EDITORIAL AL Nº 263 MAYO 2017
"Un libro
abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma
que perdona; destruido, un corazón que llora"
Proverbio hindú
¡La estigmatización al sector docente, no es
precisamente de amor por los libros!
Mucho se viene hablado en el país de
la publicitada grieta, la división en dos pensamientos opuestos e
irreconciliables. Sin embargo la célebre “grieta” existe desde la misma
Revolución de Mayo, con el asesinato de Mariano Moreno, y continúa con la nunca
saldada guerra entre Unitarios y
Federales, sin embargo hoy se le arroja combustible al fuego enmascarado en
los tiempos históricos.
La tendencia a
culpar “al otro” de los supuestos errores propios es natural en gran parte de
los grupos humanos, sin embargo más grave aún es considerar como “errores” a los
actos producto de un manejo planificado de
antemano en la “mesa de CEOs” del gobierno que capitanea la troica Peña-Quintana-Lopetegui.
Se pretende hacer pasar por errores métodos
sobradamente estudiados, propios de una política
neoliberal que ya fracasó en el país, con consecuencias funestas para los sectores más vulnerables, y allí se ahonda
la grieta…
- Se perdió el 10% del valor
adquisitivo del salario.
- Se cerraron miles de PyMEs
perdiéndose 400.000 puestos de trabajo (formales
e informales, públicos y privados).
- Se benefició al campo y a
la minería con la quita de retenciones.
- Se endeudó al país en casi 80 mil millones de
dólares adicionales.
- Se permitió el aumento de los alimentos en un 50%
en 15 meses.
- Se aumentaron las tarifas en más del 600%
- Se busca precarizar aún más
los salarios vía paritarias devaluadas.
- Se redujeron un 10%
los viajes en colectivo.
- Se cayó la producción industrial en un 9%
- En 15 meses el presidente
Macri tomó 64 días de vacaciones.
- Etc. etc.etc…
¿Frente a este panorama se pretende que llegue una lluvia de
inversiones?, ¡un intento quimérico, propio de mentalidades encogidas!
Sólo dos graves
datos muestran el retroceso social en que se ha caído:
El consumo de leche bajó un 25% y el de pan
un 40%
Ante las
multitudinarias movilizaciones del mes de marzo y el masivo paro general del 6
de abril, el gobierno ciego y sordo pero no mudo, preparó su propia
movilización, que aunque escuálida, produjo su envalentonamiento, ya que no
paran de repetir mensajes ofensivos y
mentirosos, al tiempo que Macri apela al ya devaluado papel de pastor principiante,
como la única verdad, ¡la suya!
Ingresa a Diputados el proyecto represivo de
Cambiemos, para introducir severas medidas contra la protesta social, “de todo
tipo”, con la compra de carabinas, lanzadores “less lethal weapon” e
indumentaria beligerante para los gendarmes que
estarán equipados para “la guerra”… ¿Qué guerra? ¿La que libran
los ricos contra los pobres?
Pero volviendo
a la escalada de precios, es de admitir que existen dos costos de vida para los distintos deciles (el
decil se utiliza en estadística para definir los 9 sectores socioeconómicos
según ingreso per cápita familiar, o
sea lo que aporta cada integrante de un hogar,
dividido por el número de miembros de éste).
Por ejemplo, para el decil de menores ingresos el costo de vida es mucho mayor ya que en él inciden los alimentos y las tarifas que graban más a los sectores populares que para el decil más alto, para ése la inflación anual a marzo habría trepado al 25.8%, mientras que para el más bajo es de 31.2%. Esto dándole crédito al promedio de las varias mediciones existentes, algunas hasta dudosas.
Según el mismo INDEC la inflación fue del 2,4% en marzo y el costo de vida acumula un 6,3% en el primer trimestre. La inflación en la Ciudad fue de 2,9% en marzo y acumula 7,1% en el año. En los últimos doce meses la inflación acumulada fue de 35%. Los precios de alimentos en la provincia de Buenos Aires acumulan una suba de 7,65% en primer trimestre.
Sin embargo para el gobierno, que no ve ni escucha, sólo habla, no existe plan
B, es el plan A que llevó a esta situación o
nada, así es el diálogo que pregona pero que
nunca existió.
Debe apelar entonces a la represión para impedir
la resistencia que se acrecienta y a la que ellos consideran “desorden”, como ocurrió
con la violencia estatal que se vivió el día del paro del 6A, y en otras manifestaciones populares.
La
disyuntiva es aceptar como mansos corderos el ajuste o ser reprimidos, además
de la amenaza adicional de pretender imponer el miedo a perder un mal trabajo
con un insuficiente salario, ensanchar
la grieta hasta llevarla al abismo, tal como lo recomienda el FMI… y que
Mariano Moreno nos perdone…
Hasta la
próxima
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