lunes, 2 de octubre de 2017

PRIMERA PAGINA Nº 268 EDITORIAL

EDITORIAL AL Nº 268 – OCTUBRE DE 2017






Un nuevo escenario comienza a vislumbrarse en la Argentina; que ensaya alternativas distrayentes con el propósito de ocultar un país que no crece, al que no llegan inversiones, que se endeuda más  más cada día, en el que se deprime el salario mientras los precios trepan a niveles absurdos,  y se infunde un “miedo represivo” combinado con distintos actos violentos de las fuerzas de seguridad, como el provocado por elementos policiales tras el acto de Plaza de Mayo por la aparición de Santiago Maldonado, desaparecido por la    desmedida represión de la Gendarmería en el sur
Esto se encuadra en un plan sombrío para lograr mediante una “deshistorización, la colonización de las mentes”, todo enmarcado en una campaña mediática desde el 99% de los medios hegemónicos adictos, especialmente la TV, que penetra por la ventana de los domicilios sin ser invitada. Cambiando así de raíz las estructuras para desfavorecer a las mayorías populares y beneficiar a los poderosos, atacando con violencia lo poco que queda de “populismo”, al que demonizan como origen de todos los males.
Se introduce la religión en la política médiate la  imagen angelical y virginal de la gobernadora María Eugenia Vidal, con un mensaje seudo evangelizador.
En aquel   mensaje se   convierte lo falso en verdadero y la mentira en verdad, aspirando a establecer un grave “manual operativo” que combina el temor y el pánico paralizante, para minar la fuerza y las voluntades “previamente colonizadas”, para consumar un verdadero lavado de cerebros y obnubilar la razón.
Hay mentes propensas a ser colonizadas y otras que se resisten en mayor o menor medida a este cóctel funesto.
 Contra esto se requiere luchar, ¿pero cómo?, hay una disparidad de fuerzas entre los PRO y los contra PRO, y el esfuerzo a desplegar es titánico, porque si éste plan pasa   la vuelta atrás será mucho más difícil y dolorosa, abriéndose un camino de imprevisibles consecuencias.

Respecto a la apertura indiscriminadas de las importaciones, Manuel Belgrano, en épocas muy anteriores a la Revolución de Mayo –hacia 1794–, estando en el consulado de Buenos Aires, escribía acerca de que los países civilizados se cuidan de no exportar materia prima sin antes transformarla localmente: “no exportemos cueros, exportemos zapatos” afirmaba.

Como puede presentarse como bueno, algo que ya se criticaba  hace más de 200 años atrás,  con  esta política se lleva a la destrucción total de la hoy tambaleante industria nacional.

Se pretende llevar al país y a los ciudadanos a un nivel de endeudamiento, sin posibilidad de retroceso y con pronósticos a mediano plazo de caer nuevamente en un seguro default, como el que ya conoció el país en el año 2001 y padecieron sus habitantes.

La flexibilización laboral (a la brasileña) es la meta a implementar, pero en cómodas cuotas, destruyendo lentamente los sindicatos, algunos ya colonizados mediante dirigentes burocratizados, atornillados a la silla desde hace más de 25 años.

En lo previsional, volver a las apropiadoras AFJP, aunque con un sistema “optativo y engañoso”, como el que se padeció en el país y que en América lo sufre Chile, que viene resistiéndolo en los últimos meses. La meta final es la desaparición del régimen de reparto y la precarización previsional.
El déficit comercial del último semestre es el más alto en los últimos 23 años, y la fuga de capitales creció un 40%, siendo el mayor de los últimos 15 años.
Los índices del deterioro educacional y de la salud son alarmantes.
El 30% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, y el índice Gini (desigualdad), creció de 0,41 a 0,51.
Por eso, tras las próximas elecciones de octubre, se intentará avasallar todos los principios jurídicos y económicos que quedan, cargándose las leyes laborales, el régimen tributario, el régimen previsional y el sistema electoral, este último con claras intenciones de imponer un sistema fácilmente manipulable.
Para ello procuran contar con el apoyo del remanente subordinado y claudicante que aún subsistirá en el parlamento y que, lamentablemente, “estará complacido de servir a los señores de la oligarquía” que pretenden llevarse puesto al país con sus habitantes incluidos.
¡Impedirlo es la premisa fundamental de esta aciaga hora! ¡Lamentarlo después será en vano!

                                                     Hasta la Próxima 



























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