sábado, 30 de mayo de 2020

PINTIN CASTELLANOS




(Montevideo, 10 junio 1905 - Montevideo, 2 julio 1983)

Horacio Antonio “Pintín” Castellanos Alves, fue un pianista, compositor, letrista y director consustanciado con el ambiente orillero, aún presente en los años de su infancia. “Cuando repiqueteaban las lonjas de los negros candomberos en los parches de sus tambores. Y cuyo eco se anidó en el taconear del bailarín compadrito. Las melodías populares nacieron conmigo en espíritu y con ellas convivo hace muchos años y tengo una actividad afectiva como autor e intérprete. Contaba sólo 14 años de edad cuando ya surgía mi primera composición, un tango: El pirata”.
No existen mayores referencias a su actividad previa al año 1933. Pero ese año ocurrió un hecho en un club nocturno de Carrasco donde tocaba el piano, que cambiaría su vida, cuando una noche brindó al público un nuevo tema suyo, un tango al que tituló La puñalada, con cierto aire de milonga. En ese título descansará toda la fama de Pintín.
En 1939, Castellanos formó su orquesta en la que estaba como primer violinista Alfredo Gobbi y cuyo cantor era Eduardo Ruiz, reemplazado más adelante por Enrique Campos, con la que actuó en El Palacio de la cerveza de la calle Yatay de Montevideo. Castellanos privilegiaba lo rítmico, la percusión, por eso en sus creaciones abundan las milongas y candombes.​
En 1943 grabó en Buenos Aires con su Quinteto Canyengue, otros 16 temas de su autoría al piano con acompañamiento de tamboriles o bien con el guitarrista uruguayo Zabaleta y bandoneón, todos obra de su inspiración: el bolero Adiós (La tarde que partí); el candombe Bronce; las milongas Academia, Aprontate, Meta fierro.
Algunos intérpretes grabaron otras obras de Castellanos además de La puñalada. En primer lugar Juan D'Arienzo, que registró el tango Don Horacio (1947) y, en versión instrumental, las milongas A puño limpio (1950), Barrio de guapos (1958), Candombe oriental (1941), Cajita de música (1940), La endiablada (1955), Meta fierro (1939), Me gusta bailar milonga (1944), Peringundín (1953), El potro (1949), El temblor (1938), Tirando a matar (1942) y además, Chaparrón (1946) con letra de Francisco García Jiménez y Candombe rioplatense (1943), con la de Carmelo Santiago. Otros que llevaron al disco obras suyas fueron Julio De Caro y Enrique Rodríguez.
Pintín Castellanos escribió el libro “Entre cortes y quebradas”, editado en Montevideo en 1948, en cuyas 95 páginas hace 22 comentarios sobre su querida ciudad y sus costumbres desde la época de la Colonia en adelante.






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