Balvanera a lo largo de la calle Rivadavia
EL CONGRESO NACIONAL PUERTA DE ENTRADA AL BARRIO
En sus orígenes, hacia 1769, a esta
importante arteria se la llamó “De las
Torres”, debido a las dos que se levantaban en el primitivo edificio de la
Catedral, después de las huellas del antiguo “Camino Real” hacia los llamados “Reinos de Arriba”,
como se denominaban entonces a las provincias del interior. Tras las invasiones
inglesas se la denominó: en 1808, “Reconquista”; en 1822, De la Plata; hacia
1835, “Camino
de Quiroga” y en 1836, “Federación”; para
finalmente por ordenanza del 11 de marzo de 1857, pasar a denominarse Rivadavia.
En varios
momentos se pensó en cambiarle el nombre, proyectos que no prosperaron.
La calle Rivadavia atraviesa Balvanera de este a oeste, y se
constituye en una avenida de 35 km de
largo, una de las más largas del mundo, y sobre su trazo se escribe gran parte
de la historia del barrio.
A partir de
la Plaza del
Congreso, creada en el año 1910 con motivo del primer
centenario de la Revolución, por el entonces intendente Manuel Güiraldes, padre
del escritor Ricardo (autor de Don Segundo
Sombra), y del Monumento a los Dos
Congresos, inaugurado en 1914, obra del escultor Julies Lagae y el arquitecto Eugenio D`Huicque.
ANTIGUA FOTO DE LA CONFITERIA DEL MOLINO
Para la
apertura de la plaza debieron demolerse casi cuatro manzanas, en las que se hallaban:
el Circo Buckingham, el Mercado Lorea, la caballeriza del escuadrón de Policía
a caballo creado en 1840, el cuartel de bomberos, y el
molino harinero, que le dio el nombre a la Confitería del Centro, inaugurada en
1850 en la intersección de la avenida
Rivadavia con la calle Rodríguez Peña (en ese momento las calles se llamaban
"Federación" y "Garantías" respectivamente), por Constantino
Rossi y Cayetano Brenna –este último un prestigioso pastelero italiano
especializado en la fabricación de pan dulce–.
Posteriormente, trasladada a la esquina de
Callao y Rivadavia como Confitería del Molino (obra del
arquitecto Francesco Gianotti, 1917). Por aquel entonces muchos negocios de la
zona tomaron el nombre “Del Molino”, como: sombrerería, relojería, almacén…
Dentro de
la Plaza del Congreso se encuentra,
desde 1935, el monolito del Km 0 de las rutas argentinas, y el túnel
subterráneo de entrada y ventilación del antiguo del correo neumático, que
transportaba telegrafía a 12 metros por segundo, desde las 14 sucursales al
Correo Central y que utilizaba el curso del Túnel de
Cargas del ferrocarril Oeste. Sistema que dejó de funcionar por obsoleto en
1970.
PLANTA DE TUNA TIPICA PARA HACER CERCOS EN EL SIGLO XIX
Cruzando
el “Camino de las Tunas” (las hoy avenidas
Entre Ríos y Callao), se encontraba el Hueco de los Olivos,
por la proximidad a la quinta de la familia Lajarrota, lindante al aserradero y
casas que pertenecían a la familia Spinetto, las que fueran expropiadas para
construir lo que sería el futuro Palacio
del Congreso Nacional.
La
construcción de este palacio comenzó en 1898, conforme al diseño del arquitecto
Víctor Meano, y continuado tras su muerte, por el arquitecto Jules Dormal, respetando
el proyecto original.
Se inauguró en 1906, aún sin su terminación, obra que se
extendería durante 40 años. Su cúpula, de 80 metros, es una de las más altas de
la Ciudad, y su estilo corresponde al academicismo italiano de fines del siglo
XIX; su revestimiento es de piedra caliza gris, con basamento de
granito.
El 28 de diciembre de 1993, por decreto 2.676 del
Poder Ejecutivo Nacional fue declarado “Monumento Histórico y Artístico Nacional”.
Entre sus consideraciones, establece que el edificio del Congreso constituye un
referente de nuestra identidad cultural, por lo que se considera necesaria la
preservación y presencia física de sus valores históricos y estéticos.
LA QUINTA DE SALINAS PLANO DE 1785
Rivadavia en su recorrido
hacia la hoy calle Sarandí, donde se levantaba hacia el año 1785 la “Quinta y capilla de Salinas”,
antecedente de la posterior Iglesia
Regina Martyrum, por la calle Victoria
(hoy Hipólito Yrigoyen), con una larga y particular historia.
En la misma manzana, en la
esquina de Rincón, se levantaba el Bar Rivadavia, primitivamente reducto de malandras y
caferatas cuya traducción al lunfardo básico corresponde, más o menos, a gente
de mal vivir. “Verdaderos angelitos”, según la burlona afirmación del comisario
de Balvanera quien, sin saberlo, le estaba dando carta de bautismo a uno de los
más populares cafés y trinchera tanguera de Buenos Aires; fue
fundado por el italiano Battista Fazio, un galpón de billares, con piso de
tierra, territorio de famosos como Gabino Ezeiza, Higinio D. Cazón, Carlos
Gardel, y otros. A José Ingenieros, Juan B. Justo y Alfredo Palacios
se los veía seguido por Los Angelitos. Una noche de 1917, en este café, el dúo
criollo Gardel-Razzano fue contratado por Mauricio Goddart, director artístico
del sello Odeón.
EL DESAPARECIDO TEATRO DORIA
La siguiente
cuadra alberga un enorme baldío (Av. Rivadavia 2150) en el que se encontraba la
Casa del Pueblo del Partido Socialista, incendiada en el año 1953.
Hacia la
calle Pasteur, al 2200 de Rivadavia, el científico y naturalista Florentino
Ameghino (1854-1911) abrió a su librería
que bautizó “El Gliptodón”.
En Rivadavia
2314 existió desde 1903 a 1967 el Teatro Marconi, una destacada sala especializada
en lírica, un recinto consagrado a la ópera
y la zarzuela, reemplazando al anterior Teatro Doria, considerado el “El
teatro de los italianos pobres”, cuya entrada era de mucho menor valor al de
los establecimientos de ese género que se distribuían en el corazón cultural de
la ciudad de Buenos Aires.
EL TEATRO MARCONI QUE REEMPLAZÓ AL DORIA POSTAL TOMMASSI
En la cuadra
de Rivadavia y Azcuénaga, estaba la mítica pulpería y quinta de Miserere
(de dos manzanas), hoy se levanta en parte del lugar el Pasaje Colombo, enfrentado,
sobre Matheu, a la quinta de la familia Além.
También hacia
mediados del siglo XX se hallaba en la esquina NE el Mercado Rivadavia
que conservó su estructura muchos años después de cerrado, hoy hay en su lugar
la más grande mole del barrio.
Ya llegando a
la hoy Plaza Miserere, se localizaban, primero los mataderos y corrales,
un amplio sector de varias manzanas, más tarde la Plaza de las Carretas,
luego la plaza de los frutos del interior.
Hoy en el
lugar se levanta La Recova, sobre Jujuy funcionó la Vieja Perla del
Once, y en la cuadra siguiente hacia el oeste, se levantó el antiguo Cine
Once, en la avenida Rivadavia 2800 frente a la Plaza Miserere; el “Loria”,
en la avenida Rivadavia 3058, hoy un centro evangelista.
En Rivadavia y Esparza se encontraba hacia mediados del siglo XIX el depósito de
basura de la ciudad que cargaba el Tren de
la Basura para llevar a la quema.
Estos son solo algunos sitios históricos sobre Rivadavia, seguramente hay
otros más, por descubrir.
Miguel
Eugenio Germino
Fuentes:
- Cutolo, Vicente O., Bs. As. Historia de sus
calles, Elche, 1994, tomos I
y II.
- Ibañez Padilla, Alberto,
Una reina en el barrio de Congreso, Cuadernos de
Buenos Aires, 1970.
- http://primerapagina93.blogspot.com/2019/03/el-cafe-de-los-angelitos.html
- http://www.iaa.fadu.uba.ar/ojs/index.php/anales/article/view/27/html_7
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