El desaparecido Pasaje Huergo
de Rivadavia 2180/88
Transitar por las calles de la ciudad, y
especialmente por sus pasajes –cerca de 600 que componen su dimensión–, forma parte
de una aventura necesaria y útil para develar su origen, su historia, sus leyendas,
así como el de la propia ciudad, ya que son escasamente
conocidos por una mayoría indiferente.
el pasaje en sus épocas de esplendor
Los distintos pasajes, cortadas, callejones o callecitas, comienzan a implementarse hacia 1880, y conformaron
y conforman espacios singulares dentro de la trama urbana. Forman parte de un cambio sutil en el damero donde
el aumento de población y los cambios en la movilidad generaron transformaciones
de estructuras sociales, modificación de las costumbres y cambios en los modos
de pensar y actuar de los diferentes grupos sociales. Ya Roberto Arlt, los
trata en sus populares Aguafuertes Porteñas.
el pasaje en los últimos tiempos
Éstos constituyen la evidencia de la ruptura
del trazado proporcional de las calles como síntoma del fracaso de la regularidad que inspiró la primitiva organización
de Buenos Aires. Hoy, constituyen pequeños pasillos o pulmones, tesoros de la
arquitectura urbana contemporánea,
que revalorizan y preservan espacios menos viciados por la modernidad, que aportan
un lugar de apacible sosiego, sol o
sombra, y silencio en la contaminación reinante, sorprenden y despiertan en
quiénes los visitan sensaciones únicas e inspiradoras que revelan una época determinada, con sus historias, leyendas,
costumbres y magia.
Al Pasaje Huergo, de escasos cincuenta
metros de profundidad, ya se lo mencionaba en la “Guía
ilustrada de Buenos Aires para el viajero” del año 1900.
Era un pasaje particular, aunque de acceso libre, sin salida, construido entre
viviendas, ocupando los números 2180/86/88 de la Av. Rivadavia. Estaba ubicado
en parte de la manzana delimitada por Av. Rivadavia, Pasco, Hipólito Yrigoyen y Rincón, a metros de la desaparecida “Casa del Pueblo” antigua
sede del Partido Socialista, también hoy
demolida.
Llamaban la
atención dos carteles de dudosa practicidad que expresaban: “Es prohibida la
entrada a vendedores ambulantes”, “Es prohibido
a los niños jugar en este pasaje”.
Sus paredes robustas, que eran a su vez el frente de una decena de viviendas,
estaban cubiertas
de macetones, al igual que los balcones que daban
a la planta alta también con viviendas, de muros de frondosas cornisas y
molduras.
Resaltaban los manijones de sus altas puertas
de madera maciza, que con un brillo broncíneo
aportaban una cuota más de distinción, que contrastaba con su suelo de cemento alisado, sin
baldosas.
Proporcionaba una pequeña cuota de calma y
cálido clima íntimo, en la bulliciosa avenida Rivadavia de entonces.
Este pasaje fue demolido a principios de
la década de 1980, en su lugar se levantó un conjunto de locales comerciales.
¿Quién era Palemón Huergo?
Periodista
nacido en Buenos Aires el 1 de junio de 1817,
dirigió el periódico El Nacional entre los años 1852-1860 (El Nacional fue un periódico
argentino fundado por Dalmacio Vélez Sarsfield y editado en Buenos Aires entre el 1° de mayo de 1852 y
el 18 de agosto de 1898).
Además, ocupó el cargo de oficial mayor de Relaciones
Exteriores y subsecretario de Hacienda. En 1870
fue designado presidente del Banco Provincia y director de las Bibliotecas
Populares. Falleció en Buenos Aires el 21 de enero de 1892.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-Balbachan
Eduardo Luis, Los ignorados
pasajes de Buenos Aires,
Alonso, 1983.
-https://caeau.com.ar/wp-content/uploads/2021/10/ABADES.pdf
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