lunes, 30 de abril de 2018

BUENOS AIRES ECOLÓGICO


La ciudad de Buenos Aires a espaldas del mundo


 

Mientras en la ciudad de Buenos Aires el boleto en los medios públicos y privados aumenta en más de un 100%, en “el mundo” –donde el gobierno afirma que estamos insertándonos– se conocen diversas experiencias de transporte gratuito en las grandes urbes. Si bien una de la principal razones es desalentar el uso del coche particular para reducir la contaminación con sus emisiones de sustancias, como el óxido de nitrógeno, sería una buena iniciativa para descomprimir el atestado centro porteño, que en horas pico se torna intransitable.
Medios alemanes revelaron que el gobierno federal que encabeza Ángela Merkel, evalúa establecer la gratuidad del transporte público urbano a nivel nacional como forma de desalentar el uso del auto particular y disminuir así la contaminación ambiental. La propuesta surge como respuesta a las presiones de la Comisión Europea. Como parte del paquete también se prevén nuevas restricciones para el tránsito particular y el transporte de cargas. Si Alemania no cumple con las exigencias de la UE se podría ver expuesta a una demanda en la Corte Europea de Justicia, lo que el gobierno de Merkel busca evitar con este plan.
En Alemania –a diferencia de la Argentina privatista– prácticamente todo el transporte público está a cargo de empresas estatales integradas.
En una segunda instancia, si el plan es exitoso, está prevista su extensión a otras ciudades afectadas por el incumplimiento de los criterios de contaminación de la UE, entre las que se encuentran Berlín, Dresde, Múnich, Hamburgo, Hanover o Colonia, entre otras.
Hasta el momento, la principal ciudad y estrella del mundo en contar con transporte público gratuito es Tallin, la capital de Estonia. Desde comienzos de 2013 el uso de todos los medios públicos es libre para los residentes, si bien los turistas siguen precisando comprar su boleto. La medida fue implementada tras un referendo y las encuestas demuestran desde entonces un amplio apoyo de la población. Al año de establecerse la gratuidad el total de pasajeros transportados había ya crecido un 14%, mientras que el uso del auto particular cayó en su uso.
La capital de Estonia calcula estar obteniendo ganancias con relación al esquema anterior una vez que se computan el incentivo que obtuvieron los ciudadanos para regularizar su situación fiscal –requisito para obtener la tarjeta de transporte– y el impacto en el mercado laboral por las mayores posibilidades de movilidad para los habitantes con menos recursos.
Existen en el mundo infinidad de ciudades que aplican el sistema, entre ellas 40 en los EE.UU., el reino del gran capital, como pioneras Denver y Austin, otras en Nueva Zelanda y Singapur entre otras experiencias. ¿Puede ser posible?
En América Latina sólo algunas ciudades pequeñas de Brasil poseen transporte público gratuito. La más importante es Maricá, a 40 km de Río de Janeiro, donde se implementó en 2014 a cargo de la Empresa Pública de Transporte. En 2016, una propuesta de dos ingenieros publicada en el diario chileno La Tercera generó un debate sobre la posibilidad de llevar la experiencia a Santiago.
Por el momento, en Buenos Aires, la viabilidad y consecuencias económicas de una iniciativa similar de ese calibre no han sido siquiera objeto de estudio, más bien forma parte de una utopía inaplicable. El gobierno nacional se encuentra comprometido con un alza gradual de tarifas y avanza en la re concesión a privados de las líneas Belgrano Norte y Urquiza tras el vencimiento de las concesiones de Ferrovías y Metrovías. A su vez, el Gobierno de la Ciudad ha mantenido la tarifa del subte por encima del colectivo (contrariamente a la política histórica, que buscaba quitar pasajeros de superficie) mientras trabaja para volver a privatizar su operación. De la promesa de ampliar las líneas de subtes, no se hizo casi nada. De hecho, días atrás Horacio Rodríguez Larreta pidió a Ángela Merkel que la operadora berlinesa BVG –pública y propiedad del estado federado de Berlín– se presente a la licitación del subte en nuestra ciudad. El famoso “reino del revés” de María Elena Walsh.

                                              Marta Romero

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