martes, 30 de junio de 2015

MARÍA MARTA SERRA LIMA



María Martha Serra Lima

“A su manera”





“Nací y viví en Martínez. Suelo pensar que, en realidad, la vida nos enseña a lo largo del camino”. “Papá nació en 1898 y cuando conoció a mamá ella tenía seis años, en 1922… ¡Cuiden a María Marta que la hará crecer para casarme con ella! (decía en broma). Cuando cumplió 17 la broma se transformó en amor y se casaron. El tenía un negocio importante de automóviles, pero su vocación era la música: barítono, dejó cuando se casó, ya que no era bien visto por la familia. Como caballero, por éticas y códigos no podía cantar, solo para beneficencia”.

“Mis tres hermanos (uno fallecido) amaban el canto, a mí siempre me fascinó cantar. Papá no quería, y lo decía de un modo tan tierno que era imposible desobedecerlo. En Mar del Plata, a mis 15 años, en el Hermitage había un concurso de aficionados. El primer premio era una joya de Ricciardi, una polvera de oro. Me anoté y cantando con mi guitarra folclore y canciones románticas, gané el premio. Cuando me casé mis padres me regalaron una casa en Martínez.”

 “Antes de ser cantante fui profesora, daba clases de guitarra. A los 32 años lloré la muerte de mi padre y al tiempo encontré gente de un taller donde prácticamente me obligaron a asumirme “cantante”. Me presenté en un lugar de moda, Afrika, del Hotel Alvear. Para que estuviera tranquila me dijeron que era solo para amigos, parientes. Me comí la manzana y acepté. Nunca había cantado con los equipos modernos, luces, micrófonos, pero la verdad es que me sentí como pez en el agua.”

“El escuchar mi voz reproducida a la perfección fue muy emocionante. Yo canto porque es un placer, me divierte, me emociona y ese lunes en Afrika me oí con fidelidad. Me aplaudieron a rabiar. Pensé: son amigos… Me propusieron volver… estuve 7 años en Afrika.”

“Si no fuera tan sensible a las cosas que pasan, que conozco, que miro un cuadro, una película, una canción, no podría cantar como lo hago.”

“Mis canciones son como un granito de arena, actúan como bálsamo en determinadas situaciones. Un señor fanático de mi versión de A mi manera, el tema que Paul Anka escribió para Frank Sinatra, cuando tuvo una enfermedad terminal decidió que en su sepelio se tocara mi versión del tema. Cuando escuché la anécdota quedé helada, mi voz diciendo esos versos cuando se juntó su vida con la muerte…”

“Por suerte mis hijos, Patrick y Cecilia tienen edad para ser mis amigos. Su mérito: mis nietos. Patrick es la tecnología a la música. Cecilia canta. Los genes del abuelo no se perdieron. Hoy me reparto de Miami (mi centro de operaciones), las giras, y Buenos Aires que siempre me atrae. Me reconocen mis amigos del colegio y los parientes, que aceptaron por fin mi locura de ser artista.”

“Cantaré mientras la voz me responda. Fui compañera de Los Panchos y Armando Manzanero. Mi edad es un misterio, un enigma…”

María Martha Serra Lima crea en sus recitales una atmósfera especial. Según ella ser feliz es lo más importante… Lo expresa en su privilegiada voz y su cancionero, una caricia para el corazón.



Nathan Blum





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