonio González Uría, los primeros precursores de la zona, ya que éste último
adquiere en el año 1773 los terrenos a mano derecha o norte del Camino Real,
prolongación de la calle de Las Torres (hoy Rivadavia) a la altura de la actual calle
Azcuénaga.
Ambos erigirán en 1778 en la esquina NO, en el paraje más alto
de la zona, una pulpería, cuadra de panadería, la casa principal y morada, en
una quinta de tres hectáreas de extensión hacia el norte y al oeste.
En aquel paraje poblado sólo con ranchos, hornos de ladrillos
y algunas quintas, el Cabildo autorizó la instalación en 1775 de los corrales de ganado para
el abasto de la ciudad, algo más al oeste, sobre el mismo camino, tan solo
salvando un arroyuelo, cuyo curso de sur a norte seguía el actual trazado de
las calles Saavedra y Paso. Aquel amplio espacio, un tanto reducido, será, a
futuro, el sitio que hoy ocupa la actual “Plaza
Miserere”.
EL LUGAR EN 1852 "PLAZA DE LAS CARRETAS" |
Sin embargo aquel nombre sufrirá en su historia un largo
período de ostracismo, al ser sustituido por el
gobernador de
Buenos Aires Pastor Obligado para
rememorar la desgraciada
separación de la provincia de
la Confederación, en el año 1852. Buenos
Aires decidió desconocer al Congreso Constituyente, retiró los diputados
enviados y reasumió el manejo de las relaciones exteriores (un verdadero golpe de los
tantos que sufrió y sufrirá el joven país). Un año después por
decreto del 4 de octubre de 1853, dispone modificar el de Miserere por “11 de
septiembre”.
La Plaza se encuentra ubicada entre las calles Rivadavia, Pueyrredón, Bartolomé
Mitre y Ecuador y es el centro del barrio. Antes
de ser una plaza, allá por el año 1800 era un gran predio denominado Corrales
de Miserere. Con los años su nombre fue cambiando y ostentó
muchos como: Hueco de los corrales, Mataderos
de Miserere, Mercado
del Oeste o Mercado
11 de Septiembre, para finalmente recuperar
en 1947 el de “Miserere”.
El lugar adquiere
connotaciones históricas al haberse concentrado allí las tropas criollas
dispuestas a reconquistar la ciudad ocupada por los británicos en 1806, así
como las fuerzas de la Segunda Invasión, en 1807, cuyas tropas derrotarían en
ese sitio a las que comandaba Santiago de Liniers.
MONUMENTO AL ABORIGEN -CENTRO DE LA PLAZA ENTRE 1912 Y 1928 |
El
5 de abril de 1811, el llamado “Alcalde de las quintas”, Tomás Grigera,
secundado por el doctor Joaquín Campana y algunos militares, se levanta contra
las autoridades del Cabildo; y con el paisanaje allí reunido avanza sobre la
Plaza de la Victoria (hoy de Mayo) para entregar el memorial que impone
condiciones de cumplimiento perentorio, fue la denominada
“Revolución del 5 y 6 de
abril de 1811” o Revolución
de los orilleros, o Revolución
Quinti-sexta. Primer golpe cívico militar producido en las Provincias Unidas del Río de la Plata, por
el cual el sector moderado partidario de Cornelio
Saavedra se aseguró el control de la Junta Grande de gobierno
eliminando a la minoría radical partidaria de Mariano Moreno.
En 1820 el gobernador coronel Manuel Dorrego revista en los Corrales de
Miserere a la caballería del Escuadrón Cazadores Negros, para enfrentar a las
fuerzas coligadas de los generales Estanislao López, José Miguel Carrera y
Carlos María de Alvear. Dorrego es más tarde derrocado
y fusilado por Lavalle, sin proceso ni juicio, el 13 de diciembre de 1928.
En realidad, el área comenzó a tomar carácter de espacio abierto o plaza pública después de la Exposición Continental
realizada en 1882 durante la presidencia del general Julio A. Roca. Hasta
entonces allí había funcionado el Mercado Once de Septiembre, donde se
concentraban los frutos del país, y las tropas de carretas continuaban
renovando sus estacionamientos. Al delinearse la plaza, por Torcuato de Alvear,
el terreno quedó levantado sobre el nivel de la calle ya adoquinada; y de ahí
que se la encuadró con un pequeño murete, a tramos abierto por varios
escalones. Recordamos el que permitía el paso por la avenida Centro América
(actual Pueyrredón), cuya entrada levantaba dos pilares a manera de ornamento,
pues en su remate tenían dos copones florecidos;
sobre la parte de Ecuador y Bartolomé Mitre se dejaba ver un gigantesco ombú,
prueba inequívoca de que todavía (año 1909) la plaza guardaba matices de sus
días primeros, cuando en la inmediata pulpería se cantaban los versos de Luis
L. Domínguez, “El ombú”.
Lo profuso de su arbolado
estaba entonces muy cerca de lo rural y no de lo ciudadano, pero en dos
ocasiones se efectuaron transformaciones en su trazado y fue remodelada
íntegramente. La primera, en 1913, con motivo de los trabajos correspondientes
al tendido del subterráneo de la Línea A, los que, por ser efectuados a cielo
abierto, obligaron al desplazamiento de cuanto había en la superficie de su
perímetro.
HACIA 1913 A POCO DE INAUGURARSE EL SUBTE A |
Y la segunda en 1932 por la
instalación del mausoleo para guardar las cenizas de quien fuera el más férreo
defensor del centralismo porteño, Bernardino Rivadavia, obra del artista
argentino Rogelio Irurtia, que fue inaugurada con
amplia repercusión el 3 de setiembre de aquel año.
Con el tiempo los estampas vivas del cuadro que ofrecería el lugar,
con su movimiento de carretas y sus actividades de reseros y matarifes, con sus
grupos de consignatarios, mayordomos y peones, todos de a caballo, con
expresiones y tonadas de aire campesino, se fueron sustituyendo
por diferentes colores y funciones cuando, hacia
1857, la empresa
Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste (luego Ferrocarril Domingo Faustino
Sarmiento) inauguraba la primitiva estación Once de Septiembre (apenas un
apeadero) en el encuentro de las hoy calles Ecuador y Bartolomé Mitre,
anteriormente conocidas con los nombres de Bermejo y Piedad, respectivamente. Cuatro décadas más tarde, el 5 de agosto de 1896, se
abría por primera vez la gran estación que hoy conocemos, cuya edificación
fuera aprobada por decreto del 15 de julio de 1895.
Con esta monumental obra la plaza cambió su vista
hacia el norte, mientras que hacia el sur y al oeste
desentonaba con las figuras de algunos corralones y barracas, como en su línea del costado de Rivadavia, que
mantuvo casas de comercio de mucho renombre, como la de Morea y Montemayor
(maquinarias e implementos rurales), con grandes vidrieras en la esquina
sudeste de La Rioja, y en lo alto de su cornisa deslumbraba la figura de un gran ciervo
en mampostería. Esta casa desaparecerá tras el espectacular incendio que se
declarara el 30 de setiembre 1965; debe
recordarse que la construcción de toda esa esquina databa del año 1874, y que a
metros de la citada firma existía, en 1908, el Gran Cinematógrafo “Plaza Once”,
con capacidad para 2.500 espectadores, que era de altos y bajos, con servicio
de confitería.
Además en
esa cuadra se encontraba la sastrería “La Exposición”, de corte y confección. De
todos los edificios que dan a este lateral de la plaza, debe ser considerado
como el de mayor antigüedad el de la esquina sudeste de Rivadavia y Catamarca,
el que en distintas épocas fue pulpería, almacén y un café más que centenario,
pues en algunas fotografías se lo ve reproducido en años anteriores a 1865 (fue
demolido en noviembre de 1972).
Sobre el borde este de la plaza fue levantada una recova, que aún se
conserva en toda la cuadra como testimonio de una época; para su edificación, en octubre de 1873 algunos vecinos
caracterizados, propietarios de los terrenos, solicitaban a la corporación
municipal el permiso para levantarla, y en esto es la única de las plazas de
Buenos Aires con un toque semejante con la de Mayo.
Debe recordarse además como
signo distintivo de las antiguas plazas porteñas, como también de otros lugares
públicos, desde los últimos lustros del siglo XIX la existencia de surtidores
de agua corriente destinados a combatir la sed de caballos y mulas que
arrastraban los rodados en general, los que estaban provistos de una manga para
refrescar a las bestias en días de fuertes calores, utilizándosela también para
abastecer a los carros aguadores, los populares pipones de canillón y campana
que surtían a los inquilinatos de la periferia, todavía en mañanas de 1910.
El surtidor, o la bomba, como
la llamaba el pueblo, se ubicaba en la plaza Miserere, sobre el ángulo de
Rivadavia y Pueyrredón, a escasos metros de lo que ahora es la entrada del
subterráneo.
Otro dato que pocos conocen, es
que el centro de la plaza albergó hasta la construcción del monumento a
Rivadavia entre los años 1912 y 1928, una estatua denominada “Al aborigen”,
obra escultórica del artista Hernán Cullen Ayreza, trasladada en 1932 a Plaza
Garay.
La superficie de la plaza,
conforme con el Censo Municipal practicado en el año 1904, es de 27.053 metros
cuadrados, una de las mayores de la ciudad de Buenos Aires, de la que una parte
inferior a la mitad es hoy una plaza cerrada, mientras el resto es un verdadero
paso casi obligado de transeúntes rumbo a las decenas de paradas de líneas de colectivos
que la rodean por completo, muchas con la
construcción de antiestéticas boleterías de
material, que comparten con decenas de diferentes puestos de venta.
Éste sector, totalmente carente de verde, es frecuentado por
solitarios predicadores con escasos espectadores, junto a la indisimulada
oferta de sexo.
A pesar de todo, la
Legislatura Porteña declaró a Plaza Miserere, Sitio de Interés Cultural, por constituir un emblema de la historia y la pluralidad
cultural, punto de encuentro permanente, iniciativa que fue aprobada sobre tablas sobre un texto consensuado.
Miguel Eugenio
Germino
Fuentes:
-Melo, Manuel Carlos, Miserere, Cuadernos de Bs. As. MCBA, 1963.
-http://eternabuenosaires.com/2011/01/plaza-miserere-una-plaza-con-historia
-http://primerapagina93.blogspot.com.ar/2013/11/monumento-al-aborigen.html
-http://www.ciudadweb.com.ar/reconocimiento-la-plaza-miserere/
-http://www.revisionistas.com.ar/?p=11589
-http://www.taringa.net/posts/info/12460255/Es-el-11-de-septiembre-fecha-de-desastres-entra.html
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