EL BAZAR DOS MUNDOS EN BALVANERA
EDIFICIO MOUSSION: SARMIENTO Y CALLAO 1912 |
“Ganar poco, vender mucho”(Ebazar dos ra, el lema del catalán)
El
significado de la palabra bazar fue mudando desde
su origen; proviene del persabāzār, que viene del antiguo dialecto pahlavi baha-char
(بهاچار)
que significa "el lugar de los precios".Era un mercado, muchas veces
cubierto, encontrado en las culturas persa, hindú e islámica
Como una
importante fuerza política, económica y social, el bazar ha representado una
oposición contra las clases favorecidas y la élite gobernante en Irán durante gran parte del siglo
XX, extendiéndose en el mundo con
similar significado.
No se sabe en qué momento la palabra comenzó a desconceptuarse al
calificar “de bazar” a una tienda en la que se venden artículos de distinta
naturaleza. Los bazares, en las primeras décadas del siglo XX ofrecían toda
clase de mercaderías, según las distintas secciones en que se clasificaban las
mismas, y así tanto podría uno comprar una pava enlozada como un juego de mesa
de Limoges para veinticuatro personas. En Buenos Aires los hubo famosos,quizás
entre los más surtidos y acreditados podríamos recordar el “Colón” y el “Dos
Mundos”.
Buenos Aires
posee lugares y personajes que hicieron leyenda. Algunos mantienen su cartel
destacado, otros, por el contrario, quedaron relegados en el tiempo , y un
tanto exclusivos para los más memoriosos.
En esta última categoría vale rescatar dos nombres fuertemente asociados, símbolos de la ciudad misma: José Roger Balety el
Bazar Dos Mundos.
Sin querer
hacer apologías o propaganda, vale traer a la memoria aquellos antiguos lugares
hoy desaparecidos,como evocaciónde un pasado sobre
el que se construye la memoria colectiva.
Tampoco se
trata de encumbrar a otros grandes emporios económicos que entraron al país
para triplicar sus ya enormes capitales, y como las golondrinas retornarona
donde vinieron, dejando en estas playas un
tendal de desocupados y tierras yermas, como enel caso de La Forestal y de tantas
otrasempresas de funesta presencia.
Se trata en todo caso de
recordar algunos nombres y algunos individuos que vinieron casi con lo puesto y
emprendieron ciertos negocios que se expandieronproduciendo
trabajo y prosperidad para muchos, si bien hicierontambién fortuna. Es
el caso de este hombre, Roger Balet. Había llegado al puerto de Buenos
Aires en 1908 en el vapor “Tritón”, con su pasaje comprado en Montevideo, a solo un peso. A la capital uruguaya había
arribado unos años antes desde su Barcelona natal.
EL MISMO EDIFICIO EN 1954 |
Buenos Aires se
encontraba en ebullición, camino al
Primer Centenario de la Revolución de Mayo, convulsionada por una situación
social explosiva, producto del despertar de las grandes masas que reclamaban reivindicaciones laborales.
José Roger Balet tenía apenas 19 años. Sin
embargo, ya cargaba con una experiencia de comerciante avezado. La había aprendido
en su ciudad natal desde los 11 años de edad, haciendo el corretaje callejero
de grandes almacenes especializadas en papeles de embalaje e imprenta.No tenía sueldo, sólo recibía comisión por las
ventas.
José había nacido en Barcelona, el 3
de marzo de 1889; de muy niño enfermó, tal que su
familia temía que no pudiera llegar a adulto. Lo enviaron a una pequeña
población de las afueras de la ciudad para reponerse, y allí ingresó como
ayudante en un ínfimo negocio de fantasías, donde
aprendió durante dos años algunos secretos
del comercio y se familiarizócon la atención a los clientes. De vuelta a
Barcelona se empleó
como vendedor en los almacenes de papeles de
embalaje y artículos de imprenta, donde trabajaba su padre. Allí por su constancia,
juventud y simpatía cosechó éxitos, y logró juntar un pequeño capital, con el
que pudo viajar al Río de la Plata enel barco de bandera española “Patricio de Zatrústegui”, con destino a Montevideo. El
viaje duró veintiún días y lo hizo en el sector destinado a los pasajeros de
“tercera clase”, quienes viajaban hacinados,
prácticamente no tenían lugar donde sentarse, según lo recuerda muy bien José
Roger Balet cuando dice: “Yo vine de España de pie, no había en donde sentarse,
y en tercera clase, porque no había de quinta”.
Aquí trabajó en
el puesto de un pariente de su papá, en el viejo Mercado del Plata; fue cadete
y vendedor en un comercio; fue empleado en una tintorería llamada “Los mil
colores” (estaba a metros de Esmeralda y Bartolomé Mitre), y hasta cuentan que
alcanzó el puesto de segundo jefe de Bazar y Menaje en una tienda por
departamentos, creada por el británico Alfred Gath y el argentino Lorenzo
Chaves.
En 1911 se casa con
Dresda Rossi, con quien tendrían cuatro hijos y en 1913adquiere en siete mil pesos un localen San Juan y
Lima, donde instaló un negocio que prosperó rápidamente, al que denominó “Mundial Bazar”.
Posteriormente, como el negocio
funcionaba muy bien, abrió el primer local de su cadena “Dos Mundos” (España y
Argentina). El bazar se inauguró el 13 de
mayo de 1915 y estaba en Corrientes al 3100, vereda par, casi esquina Bermejo (actual Jean Jaures). Su lema era “ganar poco pero vender mucho”. Sus principales
clientes eran en su mayoría los inmigrantes.
Cuatro años
después ya tenía cuatro sucursales, que se habían
convertido en una veintena para el año 1929, no
solo en la Capital sino también
en varios pueblos suburbanos. Dos sucursales importantes eran la de
Independencia esquina Boedo y la de Belgrano y Matheu.
Fundó y dirigió una revista
quincenal llamada también “Dos Mundos”, dedicada a defender los intereses del
barrio.
En el año 1928, Roger Balet
compró una de las principales firmas importadoras de esa época,Alberto Adres y
Cía.,en dos millones de pesos.
Sin embargo, el edificio símbolo de la cadena es el que compró en 1953 en Callao
312, esquina Sarmiento. Allí había
funcionado la Casa Moussion, un lugar de
peinados y modas femeninas al estilo de los que había en París, que le dio el
nombre a la vistosa edificación.
Construido en el año 1912, este
edificio es obra de los arquitectos franceses Emilio Huge y Vicente Colmegna. De vistosas líneas Art Nouveau, tiene amplias ventanas curvas
de 12 metros de alto, los ladrillos se importaron desde Francia, ya que la
dueña de la gran tienda era una mujer nacida en ese país. Se destaca por su diseño airoso yafortunadamente está muy bien
conservado. Ostenta aún la elegancia de los vidrios bombé en los ventanales
salientes de hierro que asombraron a los porteños de entonces y que hoy son
testimonio de una época de oro de Buenos
Aires.
En la parte
superior del edificio funcionó un hotel de encuentros, negocio que terminó cuando el catalán lo compró. Con
algunos cambios en su planta baja, aún hoy luce su estilo de gran obra
arquitectónica.
Además de como próspero comerciante, se
reconoce a José Roger Balet por su filantropía, ya que volcó parte de su
riqueza a la comunidad y la cultura. Era una forma de devolver lo que había
recibido en estas tierras, solía comentar.
Así, desde 1940 en adelante,
empezó a donar escuelas en las provincias, en los lugaresdonde eran más
necesarias. Aquello también se extendió a Uruguay (el primer país que lo
recibió en América) y asimismo a Chile. En
la Argentina fundó 48 escuelas públicas y en
Uruguay cinco escuelas, todas
equipadas con el más moderno y completo material
didáctico. Las primeras 14 de Argentina fueron una por cada provincia (entonces
solo existían en el país 14 provincias y nueve gobernaciones). Con justa razón se lo reconoce como un “sembrador
de escuelas”.Jamás quiso que su nombre fuera impuesto a ninguna de las escuelas.
También realizó numerosas donaciones a hospitales. En 1929 adquiere
en Cádiz la casa en que vivió y murió Bernardino Rivadavia y la dona al
Gobierno argentino, para que se la convirtiera en un centro cultural.
En 1930, ante la crisis que sufría
el país y la cantidad de compatriotas que querían regresar a España al no tener
trabajo aquí, paga 275 pasajes de su peculio, y concurre al puerto a despedir a
sus infortunados compatriotas.
Quizá muchos memoriosos
recuerden el famoso bazar Dos Mundos, pero pocos tal
vez sepan de la generosidad de su fundador, José Roger Balet que fue un ejemplo de solidaridad
y altruismo en aquel Buenos Aires que se fue y
el que la filantropía no era una práctica común.
Otros
pensarán también que ésta generosidad si viene
de un comerciante que hizo fortuna no es tal, pero…pero, cuantos otros se
llenaron los bolsillos sin “derramar” ni medio “mango”.
Roger
Balet falleció en Buenos Aires, en el año 1973, a la edad de 84 años.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES:
---http://www.revisionistas.com.ar/?p=11075
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