lunes, 30 de marzo de 2020

EL ABASTO LUGAR HISTÓRICO


El Abasto, lugar histórico de la integración


En pleno año 2020, la imagen que tenemos del Abasto Shopping es la de un lugar que logra, de cientos de formas, la unión de diferentes tipos de personas. Esta notable tarea, no es algo propio de esta época, sino que viene desde sus inicios.
Como pasa hoy en día, los hechos que suceden en Europa siempre han repercutido en nuestro país. En épocas de la Revolución Industrial (tanto la primera como la segunda), los ciudadanos europeos se vieron obligados a buscar nuevos rumbos donde el trabajo y la prosperidad sean una garantía. Argentina, por su baja densidad de población y su inmenso suelo disponible, se convirtió en un refugio ideal para aquellas personas.
A medida que la población crecía, era necesaria la implementación de nuevos sitios. En el barrio de Balvanera, desde noviembre de 1888, la intendencia y el Consejo Deliberante analizaron la posibilidad de implementar un mercado de abastecimiento por pedido de los hermanos Devoto, que habían adquirido el terreno unos años antes. Tras un período de análisis, en enero de 1889 se aprobó la petición y el Mercado del Abasto se consolidó como un sitio en donde se podrían vender y comprar frutas y verduras.
Desde aquellos primeros años de vida, el Abasto sirvió no sólo como un mercado, sino también como un lugar en donde miles de personas de diferentes nacionalidades podían relacionarse, aunque reglamentariamente, el único fin del lugar era el tráfico de los alimentos mencionados.




La constante evolución de la época, hizo que el mercado deba reinventarse. Para la década del ‘30, ya contaba con la estación Carlos Gardel del Subte B, lo que lo hacía un lugar de integración aún más grande. Además, en 1934, de la mano del arquitecto esloveno Viktor Sulčič, el edificio fue remodelado bajo las influencias del Brutalismo (estilo arquitectónico del Movimiento Moderno) y obtuvo una apariencia similar a la que conocemos en la actualidad.
Durante esa década, se implementaron actividades de ocio como el teatro y los naipes, entre otras cosas, que lograron una mayor integración de personas de diferentes nacionalidades bajo el techo del Abasto.
A finales de siglo, el Mecado Central de Buenos Aires ya se encontraba habilitado, por lo que en 1984, el Abasto cerró sus puertas y comenzó a transitar la peor época de su historia. Un año después, el Concejo Deliberante declaró Patrimonio Cultural de la Ciudad al ya abandonado mercado, impidiendo así una desgracia asegurada, ya que por esa zona hubiese pasado una autopista impulsada por el intendente de facto, Osvaldo Cacciatore. Luego de catorce años con la idea de hacer un centro comercial, el 10 de noviembre de 1998, el Shopping del Abasto abrió sus puertas con cientos de propuestas diferentes como comidas kosher de la comunidad judía, alimentos árabes, cocina italiana, asiática y por supuesto, alimentos autóctonos de nuestro país, entre otros. Hoy en día, su cine y sus miles de productos extranjeros y locales, lo convierten en un salto al mundo exterior en el corazón de Balvanera. Y siempre, por sobre todo, ofreciendo un mismo servicio que lo definió durante toda su historia: la integración.

LUCAS GIANNOTTI




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