2 de junio de
1537
LA BULA DEL PAPA
PABLO III
LOS NATIVOS DE AMÉRICA:
¿SON SERES HUMANOS O BESTIAS?
"No y mil
veces no, ¡paz en todas partes y para todos los hombres, paz sin diferencia de
raza! Sólo existe un Dios, único y verdadero para todos los pueblos, indios,
paganos, griegos y bárbaros. Por todos sufrió muerte y suplicio. Podéis estar
seguros de que la conquista de estos territorios de ultramar fue una
injusticia. ¡Os comportáis como los tiranos! Habéis procedido con violencia, lo
habéis cubierto todo de sangre y fuego y habéis hecho esclavos,
habéis ganado grandes botines y habéis robado la vida y la tierra a unos
hombres que vivían aquí pacíficamente...”
Bartolomé de Las Casas
Desde
el mal llamado “descubrimiento” y hasta el 2 de junio de 1537, o sea durante 45
años, los españoles y la propia corona colonizadora entendían que los “indios” –mal llamados así a los nativos de estas
tierras– eran semejantes
a las bestias, seres subhumanos,
animales de carga, sujetos a explotación y vejámenes.
Recién el 2 de junio de 1537 mediante una Bula
del Papa Pablo III, se reconoce carácter humano a los “indios”.
Bartolomé
de las Casas (1474 - 1566) llegó a estas tierras como
encomendero español, era fraile
dominico, cronista, filósofo, teólogo, jurista, obispo de Chiapas en el Virreinato de Nueva España. Fue además y ante todo, el
principal protector de todos los nativos de las Indias.
PABLO
III
Alessandro Farnese (Estados Pontificios, 1468 - Roma, 1549) perteneció a una influyente
familia de la nobleza italiana, hizo la mayor parte de su carrera eclesiástica
sin ser sacerdote: fue nombrado cardenal en 1493, aunque se ordenó recién en
1519. Accedió al Papado al morir Clemente VII en 1534. Fue un príncipe
renacentista, mecenas de artistas como Miguel Ángel, a quien encargó los
frescos de la Capilla Sixtina (1508-1512).
En su Corte romana llevó una vida lujosa y
fue habitual su nepotismo, mediante el cual engrandeció a su familia.
Durante su pontificado se inició la Contrarreforma,
para hacer frente al cisma protestante: Pablo III reunió el Concilio de
Trento (1536), aprobó la fundación de la Compañía de Jesús (1540) y de otras
órdenes religiosas. Reorganizó la Inquisición romana (1542), puso en marcha la
elaboración del primer Índice de libros prohibidos por la Iglesia que se
publicaría en 1559 y apoyó la lucha de Carlos V contra los protestantes
alemanes. Su oposición a las ambiciones de Enrique VIII llevó a la ruptura
entre el Papado y la Iglesia de Inglaterra, que pasó a estar bajo la autoridad
de la Corona inglesa.
LA BULA PAPAL DEL 2 de junio de 1537
Sublimus Dei o Sublimis Deus fue una bula promulgada por el papa Pablo III el 2 de junio de 1537. En ella el papa establecía el derecho a la libertad de los indígenas de las Indias, hasta entonces considerados oficialmente bestias sujetas como tales a cualquier exceso, servidumbre y tratos indecorosos. Prohíbe someterlos a la esclavitud y dicta la conveniencia de predicar entre ellos la doctrina cristiana.
A finales de 1536 o comienzos de 1537 el obispo
de Tlascala, de México, Julián Garcés, escribía su carta a Pablo III donde razonaba
que los españoles, antes de conocer a Cristo, también eran paganos y que los
indios eran personas que, no por
desconocer la fe de Jesucristo debían
recibir un trato discriminatorio.
El
Papa publica su bula en esta
misma línea de razonamiento:
“…que todas las gentes que en el futuro llegasen al
conocimiento de los cristianos, aunque vivan fuera de la fe cristiana, pueden
usar, poseer y gozar libre y lícitamente de su libertad y del dominio de sus
propiedades, que no deben ser reducidos a servidumbre y que todo lo que se
hubiese hecho de otro modo es nulo y sin valor, [asimismo declaramos] que dichos indios y demás gentes deben ser
invitados a abrazar la fe de Cristo a través de la predicación de la Palabra de
Dios y con el ejemplo de una vida buena, no obstando nada en contrario.”
Lejos de reconocerles el derecho a predicar sus
propias religiones y sus culturas, se los instiga a abrazar la fe cristiana,
mediante una “invitación”; no
obstante este sería un paso adelante al menos teórico de comenzar a tratarlos
como seres humanos.
La situación de los nativos no cambió
fundamentalmente, ya que continuaron los excesos de todo tipo: esclavitud,
explotación, a los habitantes de esta América, que vio diezmada su población por persecuciones y genocidios en casi un 80%.
CATÁSTROFE DEMOGRÁFICA EN AMÉRICA TRAS LA LLEGADA DE LOS EUROPEOS
Se comprobó
que la población indígena experimentó una catástrofe demográfica, aunque para algunos historiadores es
discutida su cuantía. Dónde se cree que la
hubo y sus causas, siguen siendo motivo de controversia. Tal disminución no ha
sido registrada para la población originaria del Viejo Mundo (colonizadores europeos y esclavos negros secuestrados en África),
que en algunas regiones mantuvo considerables grados de mestizaje con la población indígena.
Existía en América
al momento del primer
viaje de Colón una cifra
estimada en unos 100 millones de indígenas. La conquista y colonización del
continente americano por
las potencias coloniales produjo millones de emigrantes (no siempre
voluntarios) del Viejo Mundo, y el traslado de esclavos africanos, todos los cuales se establecieron permanentemente en América.
Historiadores y demógrafos suelen
coincidir en que muchas enfermedades infecciosas inexistentes
en América hasta el momento de la invasión no existían entre los nativos, y que
por lo tanto, fueron traídas por los colonizadores europeos; una de las
infecciones que dañaron
masivamente a la
población indígena americana fue la viruela.
Pero no solo la enfermedad mataba a
los nativos de América, sino también las guerras y la violencia de la
conquista, así como las condiciones de explotación a que eran sometidos.
En ocasión del Quinto Centenario de la
llegada de los europeos a América, en 1992, diversas organizaciones
indígenas, intelectuales y dirigentes políticos principalmente americanos,
renovaron los debates sobre el tema y denunciaron lo que a su criterio significó un genocidio.
En la actualidad existen tres corrientes historiográficas con
posturas divergentes respecto al volumen de la población americana
precolombina:
• La corriente alcista, defendida
fundamentalmente por algunos estudiosos estadounidenses, estima la población
americana previa a la llegada de Colón en 100
millones o más, como defiende Woodrow Borah (1964) o de 90 a 110 como estima
Henry F. Dobbyns (1966).
• La corriente intermedia o alcista moderada,
defendida por historiadores como Karl Theodor Sapper (1924), Paul Rivet (1924),
Herbert Joseph Spinden (1928), William M. Denevan (1956), calcula una población
de entre 40 y 75 millones de nativos.
• La corriente moderada o bajista estima
que la población nativa nunca alcanzaría los 20 millones de habitantes. Defensores de posturas encuadrables en esta corriente son
el hispanista y filólogo venezolano Ángel Rosenblat (1945) que calculaba
que la población ascendería a unos 13,3 millones o el historiador Alfred Louis
Kroeber (1939), que defiende una cifra más menguada aun de 8,4 millones de
personas. Sin embargo esta última debe
desestimarse, ante la comparación con los millones de muertos
ocasionados por la conquista.
ESTIMACIONES DE MUERTOS EN LA AMÉRICA POSCOLOMBINA DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS
La
estimación de Bartolomé de Las Casas
sobre el número de indígenas muertos entre 1492 y 1542
es defendida por algunos autores y rechazada por
otros; el mismo debate se da sobre las causas de las muertes. De Las Casas
culpa de aquella mortandad principalmente a la conquista militar, a los malos
tratos y a la
esclavización. En cambio otras fuentes la atribuyen fundamentalmente a las
epidemias importadas.
·
En La Española 1.100.000 a 3.000.000 de muertos
. En Cuba, Jamaica, Puerto Rico y las Antillas
· Menores 3.000.000
. En Castilla de Oro 1.000.000
·
En Nicaragua 500.000 a 600.000
·
En México Central 4.000.000
·
En Soconusco 200.000
·
En el Golfo de Paria y la Costa de las Perlas
1.000.000
· En Venezuela 4.000.000
·
En Perú 4.000.000
· Cifras desconocidas en Yucatán, Cartagena de Indias, río Yuyaparí, Florida, Río de la Plata, Nueva Granada y Santa María.
Cualesquiera
sean las fuentes de estas cifras, son elevadísimas al comparárselas con los
modernos genocidios, como el judío o el armenio y no por ello debe restarse
importancia a éstos.
Como
corolario del presente estudio surge que:
1)
A los nativos se los
consideraba animales, expuestos a la matanza.
2)
Aun tras la Bula de Pablo
III fueron eliminadas nada menos que las dos terceras partes los calculados 100
millones de originarios que habitaban América.
No obstante, aún se conmemora en muchos países del continente el
12 de octubre como el “Día de la Raza”. ¡Ironías de la historia!
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
- http://ateosyrepublicanosmentiras.blogspot.com.ar/2008/10/el-genocidio-america
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