Walter Yonsky
6 de noviembre de
1937 - 30 de abril de 2002
Su nombre verdadero era Isaac
Wrzacki, pero fue más conocido por su nombre
artístico: Walter Yonsky. Se destacó como actor y cantautor de tango, folclore y música infantil.
Nació en una casa ubicada en Junín 439, en Balvanera. Sus
padres se llamaban Moisés y Berta, ambos provenían de Lodz, Polonia.
De pequeño, a los 12 años, rindió una prueba en Radio
Belgrano, entonando el tango Rendido, de Cordisco y Leiva. Allí
le sugirieron que cantara folclore y lo derivaron
a Radio Porteña, donde inició sus presentaciones como “Isaac”.
Siguió la carrera de Contador
Público. Pero, una vez recibido, abandonó la
profesión para integrarse al elenco artístico de la propia Facultad de Ciencias
Económicas.
Ingresa luego al Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica
y, en 1962, debuta como actor de radioteatro en Radio Belgrano, con la compañía
dirigida entonces por Oscar Casco. Componía el reparto del radioteatro Susana
Rinaldi, que también se iniciaba en dicho género.
En esos años, Isaac comienza una serie de actuaciones en
diferentes teatros de Buenos Aires y pronto ingresa, junto a la comedia, en el
mundo de los niños con títeres y pantomimas.
En 1964 da un salto en sus preferencias al representar el
papel de Rodolfo en la tragedia de Arthur Miller titulada Panorama desde
el puente, en el Teatro Lasalle.
También actuó en varios espectáculos con la famosa Porteña
Jazz Band.
Inicia formalmente su trayectoria de cantor de tangos en
1972, con las guitarras de Bartolomé Palermo, Paco Peñalva y Norberto Pereira.
Junto a Oscar del Priore condujo el programa Hoy en la
ciudad por Radio Municipal, así como
otra emisión en Radio Provincia.
Inquieto hasta la obsesión, quiso dejar como legado su
revisión de tangos poco difundidos en ediciones como los que integraron 100
años de tango, en el Salón Dorado del Teatro Colón. Pero también quiso
internarse por los más variados ritmos populares hacia otro espectro de su
predilección, como fue el espectáculo Para que bailen los chicos de
América.
Compuso numerosas canciones infantiles y actuó con gran
suceso como animador de fiestas para “bajitos”.
Su incansable dedicación al tango, hizo que éste sea su derrotero final, con su particular
“lunfa”. Vale recordar, y con enorme orgullo, que incursionó también como
articulista en la columna “En solfa y con bemoles” de nuestro periódico barrial
Primera Página, allá por el año 1997, cuando residía en el Abasto.
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