martes, 2 de junio de 2015

UNA PORTERA DE BALVANERA




NELLY EN SU TRABAJO DIARIO



Nelly Pereira no quiere dejar de trabajar. Con sus 90 jóvenes años encima y con 65 de servicios prestados en la portería de la avenida Corrientes 1950, se la ve todos los días, mañana y tarde, firme al pie del cañón.

Comenzó a trabajar en el Año del Libertador 1950, cuando el edificio recién se inauguraba, sin vivienda, ya que ella reside en el Abasto en un pequeño departamento alquilado. Dos veces al día recorre las siete cuadras que la separan de la portería, de ida y vuelta, para cumplir con sus funciones.

El edificio consta de solo 16 departamentos, todos de tres ambientes. A esta altura, Nelly pasó a ser parte integrante del lugar. Conoció a los primeros propietarios, de los que ya no queda ninguno, y a los comerciantes de la zona, que es principalmente mayorista.

Conoce vida y milagros del barrio, y es estimada por los vecinos; es un poco la abuela de todo el vecindario, que la valora en su larga actuación en el consorcio.

Mes a mes llega con su changuito hasta la Perfumería Bettina para efectuar la comprita de los artículos de limpieza que usará en el edificio, y lo hace siempre con una sonrisa y con una paciencia y tranquilidad envidiables. En la visita a este local comercial, suele contar alguna de sus historias vividas en el edificio y en Balvanera. En comercios vecinos le hacen descuentos y hasta le fían de ser necesario, concesión que trata de no utilizar nunca.

Cuenta que se entristece cuando llega el fin de semana y no puede ir a trabajar. Le teme a la soledad de su casa y extraña el bullicio de Corrientes y Paso, así como las charlas cotidianas con vecinos y comerciantes. Los fines de semana son para ella una penitencia.

Vio pasar muchos administradores, sin embargo ella permanece en su puesto de encargada como una empleada de lujo, respetada y mimada por todos.

Nelly, ¡por muchos años más!



                                                            Marta Romero




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