jueves, 21 de mayo de 2020

LA VILLA 31 GRAVE COMPLICACIÓN EN LA CIUDAD


La lucha contra el coronavirus en el Barrio Mugica contado por las promotoras de salud. Nuestras Voces entrevistó a Carla Alpire, Bania Quispe y Pamela Gallardo. Están en la primera línea de batalla, ponen el cuerpo día a día para concientizar, informar y prevenir. Sin embargo, no están contratadas por el gobierno de la Ciudad de Horacio Rodríguez Larreta, sino que apenas cobran un “subsidio” de 14 mil pesos. No tienen ni obra social ni ART. Y allí están. Poniendo alma y cuerpo. Detectando contagiados y dando aviso al personal de salud para evitar la tragedia. Continuando la lucha de Ramona por mejorar el barrio Mugica.
El lunes, un día después del fallecimiento por COVID de Ramona Medina en el Barrio Mugica (Villa 31) -vecina y referenta de La Poderosa- el comité de crisis del barrio organizó una conferencia de prensa. Allí denunciaron la tremenda situación que se vive, principalmente por las falencias estructurales y las falsas promesas de Horacio Rodríguez Larreta. La responsabilidad cayó indudablemente para el gobierno de la Ciudad, que nunca avanzó de manera profunda en la urbanización de la villa.
El coronavirus entró al barrio el 20 de abril y desde ese momento el contagio crece de manera exponencial. Cada día la curva crece un 20%. Es decir, mientras en la Argentina los contagios se duplican cada 25 días, en la Villa 31 esto se da cada 4 días. Hoy hay más de 1.000 casos, mientras entre todas las villas porteñas suman más de 1600 (17,6% del total país). La muerte de Ramona impactó porque fue, en las primeras semanas de la pandemia, quien visibilizó a través de un video la falta de agua en la villa. Y si todavía no se produjo una verdadera tragedia en el barrio, como suponen que va a pasar si no se toman las medidas necesarias, fue y es por el trabajo que movimientos sociales, organizaciones territoriales y políticas vienen llevando a cabo. “Queremos agradecer a todos/as los/as vecinxs que le ponen todos los días el pecho a la pandemia, para aliviar la situación en la que vive nuestro Barrio. Lxs que cocinan todxs los días en los Comedores, Merenderos y ollas populares; las cooperativas que siguen haciendo la limpieza, las promotoras de Salud, que están en la primera línea contra el Covid”, se escuchó en la conferencia.
Nuestras Voces dialogó con tres de las dieciocho promotoras comunitarias de la Villa 31 que justamente están en la primera línea de batalla, que ponen el cuerpo día a día para concientizar, informar y prevenir que la bomba no estalle. Sin embargo, las promotoras no están contratadas sino que tienen una suerte de “beca” o “subsidio” por el que cobran 14 mil pesos. No tienen ni obra social ni ART. Carla Alpire vive en la zona que se conoce como “barrio ferroviario” con la familia de su pareja y su hijo de cuatro años. Su casa es bastante espaciosa aunque comparte baño y cocina. Bania Quispe vive con su esposo y sus dos hijos y en el barrio también viven sus padres y hermanos. Pamela Gallardo nació en el barrio hace 32 años y sigue viviendo ahí en la zona de que se conoce como “correo”. Vive con sus dos hijos y su mamá. 
-¿Qué hace una promotora de salud?
Carla:—Nosotras somos las que llevamos la información de un paciente a un profesional de la salud. Armamos talleres, charlas, encuentros, actividades recreativas. Eso hace que los vecinos tengan confianza con nosotras, porque a veces somos las primeras personas que nos enteramos que le está pasando a uno u otro vecino. 
Pamela:—Hacemos promoción y prevención de la comunidad. Hacemos actividades recreativas o por ejemplo vamos a visitar a familias en particular, ya sea porque tienen una cuestión de salud o para controlar. Es poder enlazar y articular con organizaciones y el sistema de salud. Por eso somos la primera línea. 
-¿Cómo decidieron ser promotoras? ¿Cómo se formaron?
Carla:— Yo arranqué siendo promotora de salud al iniciar un curso de capacitación durante un año que nos daban los profesionales de la salud del centro. Del CESAC 47 me tocó mucho lo que es territorial, ver mi barrio crecer y poder ayudar a la gente que antes no tenía una ayuda.
Bania:—Como promotora vengo trabajando hace mucho tiempo. Me empecé a formar en el año 2008 que es cuando yo estaba estudiando enfermería. Me gustó mucho la parte de salud comunitaria. 
Pamela:—Yo arranqué siendo promotora de salud hace más de cinco años.
-¿Qué le reclaman al gobierno de la Ciudad como trabajadoras?
Bania:—En primer lugar que se nos reconozca como trabajadoras. Cobramos un “subsidio” de $14000 pesos y ni siquiera tenemos obra social. Tampoco tenemos un seguro de ART. Nosotras entonces le pedimos al Gobierno de la Ciudad que se nos reconozca como trabajadoras. Estamos realmente muy expuestas, porque ahora no solamente estamos haciendo las tareas de promoción, sino que también estamos cumpliendo otras tareas como el acompañamiento de la vecina y el vecino, buscándole casa por casa a los positivos, a los que fuera un contacto estrecho. Acompañando a aquellas vecinas que están en este momento en aislamiento. No estamos cumpliendo un horario de 20 horas semanales, como dice nuestro contrato. Ahora estamos trabajando 24 horas al día todos los días, de lunes a lunes. Entonces creo que es el momento de que el gobierno de la ciudad reconozca nuestro trabajo y nos empiecen a valorar como trabajadoras. 
Carla:— Queremos que se nos reconozca. Hoy estamos totalmente expuestas y estamos dejando mucho de lado nuestro. Es muy triste saber que acá en el barrio tenemos muchos casos. Salimos a buscar personas con posibles síntomas. Tomamos todas las medidas precaución que tenemos que podamos en el momento, pero estamos muy expuestas. No tenemos una seguridad social porque no tenemos obra social. Nosotros no estamos trabajando en blanco.
FUENTE: NUESTRAS VOCES 


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