Tributo
al Maestro violinista Alberto Lysy
“Cuando
el alma se vistió de fiesta”
Las cuerdas de su violín sonaron
al atardecer de una tarde sabatina en la casona de Parque Avellaneda. El músico
junto a los jóvenes de la Camerata
Gestad Lysy (Suiza). Los temas eran los mismos que en el Teatro Colón
(Festival Lysy Buenos Aires 2001), obras de Vivaldi, Bach, Haydn, Mozart…
Entraron a la casona con sus
acordes. 17 jóvenes de distintos países componían “La Camerata”, virtuosos
músicos nacidos en Bélgica, Rumania, Ucrania, Bulgaria, Razajstán, Corea,
Italia, Japón, España, Israel, Uruguay y Argentina.
A la argentina Marta Kanci,
violinista nacida en San Juan, el público la aplaudió a rabiar. La ucraniana
comía algo de su país. El israelí, el más divertido. El idioma inglés, el más
usado. El público gritaba “¡Bravo! ¡Otra!” en la casona de los Olivera, viejo
casco de estancia de Parque Avellaneda.
Un domingo al atardecer en el
puente del Rosedal, con entrada gratuita, se repitió la programación. 700
personas sentadas, 1.500 sobre el césped, sólo percibían el sonido de los
violines, del contrabajo y de los violoncellos, que sonaron como si el genial
veneciano se paseara por el crepúsculo de Floresta. La uruguaya Florencia Romeo
con su flauta dio una clase de Vivaldi memorable. Faltaba la acústica del
Teatro Colón pero sobraba respeto y agradecimiento por el concierto de lujo.
Con la muerte de Alberto Lysy el
30 de diciembre de 2009, desaparece un gran intérprete argentino. Tenía 74 años,
había nacido el 11 de febrero de 1935. A los 13 años se consagró en la música,
a los 17 se embarcó a Londres a estudiar en la Silver School. En 1955 fue el primer
argentino que ganó el concurso Reina Elizabeth de Bélgica, tenía entonces sólo
20 años. Inició allí su amistad con Yehudi Menuhin, quien lo tomó como
discípulo y lo llevó a Viena, Berlín y Estados Unidos, presentándole importantes
maestros.
En 1967, de vuelta a Buenos
Aires, fundó La Camerata Bariloche.
En 1971 creó la Camerata Lysy.
En 1977 fundó la Academia Internacional Yehudi Menuhin.
Suiza fue la sede principal de su
vasta actividad. Venía seguido a tocar a la ciudad de Buenos Aires, a Bariloche
y a Cariló, a veces con su hijo Antonio, violonchelista, profesor de la
Academia Menuhin.
Lamentablemente no pudo concretar
su proyecto: un Instituto de Posgrado en Argentina.
La fama internacional de Alberto
Lysy fue por la música barroca, clásica, romántica y música contemporánea. Fue
también un excelente pedagogo.
En marzo de 2015 se realizaron
varios conciertos en el Teatro Avenida en homenaje a uno de los músicos más
importantes de la Argentina, organizados por el violinista Pablo Saraví (alumno
del gran maestro) y por Antonio Lysy hijo. Fue un grato momento recordando a un
verdadero referente cultural para no olvidar.
Natan Blum
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