100º Aniversario de la
Fundación del Conservatorio Manuel de Fallla
LUGAR DONDE HOY FUNCIONA - SARMIENTO Y GALLO |
EL LARGO TRAJINAR DEL
CONSERVATORIO
El edificio de la esquina NO de Sarmiento y
Gallo, que aparenta lindo y pintadito por fuera, alberga en su
escasa superficie a dos importantes conservatorios musicales de la ciudad: el Conservatorio
Superior de Música Manuel de Falla y el Conservatorio de la Ciudad Astor
Piazzolla. El “Manuel de Falla”
vive en él de prestado y, pese a los tantos
anuncios, nunca logró su edificio propio, acorde a su categoría y a la importante matrícula con la que cuenta.
Tuvo su origen en 1919, con la creación de la Escuela
Municipal Nocturna de Música. Dictaba clases en diferentes puntos de la
ciudad, a fin de formar instrumentistas para la Banda Municipal. Recién en 1925
se concentra en una sola sede. Hacia 1927 pasa a llamarse Conservatorio
Municipal. Otorgaba títulos de profesor de distintas especialidades
musicales, con reconocimiento y validez a nivel nacional. En 1944 recibe el
nombre “Manuel de Falla” (en recuerdo del prestigioso compositor español
que vivió entre 1876 y 1946) y se convierte en Instituto Superior, con niveles
de primer y segundo ciclos de profesorado.
Este Conservatorio inicia sus actividades en una
antigua casona de dos pisos en el barrio de Balvanera, en Sarmiento al 2500,
con tan sólo 40 alumnos. Pasa luego a funcionar en un petit hotel más moderno y
espacioso de la calle Moreno esquina Piedras pero, a mediados de la década del
40, vuelve a Balvanera, a otra casona típica de los años 20 de Cangallo y
Pasteur. Ésta tenía dos plantas:
abajo un hall y habitaciones amplias a ambos lados de un gran patio, y en la
planta alta había aulas que daban a una galería. En el patio había otra aula, y
sobre ella un altillo en el que se dictaban clases de canto. También en el
patio se construyó una habitación para instalar allí el primer órgano, que
funcionó bajo la supervisión del maestro Pascual Quaratino. La casa fue
demolida después de que el Conservatorio pasó, en 1960, a los pisos 6º y 7º del
Centro Cultural General San Martín. En el nuevo lugar realizó proyectos
conjuntos con otras entidades culturales del mismo Centro, como Radio
Municipal, que diera intervención a los
alumnos del Conservatorio en sus programas radiales. Hacia 1980 expande sus
actividades a otros barrios, como Palermo, Balvanera y Caballito, en anexos que
funcionaban en edificios escolares. En la década del 90, en virtud de la Ley de
Educación Superior 24.521, nuevos planes de estudio categorizan al Instituto
como Superior no Universitario. En el año 2003, en una sede de Perú y Belgrano,
en San Telmo, comienza a dictar otras carreras, como Etnomusicología, Tango,
Música Folclórica, Antigua y Jazz. Actualmente cuenta con sede propia en Gallo
238. Ofrece más de 30 carreras, que cubren la totalidad del campo musical
además de talleres diversos, con un alumnado superior a los 2.500 y con casi 300 profesores. En la nómina de
sus docentes atesora nombres notables, como Bruno Bandini, Carlos Guastavino,
Roberto García Morillo, Jacobo Fischer, Héctor Iglesias Villoud, Juan Francisco
Giacobbe, Fermina Casanova, Alicia Terzian, Enrique Cipolla, Rodolfo
Caracciolo, Dora Castro, Jorge Martínez Zárate, Jorge Fontenla, Domingo Rubio,
Pedro Maffia y Sebastián Piana, todos ellos con un compromiso profundo con el
Conservatorio. Fueron directivos en distintas épocas Cátulo Castillo, Pedro
Sáenz, Pascual Quaratino, Antonio De Raco, entre muchos otros destacadísimos
músicos. El “Manuel de Falla” firmó convenios con la Fundación Albéniz y la
Agencia Española de Cooperación Internacional para conectarse con la Escuela de
Música Magister Musicae, mediante la cual profesores y estudiantes del
Conservatorio acceden a más de dos mil horas de clases magistrales impartidas
por grandes maestros del mundo.
Como es lógico pensar, aún estando en condiciones
dignas de habitabilidad por dentro, cosa que no ocurre, resulta insuficiente
para dos institutos musicales que crecieron en su alumnado en el último tiempo.
Desde hace muchos años los alumnos del Manuel de
Falla vienen reclamando –sin éxito– una sede propia,
adecuada para albergar a su conservatorio, ya que actualmente las aulas se
inundan, no tienen ventanas ni cuentan con la ventilación adecuada; niños,
jóvenes y adultos se hacinan en espacios reducidos; un laboratorio de informática
funciona en un espacio improvisado dentro de la biblioteca y las salas de
ensayo no están acustizadas.
Entre todos los negocios que hacen en la Ciudad, como el
mega estadio de Villa Crespo, tan rechazado por los vecinos, ¿no queda algún lugar
para el Manuel de Falla? ¿No les queda un
poquito de vergüenza?
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