BALVANERA Y SU HISTORIA
El segundo edificio del Mercado de Abasto o “Mercado nuevo”
EL EDIFICO EN 1945 |
Entre
el proyecto del primer edificio del Mercado de Abasto (1889) y el del segundo
(1931), se opera en la ciudad de Buenos Aires una transformación edilicia,
impacto de las nuevas corrientes modernistas en la arquitectura y de las
crecientes necesidades de la población, que tras la intensificación migratoria
entre 1904 y 1913 se incrementó notoriamente. Ya para el año 1921 el antiguo
mercado quedaba chico, el directorio del Mercado decide encarar su reemplazo
por uno nuevo, más amplio y con mayores comodidades adecuadas al consumo creciente. El
reemplazo deberá realizarse en etapas a fin de evitar la paralización de las
actividades. Para ello llama a un concurso de proyectos, aunque ninguno de los
presentados es elegido, tal vez por no adaptarse a los rasgos modernistas
requeridos. Finalmente recurre al estudio Delpini, Sulcic y Bes, que produce un
proyecto que conforma las aspiraciones del directorio. El ingeniero José Luis
Delpini, graduado en la UBA en 1921, comenzaría con esta obra una brillante
carrera, que lo llevaría a construir el estadio del Club Boca Juniors, un
verdadero alarde de diseño, con una tribuna ganada al vacío. El arquitecto
Victorio Sulcic aportará su cuota de expresión y poesía, en tanto que el
ingeniero Raúl Bes organizará los aspectos empresariales. La obra concuerda con
el proyecto orgánico de urbanización definido hacia 1925 por el intendente
Carlos M. Noel, donde la insuficiencia de grandes establecimientos mayoristas
hacía que la red de mercados minoristas existentes no cumpliera eficientemente
con dicho rol.
La primera etapa del proyecto –que por otra parte será la
única, ya que la segunda nunca se llevó a cabo– se realizará a partir del nivel de la vereda de la calle
Corrientes, quedando por lo tanto visiblemente expuesta la obra inconclusa,
debiéndose efectuar el acople de los dos mercados, el nuevo de características
modernas y el viejo conservando su fisonomía original.
LA ESCALERA MECÁNICA ORIGINAL |
Comenzada la obra, durante las excavaciones que se practicaron en el sector, fueron encontrados –como un hecho adicional– restos fósiles pertenecientes a especies extinguidas de mamíferos: uno de los géneros de caballos típicos del país, que prosperaron cientos de miles de años atrás. El nuevo edifico ocupará 12.161 metros cuadrados con una superficie cubierta de 48.996 (más que triplicando la del antiguo mercado), al que se adicionarán 9.098 del tinglado del mercado viejo, completando las dos manzanas con un total de 21.259 m2. El edificio se desarrollará en cuatro plantas: un primer subsuelo cuyo nivel estaba determinado por las vías del ferrocarril, y un segundo subsuelo por el que se accedía a la línea “B” del subte Lacroze. El primer subsuelo fue asignado a la venta de carne en remate público y el segundo a la concentración de productos del interior y depósitos varios, como envases vacíos. La planta baja se destinó al comercio mayorista y el primer piso al comercio al por menor; se accedía a éste último por una sólida escalera mecánica, además de ascensores y montacargas que vinculaban las cuatro plantas. La cubierta del edifico se compone de cinco naves abovedadas, una central de 20.60 metros, y cuatro de 14.50 metros cada una, dispuestas paralelamente a ambos lados de la principal, perpendiculares a Corrientes, mientras las otras tres transversales cruzan de Agüero hasta Anchorena provocando bóvedas de crucería en los encuentros que producen un fabuloso espectáculo visual. Las bóvedas casetonadas, construidas con fondo de losa de vidrio concreto “glass-betón”, aseguran una luminosidad neutral y uniforme y una temperatura fresca, por estar protegidas de la acción directa de los rayos solares mediante mamparas traslúcidas especiales.
SUS TECHO ABOVEDADOS |
Las líneas de ventanales del
frente constituyen un complemento lógico de su arquitectura, cuyas partes
metálicas sostienen los vidrios de los ventanales que se abren simultáneamente
mediante maniobra eléctrica. Fue el primer edificio en el país en que se usó el
hormigón a la vista en fachadas e interiores.
El 24 de mayo de 1934 tuvo lugar la inauguración de la primera sección del edificio que marca un hito
en la calle Corrientes, en el barrio de Balvanera, en la zona del Abasto y en
el país. Constituye una de las obras más estéticas de la ciudad, por la que obtuvo el primer premio
municipal a la mejor fachada.
Los 540 puestos minoristas del
primer piso eran de hierro metalizado enchapado en acero inoxidable y las
mesadas de mármol de Carrara. Cada puesto contaba con teléfono y fuerza motriz.
La cámara frigorífica estaba dividida en celdas donde cada puestero podía
conservar su mercadería, garantizando así la calidad y garantía de sus
productos.
En noviembre de 1952 se desató un
incendio en el subsuelo que tardó varios días en ser controlado, sin causar
víctimas ni daños materiales irreparables.
LOS PUESTOS MINORISTAS DEL PRIMER PISO
LOS PUESTOS MINORISTAS DEL PRIMER PISO
Y… el Mercado se fue el 14 de octubre de 1984, día en que cerró el mítico Mercado por el que pasaron figuras como
Carlos Gardel, Aníbal Troilo, Tita Merello, Pepe Arias, Luis Ángel Firpo, Luca
Prodan, Roberto Rufino y tantos otros… que se cruzaron con los puesteros, changarines,
peones y choferes, que con su esfuerzo hicieron posible el abastecimiento de
productos frescos al barrio y a la población en general.
Y… el Mercado se fue
sin que cien bandoneones –uno por cada barrio– lo despidieran con un rezongo quejumbroso, tal como lo
había propuesto el escritor León Tenenbaum.
Y… el Mercado se fue
para devenir primero en tierra de nadie, y luego en un Shopping, que priorizó
el negocio y desperdició la posibilidad de un importante centro cultural como
reclamaban los vecinos, se priorizaron los espejitos de los colores más
brillantes del año 2000, a la cultura, al patrimonio y a la historia.
Y… el Mercado se fue
dejando de lado el proyecto del pintor Antonio
Berni, elaborado por los arquitectos Enrique
Bares, Margarita Charriere, Roberto Germani, Alberto Sbarra y Marcos Winograd,
para transformarlo en un Centro Cultural al estilo
del Mercado de Les Halles de París,
denominado Georges Pompidou. Sonia
Berjman y José Fiszelew se suman
al llamado de Berni y elaboran también un programa del potencial centro
cultural. El proyecto partía de la base de respetar la preservación de las
estructuras del edificio, para desarrollar un centro de “arte vivo”, de “arte
para hacer”, integrando al mismo tiempo una gama de disciplinas. La falacia de
siempre (la falta de presupuesto) traducida en la falta de voluntad política
frustraron las iniciativas. El periódico Primera Página jugó por entonces un papel de firme reclamo que se
extendió hasta la inauguración del Shopping, y el cansancio de los autores del
proyecto. Se aprobó en cambio el del complejo Comercial-Cultural del Hogar Obrero, que finalmente también
naufragó junto con el propio Hogar Obrero, dejando un tendal de pequeños
ahorristas damnificados.
OTRO ASPECTO DEL EDIFICIO SOBRE AGÜERO |
Aparece entonces un nuevo “actor” en escena, George Soros con su grupo IRSA S.A.,
que le pondrá el moño al negociado, al quedarse con el edifico a un bajo costo por la desvalorización de
las letras del Hogar Obrero (diferencia que pagaron sus ahorristas). El
Shopping se convertiría así en una exhibición híper comercial de las primeras
marcas más cotizadas del país. “El Mercado se vistió de gala” desmantelando las
escaleras mecánicas (las primeras de Sudamérica), vaciando el interior del catedralicio
edificio –toda una joya
arquitectónica–,
transformándolo todo a formato shopping y destruyendo un hito patrimonial de la
ciudad, que devaluó su esencia. Sin responsables visibles, sin una legislación
protectora y con escasos reproches, el edificio entró en una nueva y falsa moderna etapa.
Carlos Gardel y Luca Prodan,
dos figuras emblemáticas que marcaron al Abasto: en los años ’20, Carlos Gardel, con el tango y en los años ´80, Luca
Prodan, con el rock, ambos en un paralelismo de música popular. Ninguno de los
dos eran argentinos, pero eligieron “el Abasto” y nuestro país como su patria de adopción,
figuras agigantadas por la prematura muerte de ambos a los 44 y a los 33 años
respectivamente. “Gardel cada día canta mejor y Luca vive” como lo atestiguan
los vecinos.
Gardel vivió en la calle Jean Jaurés y Luca en la calle Gallo (su novia también vivió en el barrio). Gardel nos dejó tanto y
Luca, por no
ser menos,
compuso desde su grupo Sumo “Mañana en
el Abasto”, cuando el barrio pasaba por su peor momento, pero por el que
sentía una fascinación especial: “…los bares tristes y vacíos ya por la
clausura del Abasto, José Luis y su novia se besan por el Abasto, yo paso y me
saludan bajo la sombra del Abasto…”.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-Aslan, Liliana y otros, Bs.
As. Balvanera 1817-1970, Facultad de Arquitectura
de Bs. As., 1993.
-Berjman, Sonia y
Fiszelew, José, El
Abasto un Barrio y un Mercado, Corregidor, 1999.
-Buenos Aires nos
cuenta, nº 8 de
abril de 1988.
-Chepelinsky-Baldi, Antiguos Mercados de la
Ciudad, Apuntes del Instituto de Investigaciones Históricas
de Buenos Aires, 1986.
-Sameer Makarius, Buenos Aires mi ciudad, EUDEBA, 1963.
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