QUE EL CEMENTO NO NOS TAPE EL ARBOL
Expresaba Baldomero Fernández Moreno –que además de un delicado poeta que le cantaba a Buenos
Aires, fue un vecino distinguido de los barrios de Balvanera y Almagro– en sus “Setenta balcones…”:
“Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?...
Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave.
¡Setenta balcones y ninguna flor!”
Y vienen al caso estos fragmentos, aunque no buscamos
poner balcones en las calles, pero sí observamos cómo se
está tratando a nuestro Buenos Aires querido y a
los barrios de Balvanera y Almagro en particular,
los que amamos y por los que batallamos desde
siempre exigiendo más y mejores espacios verdes.
Por una mejor calidad de vida para los vecinos. Por el aire puro, en el que
proliferen pájaros y mariposas.
En esa lucha está la que libramos por el
Parque de la Estación, y la “logramos a medias”, porque falta mucho aún por hacer:
todo el sector sobre Bartolomé Mitre, la carencia de juegos infantiles, más
arbolado, riego adecuado y la habilitación completa del gran galpón cultural,
al servicio de los vecinos y de las escuelas.
Que el cemento no nos tape el árbol
Vimos con sorpresa en las últimas semanas
la parquización de una pequeñísima franja de los
bordes de la Av. Díaz Vélez entre el Parque de la Estación y Bulnes, apenas
cuatro cuadras que, aunque mínimas, le cambian un poco la cara al barrio.
Sin embargo,
nos preocupa la precariedad y la falta de
resguardo en el sector, dado el alto grado de destrucción imperante –incomprensible– en muchos
“vecinos”, y por ello su futuro mantenimiento, la falta de protección mediante
pequeños cercos y su cuidado dejan muchas dudas.
En otro orden,
nos llama poderosamente la atención que Ferrocarriles Argentinos, en forma inconsulta y sorpresivamente, tomó posesión de un
pedacito de los terrenos transferidos por ley al Parque, en los que se encuentra una placa en memoria de las
Abuelas de Plaza de Mayo.
En el sector –hoy
cercado y utilizado para el acarreo de materiales de obra y estacionamiento para
una construcción, que bien podría haber sido en
otro sitio–, taparon el monumento a las Abuelas que hoy corre serio riesgo de destrucción.
Solicitamos al Ferrocarril,
a la Mesa de Consenso del Parque y a la Comuna, que se arbitren los medios –antes de que sea tarde–, delineando esta porción del Parque para
mantenerlo como sitio y espacio de Memoria, un lugar que nunca debió ser usurpado,
y dejar despejado el sitio de la placa, construida y donada por la Escuela de
Cerámica de la calle Bulnes, e inaugurada con una masiva participación vecinal.
No son balcones floridos los que
reclamamos, además ya no está el poeta para exigirlo, pero sí están los vecinos que no descansarán hasta que se
logre “una flor” en este lugar asignado a la
memoria. Especialmente
requerimos a Ferrocarriles Argentinos un poco de respeto. Señores, ¡por favor! Pónganse las pilas…
Consejo de Redacción
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