viernes, 29 de julio de 2022

BALVANERA Y LA AVENIDA RIVADAVIA

 Balvanera a lo largo de la calle Rivadavia

 

       EL CONGRESO NACIONAL PUERTA DE ENTRADA AL BARRIO


En sus orígenes, hacia 1769, a esta importante arteria se la llamó “De las Torres”, debido a las dos que se levantaban en el primitivo edificio de la Catedral, después de las huellas del antiguo “Camino Real” hacia los llamados “Reinos de Arriba”, como se denominaban entonces a las provincias del interior. Tras las invasiones inglesas se la denominó: en 1808, “Reconquista”; en 1822, De la Plata; hacia 1835, “Camino de Quiroga” y en 1836, “Federación”; para finalmente por ordenanza del 11 de marzo de 1857, pasar a denominarse Rivadavia.

En varios momentos se pensó en cambiarle el nombre, proyectos que no prosperaron.

La calle Rivadavia atraviesa Balvanera de este a oeste, y se constituye en una avenida de 35 km de largo, una de las más largas del mundo, y sobre su trazo se escribe gran parte de la historia del barrio.

A partir de la Plaza del Congreso, creada en el año 1910 con motivo del primer centenario de la Revolución, por el entonces intendente Manuel Güiraldes, padre del escritor Ricardo (autor de Don Segundo Sombra), y del Monumento a los Dos Congresos, inaugurado en 1914, obra del escultor Julies Lagae y el arquitecto Eugenio D`Huicque.


                          ANTIGUA FOTO DE LA CONFITERIA DEL MOLINO

Para la apertura de la plaza debieron demolerse casi cuatro manzanas, en las que se hallaban: el Circo Buckingham, el Mercado Lorea, la caballeriza del escuadrón de Policía a caballo creado en 1840, el cuartel de bomberos, y el molino harinero, que le dio el nombre a la Confitería del Centro, inaugurada en 1850 en la intersección de la avenida Rivadavia con la calle Rodríguez Peña (en ese momento las calles se llamaban "Federación" y "Garantías" respectivamente), por Constantino Rossi y Cayetano Brenna este último un prestigioso pastelero italiano especializado en la fabricación de pan dulce–. Posteriormente, trasladada a la esquina de Callao y Rivadavia como Confitería del Molino (obra del arquitecto Francesco Gianotti, 1917). Por aquel entonces muchos negocios de la zona tomaron el nombre Del Molino, como: sombrerería, relojería, almacén…

Dentro de la Plaza del Congreso se encuentra, desde 1935, el monolito del Km 0 de las rutas argentinas, y el túnel subterráneo de entrada y ventilación del antiguo del correo neumático, que transportaba telegrafía a 12 metros por segundo, desde las 14 sucursales al Correo Central y que utilizaba el curso del Túnel de Cargas del ferrocarril Oeste. Sistema que dejó de funcionar por obsoleto en 1970.


              PLANTA DE TUNA TIPICA PARA HACER CERCOS EN EL SIGLO XIX

Cruzando el “Camino de las Tunas” (las hoy avenidas Entre Ríos y Callao), se encontraba el Hueco de los Olivos, por la proximidad a la quinta de la familia Lajarrota, lindante al aserradero y casas que pertenecían a la familia Spinetto, las que fueran expropiadas para construir lo que sería el futuro Palacio del Congreso Nacional.

La construcción de este palacio comenzó en 1898, conforme al diseño del arquitecto Víctor Meano, y continuado tras su muerte, por el arquitecto Jules Dormal, respetando el proyecto original.

Se inauguró en 1906, aún sin su terminación, obra que se extendería durante 40 años. Su cúpula, de 80 metros, es una de las más altas de la Ciudad, y su estilo corresponde al academicismo italiano de fines del siglo XIX; su revestimiento es de piedra caliza gris, con basamento de granito.

El 28 de diciembre de 1993, por decreto 2.676 del Poder Ejecutivo Nacional fue declarado “Monumento Histórico y Artístico Nacional”. Entre sus consideraciones, establece que el edificio del Congreso constituye un referente de nuestra identidad cultural, por lo que se considera necesaria la preservación y presencia física de sus valores históricos y estéticos.



                             LA QUINTA DE SALINAS PLANO DE 1785

 Rivadavia en su recorrido hacia la hoy calle Sarandí, donde se levantaba hacia el año 1785 la “Quinta y capilla de Salinas”, antecedente de la posterior Iglesia Regina Martyrum, por la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), con una larga y particular historia.

En la misma manzana, en la esquina de Rincón, se levantaba el Bar Rivadavia, primitivamente reducto de malandras y caferatas cuya traducción al lunfardo básico corresponde, más o menos, a gente de mal vivir. “Verdaderos angelitos”, según la burlona afirmación del comisario de Balvanera quien, sin saberlo, le estaba dando carta de bautismo a uno de los más populares cafés y trinchera tanguera de Buenos Aires; fue fundado por el italiano Battista Fazio, un galpón de billares, con piso de tierra, territorio de famosos como Gabino Ezeiza, Higinio D. Cazón, Carlos Gardel, y otros. A José Ingenieros, Juan B. Justo y Alfredo Palacios se los veía seguido por Los Angelitos. Una noche de 1917, en este café, el dúo criollo Gardel-Razzano fue contratado por Mauricio Goddart, director artístico del sello Odeón.

                                             EL DESAPARECIDO TEATRO DORIA

La siguiente cuadra alberga un enorme baldío (Av. Rivadavia 2150) en el que se encontraba la Casa del Pueblo del Partido Socialista, incendiada en el año 1953.

Hacia la calle Pasteur, al 2200 de Rivadavia, el científico y naturalista Florentino Ameghino (1854-1911) abrió a su librería que bautizó “El Gliptodón”.

En Rivadavia 2314 existió desde 1903 a 1967 el Teatro Marconi, una destacada sala especializada en lírica, un recinto consagrado a la ópera y la zarzuela, reemplazando al anterior Teatro Doria, considerado el “El teatro de los italianos pobres”, cuya entrada era de mucho menor valor al de los establecimientos de ese género que se distribuían en el corazón cultural de la ciudad de Buenos Aires.


                EL TEATRO MARCONI QUE REEMPLAZÓ AL DORIA POSTAL TOMMASSI

En la cuadra de Rivadavia y Azcuénaga, estaba la mítica pulpería y quinta de Miserere (de dos manzanas), hoy se levanta en parte del lugar el Pasaje Colombo, enfrentado, sobre Matheu, a la quinta de la familia Além.

También hacia mediados del siglo XX se hallaba en la esquina NE el Mercado Rivadavia que conservó su estructura muchos años después de cerrado, hoy hay en su lugar la más grande mole del barrio.

Ya llegando a la hoy Plaza Miserere, se localizaban, primero los mataderos y corrales, un amplio sector de varias manzanas, más tarde la Plaza de las Carretas, luego la plaza de los frutos del interior.

Hoy en el lugar se levanta La Recova, sobre Jujuy funcionó la Vieja Perla del Once, y en la cuadra siguiente hacia el oeste, se levantó el antiguo Cine Once, en la avenida Rivadavia 2800 frente a la Plaza Miserere; el “Loria”, en la avenida Rivadavia 3058, hoy un centro evangelista.

En Rivadavia y Esparza se encontraba hacia mediados del siglo XIX el depósito de basura de la ciudad que cargaba el Tren de la Basura para llevar a la quema.

Estos son solo algunos sitios históricos sobre Rivadavia, seguramente hay otros más, por descubrir.

 

Miguel Eugenio Germino

 

 

Fuentes:

- Cutolo, Vicente O., Bs. As. Historia de sus calles, Elche, 1994, tomos I y II.

- Ibañez Padilla, Alberto, Una reina en el barrio de Congreso, Cuadernos de Buenos Aires, 1970.

- http://primerapagina93.blogspot.com/2019/03/el-cafe-de-los-angelitos.html

- http://www.iaa.fadu.uba.ar/ojs/index.php/anales/article/view/27/html_7

-https://www.urbipedia.org/hoja/Plaza_del_Congreso




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