Por la demora
y complicidad de jueces, y de la Corte Suprema –hoy
en proceso de Juicio Político–, murió impune Carlos Blaquier, a quien no se
puede despegar de la Dictadura ni de aquella trágica
noche del “Apagón de Ledesma”, ya que como dueño
del Ingenio fue responsable y estuvo procesado por la privación ilegal de la
libertad de 20 personas en Calilegua y Libertador Gral. San Martín en julio de
1976; y el secuestro de Luis Arédez el 24 de marzo de 1976,
liberado luego de un año y secuestrado y desaparecido en mayo de 1977.
Es
indispensable avanzar en los expedientes –en los
que también fue procesado Alberto Lemos,
administrador del Ingenio– en condiciones de ser
elevados a juicio en 2013. Sin embargo no
lograron avanzar, ya que el proceso quedó
paralizado primero en la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, porque los
camaristas Juan Carlos Gemignani, Gustavo Hornos y Eduardo Riggi hicieron
lugar a un recurso de la defensa y en 2015 le dictaron falta de mérito a ambos
acusados. Luego, la causa se cajoneó en
la Corte Suprema por más de seis años.
No puede
haber ni olvido ni perdón para los asesinos de lesa humanidad, que la
muerte no redime.
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