La biblioteca del Parque
de la Estación
El
Parque de la Estación despliega su veta
cultural
EL CUERPO PRINCIPAL DE LA BIBLIOTECA |
El 14 de junio pasado
fue una jornada trascendente para los barrios de Almagro y Balvanera, ya que se
inauguró el Parque de la Estación,
el tan ansiado y anhelado proyecto por el cual los vecinos lucharon durante 19
años. Ese día se habilitó para el uso barrial el gran galpón de 210 metros de
largo por 17 de ancho, perfectamente reacondicionado como sector cultural,
educativo, deportivo y de memoria de las Comunas 3 y 5, y el área de parque
hacia la calle Anchorena. Dentro del galpón se encuentran la biblioteca, el
vivero y el salón de usos múltiples. Otras dependencias se irán incorporando
paulatinamente.
Cuando los vecinos
dialogaron con el gobierno porteño acerca de las características que debía
tener el Parque de la Estación, propiciaron que no se tratara de un mero
espacio verde sino que fuera una iniciativa integral que tuviera una veta
cultural y educativa. Por ello solicitaron que se instalara una biblioteca. Ese
espacio pertenece a la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de
la Lectura que a su vez depende del Ministerio de Cultura del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires.
EL ESPACIO PARA LOS MAS PEQUEÑOS |
Apenas traspasamos la
puerta vidriada de la biblioteca del Parque de la Estación, percibimos que es
un lugar muy agradable y acogedor. Realmente dan ganas de quedarse y sumergirse
en la lectura. Sus amplias aberturas vidriadas le otorgan gran luminosidad. De
un lado se aprecia el espacio verde y del otro, el paso del tren. Hay pequeñas
mesas individuales, muy delicadas, y mesas largas, algunas con computadoras. Una
frase de la escritora cordobesa María Teresa Andruetto, grabada a lo ancho de
la pared del fondo, marca el espíritu del espacio: “Leemos en nuestra necesidad
de ensimismarnos, pero también porque buscamos intensa, desesperadamente,
comunicarnos”. Otra escritora, la entrañable inglesa Virginia Woolf, nos brinda
un mensaje inspirador, escrito en forma más pequeña en otro sector, al lado del
espacio infantil: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la
libertad de mi mente”. Dos visiones de encumbradas representantes del mundo
literario que dan para pensar.
La biblioteca, que
abarca 700 metros cuadrados, consta de 6.000 volúmenes, distribuidos en cuatro anaqueles:
Ciencias, Humanidades, Artes y Literatura. Para las próximas semanas se espera la
incorporación de 2.000 volúmenes más. El contenido es variado, es una
biblioteca que está muy bien provista. Hay muchos libros infantiles y
juveniles, que tienen gran demanda. Predomina la literatura argentina y
latinoamericana. Hay libros de historia, cine, filosofía, psicología,
comunicación, gramática, diccionarios importantes, una colección de dramaturgia
editada por Proteatro.
OTRO ASPECTO DE LA BIBLIOTECA |
“Esta biblioteca fue
pensada como una biblioteca del siglo XXI, como lugar de encuentro. Es un
espacio de socialización, de integración, por las características del barrio,
el cual tenía muchos problemas de robos, de inseguridad. Los vecinos querían que
fuera un espacio de integración, un lugar amable para el barrio. Es un barrio
que tiene muchas corrientes migratorias; la idea era que fuera un lugar de
encuentro, de participación, que la gente esté cómoda en este lugar. Por eso es
una biblioteca abierta: la gente puede tomar los libros de los anaqueles y
leerlos acá. Si se los quiere llevar tiene que hacerse socio, para lo cual debe
traer el documento y la factura de un servicio para certificar su dirección. Puede
llevarse tres libros por el lapso de 15 días”,
señala Andrea Santapaola, coordinadora
de la biblioteca. Hasta el momento la biblioteca tiene 350 socios, hay cerca de
1.000 libros circulando en el barrio.
La biblioteca cuenta
con un espacio infantil: una colorida y vistosa plaza seca con juegos y libros.
También hay una sala de exposiciones. A fines de julio se estaba desarrollando
una muestra llamada Literatura y
videojuegos, que vinculaba los videojuegos con los relatos clásicos de la
literatura. “A los chicos les encanta porque es un espacio retro. Ellos viajan al
pasado y ven con qué jueguitos electrónicos jugaban sus padres”,
comenta Santapaola. Asimismo, hay narradores teatrales para los niños. En el
lugar está, además, la sala de producción, que sirve para varios propósitos. Allí
pueden reunirse los vecinos, los chicos de las escuelas secundarias pueden
realizar sus tareas, se arman grupos de estudio.
Las actividades que se
desarrollan en la biblioteca son múltiples. Hay encuentros con escritores, muy
concurridos, donde participan mucho los vecinos, así como talleres de narrativa
y presentaciones de libros. Las escuelas del barrio realizan una visita guiada,
momento que se aprovecha para asociar a los alumnos, si bien muchos ya son
socios porque concurren a la biblioteca los fines de semana con sus padres. Los
docentes están acompañados por narradores, lo cual hace la visita más amena
para los chicos.
“A la biblioteca
asisten muchos vecinos del barrio, que están muy comprometidos con este
espacio, colaboran mucho, incluso donan ejemplares de sus propias bibliotecas. También
viene gente de otros barrios, algunos investigadores. La biblioteca es cada vez
más concurrida. Estamos muy contentos con el barrio, con los vecinos, con
quienes nos llevamos muy bien. El futuro es muy auspicioso. Estamos encantados
con este lugar. Recibimos muchos elogios de parte de los que concurren”,
afirma satisfecha la coordinadora de la biblioteca.
La biblioteca del
Parque de la Estación abre de lunes a domingo de 10 a 20 horas.
Laura
Brosio
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