Los artistas tienen un
lugar hecho a su medida para expresarse en Almagro
En los últimos años Almagro se fue
convirtiendo en un polo gastronómico y cultural de envergadura con sus teatros,
sus escuelas de arte y de danza y sus bares culturales. Imaginario Cultural Bar - Cultura Circular constituye un ejemplo
acabado en ese sentido. Es un bar cultural, situado en Bulnes y Guardia Vieja, con una trayectoria de un cuarto de siglo.
Por El
Imaginario pasaron –y
lo siguen haciendo–
artistas de todo tipo y, muchos de ellos, realizaron sus primeras
presentaciones en ese espacio: Willy Crook, Los Tipitos, Catupecu Machu, Los
Gardelitos, La Doblada, Estelares, Palo Pandolfo, Skay Beilinson, Lapsus y
tantos otros.
Los propietarios del bar son Javier Lecumberry, músico –integrante de La
Doblada–
y Matías Godio, sociólogo, quienes
se conocieron de casualidad jugando un partido de fútbol en las canchitas de
Gurruchaga y Charcas. Juntos idearon Imaginario Cultural, que en septiembre
cumplió veinte años en Almagro.
El imaginario Cultural en la esquina de Bulnes y guardia Vieja
Lecumberry nos cuenta cómo surgió el emprendimiento: “Éramos muy jóvenes, teníamos ganas de tener un lugar para expresarnos y mostrar lo que hacíamos. Primero pensamos en un barco lleno de artistas recorriendo las riberas y después mutó a un lugar quieto como es una esquina. Se transformó en un centro cultural. El proyecto fue como una experiencia nomádica, fue mutando hasta hacerse concreto y tangible en 1994, cuando arrancamos en Honduras y Armenia, Palermo. Los dos teníamos la inquietud de armar un lugar para que la gente pueda expresarse y nosotros también. En septiembre de 1999 vinimos para Almagro con lo puesto. Nos instalamos en Almagro porque nos parecía que era un lugar muy lindo, que está en el centro de la ciudad. Teníamos conciencia de que había varios teatros alrededor y que la gente no tenía un bar adonde ir cuando salía. Aprovechamos la experiencia que habíamos recogido en los cinco años en que estuvimos en Palermo”.
En los últimos meses en El Imaginario tocaron bandas como Flormaleva
–grupo
de Almagro que se vuelve a presentar en octubre de forma gratuita–, El Soldado,
Viejos manchados, Roben y las noruegas, Guardia Vieja, Ojo caníbal, Las
terminales, Impunes, Té de jazmín, The human blue.
Según Lecumberry:
“el
nombre ‘Imaginario Cultural’ sintetizó un montón de pensamientos: queríamos que
todos tuvieran acceso a un espectáculo, que cualquiera que quisiera leer una
poesía, representar una obra, leer un libro o ver una película pudiera hacerlo.
Le pusimos el lema ‘Cultura circular’ porque hay dos días a la semana en que
los espectáculos son gratuitos”.
Además de recitales de bandas de rock y
pop, en su mayor parte –aunque
también hay espectáculos de grupos de tango, folclore, jazz y blues–, en el bar se
desarrollan muestras de fotografía y pintura. Quien esté interesado en exhibir
su material, debe presentarse los martes, miércoles y jueves a partir de las 20,
muestra lo que hace, se arregla una fecha y expone su obra; no se le cobra
nada. Asimismo, se dictan clases de teatro y todos los martes a las 20.30 tiene
lugar el ciclo denominado Carnaval de cortos, que es gratuito. La convocatoria
es abierta: de las 19 a las 20.15 la gente lleva su pendrive y muestra sus
cortometrajes.
La oferta gastronómica es muy amplia: hay
pizzas, empanadas, hamburguesas de carne, de pollo, de lentejas, picadas,
omelettes, tostados, ensaladas de cualquier tipo. En cuanto a las bebidas, hay
de todas las clases, whiskies, tragos. Esencialmente es un bar pero al mismo
tiempo se puede comer.
Imaginario
Cultural
se caracteriza por ser un lugar económico y accesible tanto respecto a la
gastronomía como al precio de las entradas de los espectáculos, algunos de los
cuales, como dijimos, directamente son gratuitos. El público que concurre al
lugar es diverso. Hay gente que va específicamente para ver un espectáculo, hay
habitués que son vecinos, van muchos actores, músicos.
Cuando le preguntamos a Lecumberry si se cumplieron las expectativas que tenían al abrir el bar, responde: “El barrio fue creciendo para el lugar que creímos que lo iba a hacer. Se desarrolló bastante la cuestión cultural. Cuando llegamos éramos el único bar que había. Recién en 2006, 2007 abrió uno cerca, ahora hay muchos. En 1999 el barrio estaba muy abandonado. Había que limpiarlo, tirarle un poco de alegría. Ahora está muy lindo, llegó a ser lo que creímos que iba a llegar a ser. Nosotros lo vimos eso, vimos que iba a crecer cuando empezamos a buscar por acá en 1998. Queríamos remozar este costado de la ciudad. Ahora el barrio está limpio, bien iluminado, es seguro. Nosotros, los vecinos, nos encargamos bastante de eso, fue entre todos”. Lecumberry señala que el bar no es redituable, “es como tener un trabajo cualquiera. Es una elección de vida. Yo soy músico, pasa por ahí”.
Indudablemente, la supervivencia de
tantos años de El Imaginario frente
a tantos proyectos similares que resultaron fallidos indica que el público se
identificó y se identifica con su propuesta de libertad, frescura, autenticidad.
Así como los impulsores del bar adoptaron a Almagro como centro de expresión,
los vecinos del barrio adoptaron al bar como lugar gastronómico, de reunión, de
arte y entretenimiento, en definitiva, como lugar de pertenencia.
Imaginario
Cultural
abre de martes a domingo de 19 horas a 3 de la mañana.
Laura Brosio
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