Los espacios verdes públicos en la Ciudad de Buenos Aires
Tanto en la ciudad como en los barrios,
el tema central es la falta de espacios verdes.
En nuestros
barrios de Balvanera y Almagro, se logró luego de una intensa lucha, la realización
del Parque de la Estación, un área de casi 4 hectáreas de terrenos ferroviarios
desafectados.
Sin embargo, continúa la lucha, centímetro a
centímetro, por afectar todo aquel espacio a
áreas verdes, cosa que no se está logrando, lejos se está de licitar el sector sobre
la calle Bartolomé Mitre, donde cada día aparecen más construcciones que
limitan su incorporación futura.
Y no es el único
caso, la situación se generaliza en otras áreas de la ciudad, y el motivo
principal es la venta o remate de amplias extensiones que comprenden edificios desafectados, áreas ferroviarias
inactivas, terrenos baldíos, etc.
La situación del
espacio público verde en la Ciudad de Buenos
Aires es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando se
analiza la situación ambiental. No sólo por la relevancia propia de esta
cuestión, sino también porque representa una de las problemáticas ambientales
históricas.
Continúa siendo
un aspecto postergado, más cuando no se vislumbran planes ni soluciones.
Se pueden
analizar datos de gran importancia, como los
metros cuadrados de espacio verde que dispone
cada habitante, la venta de espacios verdes para la construcción de shoppings y
otros emprendimientos urbanísticos, la falta de arbolado público, una distribución
desigual entre las distintas comunas, entre otros.
Un informe
llevado a cabo por la Dirección de Estadísticas y Censos de CABA, habla de la existencia
de 1.256 áreas verdes, en las que se involucran desde parques, pequeñas
plazoletas y hasta canteros.
Según el Código
de Planeamiento de la Ciudad, los espacios verdes públicos son
“las áreas destinadas al uso público parquizado o agreste cuya característica
es el predominio de especies vegetales y suelo absorbente”, condición que no
cumplen aquellos pretendidos 1.256 espacios verdes
pregonados.
Según el artículo 27 de su Constitución:
“en la
Ciudad se debe promover la preservación
e incremento de los espacios verdes, las áreas forestadas y parquizadas, parques naturales y zonas de
reserva ecológica, observando la preservación de su diversidad biológica”,
situación que tampoco ocurre. Las prioridades son la venta o el remate de
cuanto espacio público queda vacante.
Los árboles
mejoran la calidad del aire disminuyendo la contaminación atmosférica, regulan la
temperatura, la humedad, producen oxígeno y filtran la radiación y la polución,
amortiguan los ruidos producto de la cantidad de autos, obras en construcción, etc. Aquellos árboles que no están rodeados por
hormigón o cemento purifican el agua por medio de sus raíces que actúan como descontaminantes
y retienen, a su vez, nutrientes y agentes
patógenos.
Ciudades como Lisboa, entendieron la importancia de estos espacios, por lo que hoy el 76% de la población vive con al menos
300 metros de un espacio verde.
Otras ciudades latinoamericanas también están comprometidas con el medio ambiente, entre ellas:
Curitiba, en Brasil, que cuenta con 51,5 metros verdes per cápita o
Bogotá con 16,9 metros cuadrados por habitante.
La CABA solamente posee 6 metros cuadrados por habitante, mal distribuidos,
mientras que las recomendaciones de las Naciones
Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la
Salud (OMS) estipulan un mínimo necesario de entre 15 y 20 metros cuadrados por
habitante, apenas se llega a un 20% del ideal.
Planteado el
problema, deben buscarse las soluciones
urgentes, ya que con las nuevas construcciones la situación se agudiza y cada
día será más difícil su reversión, cosa que no está hoy en los planes de un
Larreta dedicado a promover su candidatura por sobre todas las cosas. Las
prioridades de los vecinos de nuestros barrios y de la ciudad son otras, aunque
aún hoy y pese a la importancia de la situación,
muchos vecinos no cobran conciencia de la gravedad del problema.
Consejo de Redacción
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