miércoles, 1 de enero de 2020

ROSA LUXEMBURGO


ROSA LUXEMBURGO
ASESINADA EL 15 DE ENERO DE 1919
“LA ROSA ROJA DE LA REVOLUCIÓN




“En 1919, la revolucionaria Rosa Luxemburgo fue asesinada en Berlín. Los asesinos la rompieron a golpes de fusil y la arrojaron a las aguas de un canal.
En el camino, ella perdió un zapato.
Alguna mano recogió ese zapato, tirado en el barro.
Rosa quería un mundo donde la justicia no fuera sacrificada en nombre de la libertad, ni la libertad fuera sacrificada en nombre de la justicia.
Cada día, alguna mano recoge esa bandera.
Tirada en el barro, como el zapato.”

Eduardo Galeano

Aquel 15 de enero de 1919, tras purgar años de cárcel, Rosa Luxemburgo filósofa, fogosa oradora, activista política, y economista, fue asesinada a manos de soldados alemanes, en las postrimerías de su derrota en la Primera Guerra Mundial.
Fue ejemplo de lucha revolucionaria, autora de numerosos libros y escritos, en su intensa vida mezcló la teoría y la práctica revolucionaria, oponiéndose al reformismo de Eduard Bernstein del Partido Socialista, bregando “Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.”

Polémica y de agudas opiniones como militante y oradora, fue plasmando frases que compartía con sus colegas de aquella época, como: “El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo” (de la carta de Rosa a Franz Mehring en febrero de 1916); hasta se atrevió a hacerle críticas a Carlos Marx, sobre la posible extinción del capitalismo y a Vladimir Lenin, sobre métodos de manejo de tácticas revolucionarias, sin embargo éste último sentía gran admiración por Rosa Luxemburgo como una gran líder revolucionaria.




Los inicios de Rosa

Fue la ciudad Zamość, en el reinado de Polonia controlado por Rusia, el lugar donde Rosa Luxemburgo vendría a la vida, nació el 5 de marzo de 1871, en el seno de una familia judía polaca.
A los 9 años inició estudios en el Liceo femenino de Varsovia; unos años después, al tomar conciencia de la situación de miseria e incluso de tiranía que preponderaba en su país, decide participar en el partido polaco de izquierda llamado Proletariat.
Culminó sus estudios con excelentes resultados, sin embargo, sus acciones políticas le obligan a emigrar a Suiza para evitar ser arrestada, una vez allí se inscribe en la Universidad de Zúrich y entabla amistad con otros líderes socialistas entre quienes destacan Leo Jogiches, de quien fue pareja, con quien compartiría gran parte de su vida y con Anatoli Lunacharski, revolucionario marxista.
Fundó el periódico “La causa de los trabajadores”, junto a Leo Jogiches, en crítica oposición a las políticas de su Partido Socialista polaco y un tiempo después fundaron el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia, siendo la mayor teórica de la socialdemocracia de su país.




Quien no se mueve, no siente las cadenas

A su enorme curiosidad vital, su gran inteligencia y su carácter rebelde y valiente, unía unas grandes dotes de oratoria y de dialéctica, que combinadas con la formación, la docencia y la capacidad de análisis marxista la llevaron a una activa militancia política en la que, por su carácter crítico, terminó por ganarse el respeto, pero también los recelos, de muchos de sus compañeros.
La mujer a quien el líder soviético Vladimir Lenin llamaría el "Águila de la Revolución", nació en 1871, pocos días antes de que los obreros franceses proclamaran la Comuna de París y murió poco más de un año después de la conquista del poder por los bolcheviques rusos en la “Revolución de Octubre”. Su vida abarcó una gran época histórica, las cinco décadas que se abrieron con el primer ensayo general de revolución socialista y se cerraron con el nacimiento de una nueva era para la humanidad.
Durante toda su vida desde su despertar político cuando iba a la escuela en Varsovia hasta su asesinato en Berlín en 1919 Rosa dedicó su tremenda energía, capacidad y fuerza intelectual a la revolución socialista mundial. Comprendió que se jugaba el destino de la humanidad y, como mujer de acción, se entregó totalmente a esa gran batalla histórica.
Dos semanas antes de su asesinato les dijo a sus camaradas: “Hoy nos podemos proponer la destrucción del capitalismo de una vez por todas. Más aun; no sólo estamos en situación de cumplir esa tarea, no sólo cumplimos con nuestro deber para con el proletariado, sino que nuestra solución es el único medio para salvar a la humanidad de la destrucción”.
Ésa fue la convicción que guió su intensa vida de gran revolucionaria, polémica y osada, que se atrevió a criticar diferentes aspectos del marxismo y del leninismo, aunque siempre con la altura intelectual de quien posee elementos suficientes para hacerlo.

rememoración en Alemania 

A su vez Rosa reivindicó el feminismo, pero siempre desde un punto de vista clasista, en su lucha por la igualdad, de género como de clase, en una época en que la mujer estaba sometida tanto por los hombres como por las políticas retrógradas, el marxismo recién hacía sus primeros pasos prácticos, relegado de las teorías estrictas y Rosa aborda distintos temas polémicos que aún hoy no fueron desentrañados entre la teoría y la práctica.
Reivindicada desde diversas esferas de la izquierda, sus ideas y sobre todo sus polémicas han sido desfiguradas y falsificadas en multitud de ocasiones. Sin embargo, y a pesar de eso, sigue siendo amada y admirada por los políticos más combativos, y ya en el siglo XXI continúa siendo sinónimo de rebelión y revolución. Nadie puede quedar indiferente ante su dura y comprometida vida.


La Liga Espartaquista

La Liga Espartaquista (Spartakusbund en alemán) fue un movimiento revolucionario marxista organizado en Alemania durante los últimos años de la Primera Guerra Mundial, fue apodada así en honor a Espartaco (líder de la mayor rebelión de esclavos del Imperio romano); fundado por Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin y otros. Posteriormente, la Liga pasó a llamarse Kommunistische Partei Deutschlands (KPD, Partido Comunista de Alemania, en español). Su período de mayor actividad fue durante la Revolución alemana de 1918, cuando intentó incitar a una revolución mediante la circulación del periódico Cartas de Espartaco.
El 1º de enero de 1919, la Liga Espartaquista/KPD participó (pero no la inició) en una revolución comunista de breve duración en Berlín, aun ante las advertencias de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebknecht, quienes argumentaban que la rebelión era débil y que no contaban con el apoyo total de la clase obrera.
La revolución (luego conocida como levantamiento espartaquista) fue derrotada por las fuerzas combinadas del Partido Socialdemócrata de Alemania, los remanentes del ejército alemán y de los grupos paramilitares de extrema derecha conocidos como Freikorps, a las órdenes del canciller Friedrich Ebert.
Luxemburgo y Liebknecht, entre muchos otros, fueron masacrados por los Freikorps, y sus cuerpos arrojados al río. Centenares de Espartaquistas fueron ejecutados en las semanas que siguieron a la sublevación. Los restos de la Liga se disolvieron en el Partido Comunista de Alemania (KPD) que conservó el periódico de la liga, Die Rote Fahne (La bandera roja), como su publicación.
Por otro lado, se ha convertido en una suerte de moda que aquellas corrientes socialdemócratas, hoy hegemónicas en el movimiento feminista, traten de edulcorar a Rosa, convirtiéndola en una “feminista más”, defensora de los derechos “de todas las mujeres” sin importar cuál fuera su clase social.
Sin embargo el mal llamado “El feminismo” nació el día que una mujer dijo no a los sometimientos que la dominación masculina imponía. O quizás, lo que dijo fue sí, pero lo hizo con inteligencia, como Sherezade, que hilaba historias cada noche, para no dejar su destino al albur de un hombre, quien además disponía de su vida desde la superioridad que su inventada condición de rey le otorgaba, según opina Raquel Martínez-Gómez.




Borón y Rosa

Atilio Borón, sociólogo y politólogo argentino, subraya que para Rosa Luxemburgo “reforma y revolución no son dos polaridades separadas, sino que la reforma es un camino para avanzar hacia la revolución, si es que se dan ciertas condiciones que hacen que esta reforma transcienda el mero metabolismo de la sociedad capitalista y permita dar un salto... para dejar atrás toda una etapa histórica”.
Se inspira en Rosa Luxemburgo para proponer que las reformas que tienden a la revolución son específicamente las que van "cambiando las condiciones objetivas y subjetivas de la gran masa de los explotados que conforman la sociedad capitalista", de manera que los trabajadores vayan adquiriendo conciencia de su situación, fortaleciéndolos en la lucha en contra del capital.
En este episodio de Escuela de Cuadros, mientras se debate el papel de las reformas en el contexto latinoamericano, también se estudian los argumentos de Luxemburgo sustentando la ineluctabilidad de las contradicciones económicas en el capitalismo, pilar del marxismo generalmente desechado por el reformismo junto con la teoría del valor y la dialéctica.

Su obra escrita

-Cartas desde la prisión
-La acumulación del capital
-La revolución rusa
-Huelga de masas, partidos y sindicatos
-La crisis de la socialdemocracia
-Reforma o revolución
entre otros libros, escritos y cartas

Su vida en el cine y en el teatro

En 1985 Margarethe von Trotta dirigió el largometraje alemán “Rosa Luxemburgo”, de 114 minutos.
En octubre de 2010, Alejandra Aristegui estrenó la obra “Rosa Luxemburgo” en el teatro del Artefacto, CABA. En ese momento Rosa no era muy conocida en Argentina. La propuesta fue volverla visible desde una puesta estética y poder acercarnos a una mujer extraordinaria. Ella está refugiada en la casa de una familia que le da asilo político esa última noche, antes de ser asesinada, en el intento de revolución que ocurre en época de posguerra (noviembre 1918 - enero de 1919).

Rosa fue encarcelada, perseguida y finalmente asesinada, pero volvió de todas las desapariciones que pretendieron sus asesinos, y de los que posteriormente trataron de condenar su obra teórica al ostracismo. No sólo escapó de las aguas, regresando a la superficie y desde las orillas del mundo. Poco a poco fueron llegando también sus ideas, sus reflexiones sagaces sobre la revolución, el socialismo y la libertad. Fue una fuente de alimentación de todos los revolucionarios del mundo.
En toda sociedad de clases, la cultura intelectual (arte y ciencia) es una creación de la clase dominante; y el objetivo de esta cultura es en parte asegurar la satisfacción directa de las necesidades del proceso social, y en parte satisfacer las necesidades intelectuales de la clase gobernante” (Rosa Luxemburgo).

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:

-Basso Lelio, El pensamiento político de Rosa Luxemburgo, Edicions 62, Barcelona,

1976.

-Evans Kate, La Rosa Roja, IPF ediciones, 2017.

-https://www.akal.com/p/rosa-luxemburgo/







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