EL 4 DE JULIO DE 1776.
Trece colonias británicas
declaran su independencia en Filadelfia en el hecho que marca el nacimiento de
los Estados Unidos. (34 AÑOS ANTES QUE LA NUESTRA) guerra civil mediante –entre 1861 y 1865,
donde los dos bandos enfrentados fueron las fuerzas de los estados del Norte
(la Unión) de mayoría blanca, contra los recién formados Estados Confederados
del sur, --subdesarrollados, racistas y
con una economía semifeudal.
En la declaración de independencia proclaman:
“que los hombres son creados
iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que
entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”
En el mundo, especialmente en el llamado “patio trasero”
Latinoamérica, las embajadas juegan un
papel intervencionista, y en nuestro caso se hace una reunión en a la que invitan a autoridades locales. No
sabemos qué pasará hoy en plena pandemia.
Disfrazada de vaquero, con sombrero texano y pañuelo, la ministra Patricia Bullrich participó hace dos años de la celebración que ofreció el embajador de los Estados Unidos, Edward Prado
Resuena la de hace algunos años el papelón de Patricia Bullrich , con su
esposo –ambos disfrazados de Cowboys. – una escena inolvidable y vergonzosa de
sometimiento. Pero no es la única que desfiló por aquel palacio de Palermo.
Otros lo hicieron y lo hacen durante todo el año,
muchos de ellos del PRO, pero también de la justicia y hasta del oficialismo.
¡Lamentable! No vale hacer nombre porque
la lista es larga.
Vale
sí invitar a buscarla en Google, para corroborar el asombro. Algunos nombres
dan miedo.
Mientras tanto se demonizan a países de américa, como
Venezuela, Cuba, (ambos bloqueados),
Nicaragua, y Bolivia, en momentos en que se producen cambios en la zona;
no se define la proclamación de Casatillo en Perú, en Chile se inaugura la
Constituyente, Colombia hace agua por los cuatro costados y en Brasil Bolsonaro
se encuentra en la cuerda floja.
Hoy
contrastan aquellos derechos proclamados por los EEUU en 1776, con la práctica
cotidiana de lo que luego sería el “Gran Imperio” que reemplazaría al de
Inglaterra, con las invasiones, intervenciones directas o encubiertas, en el
mundo.
Pero
algo nuevo amanece en el mundo que pone en jaque al coloso norteño; son la
aparición de una China que sale a competirlo, hace unos días vimos el gran
despliegue en el centenario del Partido Comunista, con sus avances científicos,
técnicos, comerciales, sociales y también hoy astronáuticos.
China logró terminar con su pasado de frustración. El presidente chino, Xi Jinping, lo celebró con un
discurso en el que le atribuyó el ascenso "irreversible" de China en
el escenario mundial y advirtió que el país "no permitirá nunca que las
fuerzas extranjeras lo intimiden u opriman (…) El pueblo chino se ha
levantado" y su ascenso, después de más de un siglo de subdesarrollo e
invasiones es "irreversible", enfatizó Xi, en la Puerta de Tiananmen,
desde donde su lejano predecesor Mao Zedong proclamó la República Popular en
1949.
También la Rusia de Putin (que es más un país comunista como lo
presentan) pero que maneja una economía de Estado controlada, le pone freno al avance norteamericano, y
emerge de una Europa estancada –no es más el otrora centro del mundo—es un arma más de
aquel imperio que aunque desteñido no deja de blandir sus uñas para atemorizar
a los pueblos que buscan su verdadera independencia, en América, la “Patria
Grande” que soñaron San Martin y Bolívar.
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un 4 de Julio más
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