LA RESISTENCIA DEL
TEATRO INDEPENDIENTE
EN UN BARRIO DE
TEATROS
TEATRO EL CRISOL
No es la primera vez que hablamos desde Primera Página de
esta cuestión. En nuestra Comuna los teatros
están muy activos y hay cada vez más salas, como El Crisol, la reinauguración del Teatro del
Pueblo, El Callejón, El Camarín de las musas, El Tinglado y muchas más. Una
lista que sería muy larga para escribir. Algunas con más butacas, otras con menos, pero
los artistas siguen trabajando con esmero y las obras son de primer nivel. Y en
cuanto a los precios siempre recomiendo que si
les gusta el teatro y es a la gorra, sean
generosos con los artistas y que si hay que pagar está Alternativa Teatral, una página por internet que les dará descuentos 2 x
1 o para jubilados o estudiantes. Hay más páginas
para comprar entradas que iremos recomendando.
“Un señor alto, rubio, de bigotes”, de Humberto Costantini
y dirección de Leonardo Odierna
La dramaturgia: Humberto Costantini
me lleva a repensar en esta obra algunas cosas que todos hemos tenido en común,
un cambio de profesión, una dictadura cívico-militar, etc. Vamos a la obra que nos ocupa. “Un señor alto…”, aquí Costantini nos
habla de una persona X que busca desesperadamente un empleo y lo único que
recibe son tarjetas de recomendación. Es un texto reiterativo pero no por eso
criticable. Es la reiteración de la tragedia del
padeciente Fernando… cansado porque debe deletrear constantemente su apellido
que es Sciadys. La búsqueda de un trabajo lo trae casi al mismo sitio. Es un
cuento de Costantini pero qué mejor momento que convertirlo en una obra de arte.
El elenco: Pablo Mariuzzi hace un tour de force impecable. Su
único elemento es el escenario, una silla de
espera y su ropa que reiteradamente va a conservar en el formato recomendado:
“la corbata y el nudo derecho… los puños de la camisa en su lugar igual que el
cuello…”. La silla es el centro del laberinto y
él caminando hacia la búsqueda vuelve al tiempo de la espera a la misma silla.
Se sumerge en su carpa del tiempo, esa carpa donde
el exterior no lo puede atacar, la gente que lo empuja, los edificios que se le
caen encima y el ataque de pánico por no poder encontrar un trabajo. Tic tac de un reloj en un lejano sonido. Tic tac en el tiempo, tic tac en su carpa inventada Fernando dibuja el signo del
infinito. Tic tac para esperar a salir a
encontrarse con el Sr. Otero quien sería el señor alto, rubio y de bigotes. No sería justo de
quien suscribe relatar la obra y su final, pero
está tan condicionado a la realidad que lo único que voy a decir que es un
trabajo memorable.
La dirección: de Leonardo Odierna es tan impecable que
valieron los tiempos de ensayo de relojería y esa manera de elegir el laberinto
caminado hacia atrás al mismo sitio. Excelente la elección de la banda sonora
que acompaña. Recordemos que Costatini fue un
gran admirador del tango. Y estupenda la puesta de luces.
“Costantini, Odierna y Mariuzzi son un trío imbatible,
hay que ver esta obra que brilla en el firmamento de los artistas y teatreros
que amamos el teatro independiente”.
En: Teatro El
Crisol, Malabia 611,
domingos 20,30 hs.
“Muchacho de Luna”, sobre textos de García
Lorca. Dirección de Oscar Barney Finn y la actuación de Paulo Brunetti y la participación
de Dayana Bustamante
Los textos de García Lorca
siempre nos sumergen en un mundo profundo de belleza trágica y alegres
cantares. Entre sus primeros textos que evocan Fuente Vaqueros, “aquel
pueblecito muy callado y oloroso de la Vega de Granada…”. “El pueblo está rodeado de chopos que se ríen, cantan y son
palacios de pájaros y de sus sauces y zarzales que en el verano dan frutos
dulces y peligrosos de coger…. En verano el olor
es de paja que en las noches, con la luna, las estrellas, y los rosales en
flor, forma una esencia divina que hace pensar en el espíritu que la formó”. Y
su descripción como habitante del mismo: “Mi
infancia es aprender letras y música con mi madre, ser un niño rico en el
pueblo, un mandón”. De esta manera entramos de la mano de Barney Finn al mundo
lorquiano.
La acción:
transcurre de manera ideal en un escenario con unas sillas, una mesa y pocos
elementos más. Sobre una gran pantalla que ocupa el fondo del espacio escénico
se verán proyecciones que nos acompañaran de acuerdo al momento y texto. Una
banda sonora exquisita será también un hilo conductor desde “Take this waltz”, una canción del canadiense Leonard Cohen, que
escucharemos en un solo de piano, compuesta para el poeta granadino por su
estadía en New York.
La dirección: de Oscar Barney Finn. Definitivamente es
un espectáculo de su autoría, tal vez en conjunto con el protagonista Paulo Brunetti. Una puesta refinada,
elegante y muy propia de artistas que tienen mucho en común. Nos da la
sensación de que uno es el espectador que marca un despeño que se reproduce con
sensibilidad desde el escenario con una fluidez única. Un tejido de encaje deja
al espectador hipnotizado por las imágenes, la voz y el recorrido de poemas que
algunos podremos reconocer casi de memoria y fragmentos de sus obras teatrales.
Y un intérprete que lleva a Lorca en todas las tesituras, la infancia, la
adolescencia, sus colegios y sus amigos Buñuel y
Dalí quienes fueron cómplices y críticos de su obra en las tertulias. En
aquella bohemia cultural granadina la vida de Federico desde 1920 o 1921 giró
alrededor de estos dos focos culturales: Falla y los integrantes de “El
Rinconcillo” que intentaban dar nuevo brío a la vida cultural de la ciudad,
defendiendo aquella parte del patrimonio artístico como el Cante Jondo y expresiones más profundas de las raíces populares que
pudieran orientar a las nuevas generaciones en
su rebelión contra el “costumbrismo” y asustando así a la “Beocia burguesa”.
Todo esto y mucho más se disfruta en esta obra.
El elenco: Paulo Brunetti es Lorca, ése que se
come la vida, la saborea y padece desde todos sus espacios, los artísticos y
los personales. El que sueña a la luna, esa luna
que aparece siempre como un presagio, una luna de gloria y muerte que
interpreta Dayana Bustamante con
elegancia etérea, y será el toque perfecto para teñir con su blancura las
escenas en las que aparece. Brunetti-Lorca se irá entreverando en sus poemas
“Romance de la Luna”, “Muerte de Antoñito El Camborio”, “La cogida y la muerte”
desfilaran por los sentidos. Fragmentos de “La Casa de Bernarda Alba”, “Yerma”
y “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las Flores” y un recuerdo a los
“títeres de cachiporra” y así llegaremos a su desenlace con la muerte que lo
persigue y su último monólogo ante el destino ya definido diciendo que dejen la
ventana abierta para que todos sepan… así llegamos al final de una conmovedora
y sentida obra.
“Muchacho de Luna”, es una bella propuesta para los
amantes del buen teatro. Excelente.
En: El portón de
Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034, tel. 4863-2848, domingos 20.30 hs.
Lilian Kovalenko
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