domingo, 29 de noviembre de 2020

SUSANA RINALDI

 “La Tana”  Susana Rinaldi


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 Cancionista y actriz

(25 diciembre 1935)

 A fines de 1966, la Argentina venía de sufrir un nuevo golpe militar, que había instaurado una nueva dictadura oscurantista que procuraba también ahogar la efervescencia cultural de los años previos. El tango veía disgregarse la popularidad que había gozado hasta mediados de los años '50, y aunque una vanguardia de músicos renovadores, con Astor Piazzolla a la cabeza, buscaba abrirle nuevos rumbos, era muy escaso su eco en el público masivo y enormes las resistencias que provocaban. Salvo estandartes tradicionales aún en alto, como las orquestas de Osvaldo Pugliese y de Aníbal Troilo, entre otras pocas sobrevivientes del pasado, el resto tendía a repetir fórmulas viejas que ya no entusiasmaban.

Con un estilo nuevo, una voz delicada y un decir por momentos sutil o rotundo, Susana prescindió de las inflexiones arrabaleras, de los temas machistas o de trazo pasional grueso, apelando a un repertorio variado pero cuidadosamente elegido, que mezclaba romanticismo y mensaje (por ponerlo en nombres de letristas, José María Contursi y Enrique Santos Discepolo), poesía y protesta (Homero Manzi y Cátulo Castillo).

Atrajo así a un público intelectualizado, incluyendo a una franja universitaria, que a través de ella revalorizó el tango. Luego interpretó magníficamente a creadores nuevos, como Eladia Blázquez (es óptima su versión de "Sueño de barrilete"), el tándem Osvaldo Avena-Héctor Negro ("Responso para un hombre gris") o Chico Novarro ("Cordón").

Rinaldi se consolidó así como una exitosa cantante escénica, tanto en locales pequeños como en grandes espectáculos, mientras incursionaba como actriz de cine.

Si a Julio Sosa se le atribuye haber conectado el tango con la juventud en los inicios de la década del sesenta, algo parecido puede decirse de Susana Rinaldi en la segunda mitad de la década. Un tono de voz cultivado, una afinación perfecta, una capacidad interpretativa notable y la selección de un repertorio excelente, conformaron la fórmula de un éxito clamoroso en el que se conjugó la calidad con la llegada al gran público.

“Cuando hablo del carácter del tango como instrumento de denuncia es porque nació como tal. En los años 40 y 50 se quiso disimular esto, se dio al tango un carácter mediocre que hablaba solamente de los lamentos de un varón en relación a esa mujer traidora que lo había abandonado”.

Matizó su actuación de actriz con la de cantante con éxitos como: "Dale nomás", "Y vamos ya", "Montón de vida", "Tangos de la mala vida", "Recuerdos y porvenir", "Tiempos de mal vivir", "Sin estridencias" y "Hoy como ayer" son los títulos de algunos de sus espectáculos más recordados, y hasta incursionó en política, desde el campo popular.




 

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