Teatro Marconi de Rivadavia 2330
ANTIGUOS Y DESAPARECIDOS TEATROS DE BALVANERA
Los rudimentos del teatro nacen con el hombre primitivo, al organizar éste sus danzas de adoración al sol, a la lluvia y a otros fenómenos que le eran incomprensibles. Luego en Egipto, aparece la representación de efectos simulados en la coronación de los faraones. Pero fue en la antigua Grecia donde surgieron los primeros teatros, que en su principio eran circulares. La palabra theatrum proviene del griego y significa “lugar donde se mira”. Los primeros datan del tercer milenio antes de J.C., según ruinas encontradas en la isla de Lemnos.
El primer teatro emplazado en nuestro suelo fue La Ranchería, conocido como “Casa de Comedias”, levantado en 1783 en la esquina SO de las actuales calles Alsina y Perú. Allí se representaron obras de autores españoles hasta 1789, y allí también se estrenó la primera pieza de un autor local, Siripo, de Manuel de Lavardén.
Considerada “La Ranchería” por ciertos sectores de la sociedad y del clero como un centro de perdición, fue destruido por un fogonazo disparado en la noche de San Roque, desde la iglesia de San Juan.
En 1804 se inaugura el Coliseo Profesional, en las hoy calles Perón y Reconquista, en el cual alcanzaron sonoros triunfos Trinidad Guevara y Casacuberta; fue el teatro de los hombres de Mayo.
LAS GRANDES CORRIENTES TEATRALES
Más acá en el tiempo, a partir de 1880, se opera un profundo cambio en la temática teatral. Pierde peso la influencia hispana, con el surgimiento de autores y actores netamente criollos, como la familia Podestá, con temas y lenguaje de la realidad local.
En el teatro Politeama Argentino, abierto en 1879 en Corrientes 1490, Pepino el 88 (José Podestá – 1858/1937) interpretará al gaucho Juan Moreira en su lucha contra los abusos y las injusticias.
En 1890 nace el sainete (obra corta) como una fotografía de la unión de dos culturas, la de los inmigrantes europeos y la criolla. En este género se destacan Florencio Parravicini, Elías Alippi y Enrique Muiño, además del nombrado José Podestá. La escena se centra generalmente en el patio del conventillo, con ribetes tragicómicos, pero siempre con una alusión social implícita.
Con Florencio Sánchez (1875-1910) aparecerá un teatro con aguda crítica social y con las proyecciones revolucionarias del anarquismo, en obras como M`hijo el dotor, En familia, La gringa, Los derechos de la salud, con trazos costumbristas, sainetescos o trágicos.
Con Armando Discépolo (1897-1971) alumbrará el grotesco, que plantea las desdichas del inmigrante en Mateo (1923), así como El conventillo de la paloma (1929) de Albeto Vacarezza (1886-1959).
El teatro independiente comienza con Leónidas Barletta (1902-1975) y su Teatro del Pueblo que devendrá hacia 1960 en el Movimiento de Teatros Independientes. Con este movimiento surgirán el Fray Mocho y El nuevo teatro, despojados de todo fin empresarial y económico.
En 1981 surge la corta experiencia de Teatro Abierto, como una reacción a la dictadura, en el que participan Osvaldo Dragún, Roberto Cossa, y Eduardo Pavlosvki entre otros.
TEATROS DE BALVANERA DESAPARECIDOS
El barrio de Balvanera se caracterizó y se caracteriza por tener la mayor cantidad de teatros fuera del radio céntrico, podio que comparte con el vecino barrio de Almagro; entre ambos puede hablarse de más de 30 salas.
Teatro del Recreo (títeres): Abierto en 1885 por Santiago Verzura (más conocido como Eureja), en Alsina 1845, quien en 1893 con el mismo nombre levantó una carpa de circo frente al Mercado Spinetto.
Teatro Doria: En Rivadavia 1026 de la antigua numeración (2330 de la actual), un empresario italiano admirador del almirante genovés Andrea D´Oria, inauguró en 1887 este teatro, con 300 plateas y 36 palcos, dedicado a compañías líricas; fue distinguido como “El Colón del Oeste”. Allí se cultivó también el drama, el sainete criollo y la zarzuela (ver Primera Página nº 55, agosto de 1998).
Edén Argentino: Funcionó desde 1890 en Callao 355; en él actuaba una compañía italiana de grandes óperas.
Teatro Libertad: Instalado en 1901 en la calle Ecuador al 500, presentaba obras gauchescas y algunos dramas y comedias nacionales. Actuaba allí la compañía de Gerónimo Podestá.
Teatro Marconi: Surgió de los escombros del Teatro Doria, instalándose en su mismo lugar en 1903. Dedicado a la operística, la cantante Franca Boni afinaba allí su vasta gama lírica. En él se representó por varios años Don Juan Tenorio. En otros géneros también desfilaron por sus escenarios Blanca Podestá y Andrés Cordero. Tras su demolición en 1967 ocupó su lugar a una mole de cemento. (Ver Primera Página, nº 62, abril de 1999).
Edén Teatro Parisién: Instalado en 1911 en Pueyrredón 328/42, era una sala dedicada a números de variedades de compañías extranjeras. Más tarde quedó convertido en cine; cerró definitivamente en 1994.
Teatro Excelsior: Se inauguró en 1912 frente al antiguo edificio del Mercado de Abasto, en Corrientes 3224. Fue una sala de escasas representaciones, aunque acumuló algunos éxitos importantes cuando pasaron por sus tablados Luis Arata, Enrique de Rosas, y el intérprete judío Alexander Moissi. Era también sala de cine, fue demolido en 1961.
Teatro Soleil: Fundado en 1916 como teatro de la colectividad judía, en Corrientes 3150.
Actuaron en él los talentosos, Jacob Ben-Ami (representando a Hamlet) y Maurice Schwartz en el género alegre. Esta sala, en la que también se proyectaba cine, fue demolida dando lugar a un enorme edificio en torre.
Teatro Lasalle: Fundado en 1932 por la actriz Ana Lasalle, se ubica en Cangallo 2263 (actual Perón). La fundadora más tarde se radica en Cuba, donde organiza la radio y la TV después de la revolución de 1959. Esta sala permanece cerrada desde hace muchos años.
Teatro Empire: Utilizó el salón de actos de La Fraternidad Ferroviaria, en Hipólito Yrigoyen 1934, donde también había funcionado entre los años 1938/1944 el auditorio de Radio Belgrano. El edificio de estilo Art-Déco de preguerra, fue diseñado por el arquitecto Sabaté. Estaba ornamentado con murales de Juan Carlos Montero y Dante Ortolani. El teatro fue fundado por Eloísa Cañizares y Ángel Magaña en 1946. Luego, durante 10 años, entre 1980 y 1990 proyectó exclusivamente cine, para luego retomar sus funciones de teatro, con importantes figuras del elenco nacional y extranjero.
Nuevo Teatro: Hacia 1949 Alejandra Boero y Pedro Asquini (ambos provenientes del prestigioso teatro La Máscara) fundaron este teatro en Maipú 28, más tarde se trasladan a la calle Corrientes 2120 y en 1952 se transforman en una cooperativa de trabajo. Dos temporadas en Maipú 28, diez en Corrientes 2120, y una en la sala de Suipacha 927 jalonaron una trayectoria notable y confirmaron la fidelidad a una conducta. Durante esos años de trabajo incesante estrenó 36 obras, doce de ellas de autores nacionales.
Teatro Armando Discépolo: Utilizó hacia 1967 el predio de salida de artistas del Marconi, sobre Pichincha 53, donde se construyó este teatro que tuvo corta vida, ya que cerró sus puertas pocos años más tarde.
Teatro El Picadero: En un edificio del Pasaje Rauch 1857 (hoy Enrique S. Discépolo), que había sido originalmente en 1926 un establecimiento fabril, el actor y director Antonio Mónaco y Guadalupe Noble decidieron fundar el Picadero, en 1980, con la idea de un teatro de formas no convencionales. Aquí tendría efecto la experiencia de Teatro Abierto que se inicia el 28 de julio de 1981 como desafió a la dictadura. Sugestivamente, la sala se incendió a los pocos días, en la noche del 6 de agosto.
Babilonia: Emplazado en el año 1989 en Guardia Vieja 3360, en un antiguo maduradero de bananas, obtuvo en 1992 el Premio Leónidas Barletta a la mejor programación artística. Se subieron a escena allí obras de Eduardo Pavlovski y Javier Margulis entre otros importantes dramaturgos.
Fundación Banco Patricios: Inauguró en 1990 su centro cultural, en el que funcionó el teatro, en la avenida Callao y Sarmiento (esquina NO), y que desapareció junto con la quiebra del banco en 1998.
Muchos otros antiguos teatros con jugosa historia continúan felizmente funcionando hoy, tales como:
Teatro IFT: Creado en 1932 con el nombre de IDRAMST (Idishe Dramatisme Studio) en un inquilinato de la zona, por un grupo vocacional de jóvenes de la colectividad judía. Tras deambular por varias salas, inaugura en 1952 su edificio propio en Boulogne Sur Mer 547. Es el más antiguo de los teatros del barrio en funcionamiento, allí se exhibieron importantes obras y cine de vanguardia.
La Fábula: Inaugurado en mayo de 1965 en el acogedor sótano de Agüero 444. Se representaron en él importantes obras de nuestra escena.
Teatro Luisa Vehil: Funciona en Hipólito Yrigoyen 3131, fundado en 1988 por Luisa D’Amico.
Fray Mocho: Fundado en 1993 en Ecuador 380 con ese nombre, como homenaje a los pioneros de la década del cincuenta Ludwig Mischel y Oscar Ferrigno, que formaron un grupo al que habían llamado “Equipo de teatro Fray Mocho”. Se mudó hacia el año 2000 al vecino barrio de Almagro, en Perón 3644.
Otras salas en funcionamiento son las del Actor´s Studio, en Perón 2267; el Teatro de ATE, en Belgrano 2533 y el Abanico Cultural, en Moreno 3281. Hubo otras, que fueron de existencia efímera, cuyos fines quedaron en un proyecto lejos de alcanzar.
Algunas salas funcionaron como cine-teatro, y en muchos casos la piqueta los convirtió en estacionamiento, galería, o salón de entretenimientos.
Un dato significativo es que desde la fundación de “La Ranchería” allá en 1783, se abrieron en Buenos Aires más de 400 teatros, de los cuales dos terceras partes desaparecieron.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES
-http://www.intertournet.com.ar/capfederal/teatros.htm
-http://Carlos-Antón.idoneos.com/index.http/Nuevo_Teatro
-Llanés, Ricardo, M., Diario La Prensa, Suplemento, 8 de diciembre 1963.
-Llanés, Ricardo M., “Teatros de Buenos Aires”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.
-Ordaz, Luis, “Teatro Argentino”, Revista La Maga, número especial 22.4.1994.
-Periódico Primera Página nº 21, julio de 1995.
-ibíd., n° 55, agosto de 1998.
-ibíd. n° 62, abril de 1999.
-ibíd., n° 165, agosto de 2008.
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