23
de julio de 1935
Asesinato en el Senado
de la Nación
El crimen de Enzo Bordabehere
“El
gobierno inglés le dice al gobierno argentino ‘no
le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a
los frigoríficos extranjeros’. En esas condiciones no podría decirse que la
Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se
toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones.
Los dominios británicos tienen cada uno su cuota de importación de carnes y la
administran ellos.”
Lisandro de la Torre
El fraude
electoral, los efectos de la crisis capitalista de 1929, la ganancia de los
poderosos terratenientes y el mantenimiento del pago de la deuda externa,
fueron descargando la crisis sobre el pueblo trabajador. El
golpe de Estado de septiembre de
1930, el Pacto Roca
Runciman,
la investigación y la denuncia de Lisandro de La Torre sobre el negociado de
los frigoríficos ingleses y el escándalo que estalla en el Senado culminan
con el asesinato de Bordabehere
a manos de un
mercenario.
ENZO BORDABEHERE |
EL MOMENTO HISTÓRICO
El
golpe de Estado que derrocó a Yrigoyen en septiembre de 1930, marca el inicio
de “La Década Infame”; la dictadura que se estableció tuvo como gran
objetivo mitigar los efectos de la crisis capitalista desatada en 1929,
manteniendo la ganancia de los poderosos y a su vez continuar pagando la deuda
externa, descargando la crisis sobre el pueblo trabajador. Trataron de
“equilibrar” el presupuesto, disminuyendo los salarios de los empleados
públicos, se crearon impuestos y aranceles a las importaciones. Se inauguraba
una década de mayor sumisión al imperialismo, represión sobre la clase trabajadora
y fraude electoral.
Ya a mediados de 1934, los frigoríficos de capital nativo
venían denunciando que ni ese ínfimo cupo del 15 % se respetaba y que mientras
el precio de la carne aumentaba en el mercado concentrador de Londres, a los
pequeños ganaderos se les imponían extorsivamente precios inferiores.
Los
negociados, la corrupción y la dependencia del imperialismo son las características
de los países semi coloniales como la Argentina, transformada directamente en
oficinas de aquellos, y en beneficio de los intereses dominantes, el país, convertido
en factoría, marcó la política de aquellos años.
LISANDRO DE LA TORRE |
FRAUDE Y REPRESIÓN
El
general Justo asumirá el poder a comienzos de 1932, dará
continuidad al golpe, en una “democracia” ficticia como producto de un abierto
fraude en elecciones con resultado cantado que le aseguraron el triunfo de la
coalición conservadora que impulsó su candidatura con la Concordancia;
la represión a la clase obrera será uno de los mecanismos políticos básicos de
la “restauración oligárquica”. Este verdadero sistema de la estafa fue llamado
“patriótico” por los ideólogos del régimen, que lo justificaron esgrimiendo
como argumentos la “inmadurez de las mayorías” (Carlos Ibarguren), la falta de
“madurez ciudadana” (Rodolfo Moreno) o la necesidad de la “tutela
institucional” de las clases populares (Federico Pinedo).
En
la práctica, el fraude se hará costumbre durante todo aquel largo período,
votaban los muertos, los opositores se encontraban con que alguien ya había
depositado su voto, desaparecían o se cambiaban las urnas. Para hacer funcionar
este sistema aparecerá entonces un definido sector de rufianes especializados
en la instrumentación del fraude, que a la vez se encargarán de regentear
garitos y prostíbulos, cuando no de organizar directamente grupos de matones
patronales dedicados a romper huelgas y atacar a las organizaciones obreras.
Serán
años de persecución a las luchas obreras y las corrientes sindicales y de
izquierda que sufrían el acoso, el ataque a sus locales y prensas, y la deportación.
Amparada por el gobierno, la Liga Patriótica de los años anteriores
encontraba una continuidad en la Legión Cívica Argentina, una organización
paraestatal de ideología nacionalista y fundamentalmente anti obrera que llegó
a darse el lujo de desfilar con su propio uniforme por las calles de Buenos
Aires.
EL ASESINATO DE ENZO BORDABEHERE
Aquel martes 23 de julio de 1935, aproximadamente a
las cuatro de la tarde, el senador santafesino por el Partido Demócrata
Progresista, Enzo Bordabehere, fue asesinado en la Cámara Alta de la Nación. El
ex comisario Ramón Valdez Cora, reconocido matón a sueldo del régimen
conservador, policía corrupto y provocador profesional, disparó cuatro balazos,
tres de los cuales dieron en el cuerpo del legislador. Bordabehere fue
trasladado al hospital Ramos Mejía, pero moriría
una hora más tarde a pesar de los esfuerzos del doctor Wibert y su equipo. Una
hora después, como una burla funesta, los senadores volverán a reunirse en
recinto para tributarle la despedida al hombre de 44 años que había nacido en
Montevideo en 1889, se había educado en Rosario y consideraba a Lisandro de la
Torre como su maestro político.
EL MINUTO DEL CRIMEN |
Como contrapartida, y dato sugestivo, esa misma noche el
presidente Agustín Justo asistirá a una función de gala en el Teatro Colón
acompañado por su esposa.
El miércoles 24 de julio en la estación de trenes de Retiro se
realizará un acto público para despedir al senador muerto, previo al traslado
de sus restos a Rosario. Allí usaron de la palabra Lisandro de la Torre y
Alfredo Palacios. Se habló del asesinato de un legislador y de la presencia del
hampa en una de las máximas instituciones de la República. El público se
enardeció y menudearon los insultos a los conservadores, propusieron salir a la
calle a protestar pero la policía disolvió la manifestación.
El
viernes 26 de julio, en la ciudad de Rosario, más de setenta mil personas
acompañaron los restos de Bordabehere al cementerio. Allí hablaron
Luciano Molinas, Mario Bravo y Agustín Rodríguez Araya. Lisandro de la Torre no estaba presente porque, más o menos a esa
hora, se batía a duelo con Federico Pinedo
en El Palomar. Los padrinos de Pinedo eran todo un testimonio, se llamaban Robustiano Patrón Costas, un clásico
exponente del régimen oligárquico liberal y Manuel Fresco, fascista confeso y uno de los promotores más
convencidos de los beneficios del fraude electoral calificado por ellos mismos
como “patriótico”.
Lisandro de La Torre,
el político que había luchado hasta el cansancio
contra la oligarquía que nuevamente gobernaba el país, ya no sentía motivos para vivir. Tras ensobrar una carta para sus amigos con 250 pesos
para los pagos del sepelio, el 5 de enero de 1939, se pegó un tiro en el
corazón, como cuatro décadas antes lo había hecho Leandro N. Alem, su padre
político.
EN CINE Y TEATRO
“Asesinato en el Senado de la Nación”,
drama biográfico estrenado el 13 de septiembre de 1984, con dirección de Juan
José Jusid y guión de Carlos Somigliana. Protagonistas: Pepe Soriano, Miguel
Ángel Solá y Oscar Martínez.
El escritor y dramaturgo David Viñas aborda el tema en su
libro “Lisandro” escrito en 1971. Al
año siguiente se estrenó en teatro con dirección de Luis Macchi y con Pepe Soriano realizando una magistral interpretación del
fundador de la democracia progresista Lisandro de la Torre. La obra obtuvo el Premio Nacional de Teatro en 1973.
NO TODO ERA INFAMIA
No
todo era infamia en aquella década del ´30. Hubo quienes se opusieron decididamente a que la
historia dijera que nadie levantó la voz, que todos toleraron por igual aquel
régimen fraudulento, represivo y corrupto inaugurado por el golpe de Uriburu y
continuado por su colega el general Agustín P. Justo. Hubo quienes, a riesgo de
su vida, denunciaron valientemente lo que se estaba haciendo con el
país, cómo se lo estaba hipotecando y cómo se le estaba marcando un rumbo
dependiente y servil en beneficio de los intereses extranjeros asociados a una
ínfima minoría, en detrimento del resto.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-Pigna
Felipe, Los mitos de la historia
argentina 3, Bs As. Planeta, 2006, págs. 217-251.
-https://play.cine.ar/INCAA/produccion/1336
_y_el_asesinato_del_senador_bordabehere.php
-https://www.lmneuquen.com/se-cumplen-70-anos-la-muerte-lisandro-la-torre-n15124
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