Librería Rodríguez Almagro
Una librería de barrio para deleitarse con el
mundo fascinante de los
libros
Las librerías de barrio
tienen un encanto, una magia que las grandes cadenas envidian. Es el caso de la
Librería Rodríguez Almagro, ubicada
en Pringles 486. El local que –para
beneplácito de los almagrenses– abrió en noviembre de 2016, es
pequeño y sencillo, pero ello no quiere decir
que el material que ofrece sea escaso, todo lo contrario, estamos frente a una
librería bien surtida. Tenemos a nuestra disposición poesía, narrativa,
filosofía, ciencias sociales, música, arte, literatura infantil y juvenil, textos
escolares y textos en inglés.
“En las librerías de
barrio la relación con el cliente es más personalizada y nos preocupamos por
los gustos particulares. La mayoría de nuestros clientes son mujeres cuyas
edades oscilan entre los 30 y los 70 años”,
comenta Gustavo Monsalve, propietario
de la librería junto a Federico
Rodríguez.
INTERIÓR DE LA LIBRERÍA
Ambos propietarios
tuvieron la osadía de instalar una librería en el barrio en un momento en el
cual la situación económica ya comenzaba a dar signos desalentadores. Monsalve
provenía de la carrera de Edición de la UBA, es decir, se interesaba por el
objeto-libro y leía de todo. A medida que cursaba los estudios se familiarizó tanto
con ese producto cultural que le surgió la necesidad de terminar rodeado por
cientos de ellos en la librería que actualmente gestiona. En tanto, Rodríguez procede
de una tradicional familia de libreros, es un librero de pura cepa. Se unieron
para dar nacimiento a un proyecto que se lleva a pulmón, con una pasión
irracional.
La librería se
caracteriza por trabajar con muchas editoriales independientes, con las cuales
sostiene un trato cercano; les brinda una exposición y un espacio que no
obtienen en otras librerías. Apoya a muchas editoriales que recién comienzan,
que tienen mucho sacrificio y esfuerzo detrás, y que en muchas ocasiones se
encargan de revelar nuevos nombres de la escena literaria nacional y
extranjera. En consecuencia, la librería maneja un catálogo singular y
artesanal, intentando priorizar gustos propios.
La Librería Rodríguez
Almagro es de aquellas librerías que uno puede descubrir por casualidad,
vagando por la ciudad, y al entrar se encuentra con un lugar muy agradable, un mundo
fascinante en el cual sumergirse por un largo rato entre innumerables títulos
de los más diversos géneros hasta que llega el inquietante momento de decidir
qué llevar frente a tanta oferta de calidad. En efecto, Monsalve asegura que
tienen “una gran clientela fija pero con la pandemia llegó mucho cliente
nuevo”.
Los clientes
consultados destacan en todo momento la enorme variedad que posee la librería,
la atención amable y personalizada, y las promociones tentadoras que tratan de
acercar los libros a la mayor cantidad de gente posible. Uno de los clientes
señala: “La selección de libros es impecable, la atención cálida, y los precios
están súper bien”. Otro añade: “Muy buenas las
recomendaciones del librero”. Y, por si quedaba alguna duda, un tercero afirma:
“Genial librería. Súper completa, con muy buen
criterio, y lo que no tienen te lo traen”. De estas opiniones se deduce que nos
encontramos ante unos libreros de raza, aquellos que escuchan al cliente, lo
orientan dentro de la inconmensurable maraña de títulos, lo van encaminando hacia
libros valiosos o que sean acordes a su personalidad y a sus gustos.
“Lo que más vendemos es
literatura infantil. En cuanto a los adultos, los géneros más pedidos son novela y cuento. Dada la situación
económica, los clientes cada vez se fijan más en el precio. Ahora hay más
ventas presenciales, aunque consultan a través de las redes. Por el
coronavirus, se paga más con tarjeta y Mercado Pago. En general, la gente llega
al local para comprar un título predeterminado. Sin embargo, cuando se trata de
hacer un regalo, tiende a pedir recomendaciones”,
consigna Monsalve.
Como el resto de las
librerías de la ciudad, la que nos ocupa pudo abrir recién el 3 de agosto
pasado, después de estar varios meses cerrada a raíz de la cuarentena decretada
por el coronavirus. Cuando le consultamos al propietario si lograron
recuperarse a nivel económico, asevera que no, que la situación sigue
complicada, si bien en algunas fechas especiales como el Día del Niño tuvieron
buenas ventas. En esa oportunidad el promedio de gastos por persona fue de
$1.000.
Aunque no trabaja con
Mercado Libre, la librería utiliza mucho las redes sociales para vender. Los
clientes se contactan a través de Instagram, ya que tanto allí como en Facebook
se anuncian las novedades y se recomiendan diversos libros. Asimismo, hay un
número disponible de WhatsApp para efectuar consultas y solicitar envíos, que
se realizan todos los días. El horario es de lunes a viernes de 12 a 19, y
sábados de 12 a 17.
Respecto a los títulos que acaban de ingresar a la librería, los más importantes son No es un río, de Selva Almada, y La novia de Sandro, de Camila Sosa Villada. En el caso de Almada, esta novela culmina una trilogía abocada a indagar sobre el universo masculino, que incluye El viento que arrasa y Ladrilleros. En cuanto a Sosa Villada, este nuevo libro de la celebrada autora de Las Malas es una reedición de un poemario que había sido publicado en 2015, con versos intensos referidos al amor travesti. Por otra parte, también acaba de salir Héctor Larrea. Una vida en la radio, de Martín Giménez, en el cual se recorre la trayectoria del popular locutor y animador.
Laura Brosio
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