martes, 1 de junio de 2010

EL ANGEL DE LA BICICLETA


El ángel de la bicicleta

Homenaje a Pocho Lepratti, asesinado por la Policía

Pocho era un muchacho de 35 años que vivía en el barrio Ludueña, en Rosario, sirviendo a la gente como integrante de la comunidad salesiana. Pocho trabajaba en una escuelita de bajos recursos de la zona, colaborando con un comedor infantil.

Se caracterizaba porque siempre andaba en bicicleta, y porque siempre estaba dispuesto a ayudar al prójimo. “El ángel de la bicicleta, le decíamos, porque andaba en su bicicleta, estaba enterándose y buscando la ayuda para cada familia”, recuerda el padre Gastaldi.

En diciembre del 2001, en medio de la penosa situación socio-política que vivía la Argentina, fue asesinado de un balazo en la garganta, mientras le pedía a la policía que no disparase contra el comedor donde él colaboraba, ya que adentro había chicos comiendo.

Después de aquel asesinato, por las calles de Rosario se ven las pintadas de una bicicleta alada, en recuerdo de Pocho.


Cambiamos ojos por cielo
Sus palabras tan dulces, tan claras
Cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
Y ahora vemos una bicicleta alada, que viaja
Por las esquinas del barrio, por calles
Por las paredes de baño y cárceles
Bajen las armas!! Que aquí solo hay pibes comiendo.

Cambiamos fe por lágrimas
Con qué libro se educó esta bestia
Con saña y sin alma
Dejamos ir a un ángel
Y nos queda esta mierda
Que nos mata sin importarle de donde venimos
Que hacemos, qué pensamos
Si somos obreros, curas o médicos
Bajen las armas!! Que aquí solo hay pibes comiendo.

Cambiamos buenas por malas
Y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata
Felicidad por llanto
Ni la vida ni la muerte se rinden
Con sus cunas y sus cruces
Voy a cubrir tu lucha más que con flores
Voy a cuidar tu bondad más que con plegarias
Bajen las armas! Que aquí solo hay pibes comiendo.

Cambiamos ojos por cielo
Sus palabras tan dulces, tan claras
Cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
Y ahora vemos una bicicleta alada, que viaja
Por las esquinas del barrio, por calles
Por las paredes de baño, y cárceles
Bajen las armas!! Que aquí solo hay pibes comiendo

Música: Luis Gurevich.

Letra: León Gieco.

No hay comentarios: