SANTIAGO MALDONADO POR
SIEMPRE
Pudieron
desaparecer su cuerpo, pudieron quitarle su joven vida, pero no pudieron con
ello acabar con sus ansias de lucha, de justicia, no pudieron acabar con sus
sueños de reivindicar a los pueblos originarios,
aquellos exterminados y perseguidos; como lo son
hoy los mapuches, estigmatizados impunemente, a quienes les quitaron no sólo
sus tierras, sino también su religión, sus costumbres y los condenaron a vivir
marginados y en la miseria.
Los
ojos “buenos” de Santiago, su rostro ingenuo y tierno, su figura inquieta
perdurarán por siempre, a pesar de las tantas
mentiras e infamias que circularon en su contra.
Un
gobierno insensible, indiferente e inhumano no asumió su responsabilidad en los actos de la
Gendarmería, a la que mandó a reprimir, auto exculpándose, encubriendo aquellos
actos salvajes e ilegales, mintiendo y ocultando pruebas.
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