miércoles, 2 de abril de 2008

" ESPEJOS"


LOS ESPEJOS DE EDUARDO GALEANO

El talentoso y prolífero autor uruguayo Eduardo Galeano se apresta a lanzar un nuevo libro llamado Espejos, y según declara será una especie de Historia Universal, porque leyendo los diarios, asiste a una clase de historia por lo que dicen y por lo que callen.

La historia es una paradoja andante. La contradicción le mueve las piernas. Quizá por eso sus silencios dicen más que sus palabras y con frecuencia sus palabras revelan, mintiendo la verdad.

Rememora los dichos de Oscar Wilde: “Yo puedo resistir todo, menos la tentación” y es esa tentación la que lleva a Galeano a contar la historia narrada por su pluma filosa, sin tapujos, cruda y dolorosa, aunque duela.

Narrará en Espejos algunos episodios de la aventura humana en el mundo, desde el punto de vista, según declara, “de los que no han salido en la foto”.

Vayan entonces algunos pasajes como muestra, ya que para muestra basta un botón:

-Cuando fueron desalojados del Paraíso, Adán y Eva se mudaron al África, no a París.

-Algún tiempo después, cuando ya sus hijos se habían lanzado a los caminos del mundo, se inventó la escritura. En Irak, no en Texas.

-Las tres novedades que hicieron posible el Renacimiento europeo, la brújula, la pólvora y la imprenta, habían sido inventadas por los chinos, que también inventaron casi todo lo que Europa reinventó.

-Los hindúes habían sabido antes que nadie que la Tierra era redonda y los mayas habían creado el calendario más exacto de todos los tiempos.

-En 1493, el Vaticano regaló América a España y obsequió el África negra a Portugal, “para que las naciones bárbaras sean reducidas a la fe católica”. Por entonces, América tenía quince veces más habitantes que España y el África negra cien veces más que Portugal.

-Tenochtitlán, el centro del imperio azteca, era de agua. Hernán Cortés demolió la ciudad, piedra por piedra, y con los escombros tapó los canales por donde navegaban doscientas mil canoas. Esta fue la primera guerra del agua en América. Ahora Tenochtitlán se llama México DF. Por donde corría el agua, corren los autos.

-El monumento más alto de la Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, que en el siglo diecinueve exterminó a los indios de la Patagonia.

-La avenida más larga del Uruguay lleva el nombre del general Rivera, que en el siglo diecinueve exterminó a los últimos indios charrúas.

-John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.

-Desde el año 1234, y durante los siete siglos siguientes, la Iglesia Católica prohibió que las mujeres cantaran en los templos. Eran impuras sus voces, por aquel asunto de Eva y el pecado original.

-Hasta el año 1986, fue legal el castigo de los niños en las escuelas de Inglaterra, con correas, varas y cachiporras.

-En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza.

-En nombre de la libertad, la libertad de comercio, Paraguay fue aniquilado en 1870. Al cabo de una guerra de cinco años, este país, el único país de las Américas que no debía un centavo a nadie, inauguró su deuda externa. A sus ruinas humeantes llegó, desde Londres, el primer préstamo. Fue destinado a pagar una enorme indemnización a Brasil, Argentina y Uruguay. El país asesinado pagó a los países asesinos, por el trabajo que se habían tomado asesinándolo.

-Haití también pagó una enorme indemnización. Desde que en 1804 conquistó su independencia, la nueva nación arrasada tuvo que pagar a Francia una fortuna, durante un siglo y medio, para expiar el pecado de su libertad.

-En 1964, los Estados Unidos invadieron Vietnam, porque Vietnam había atacado dos buques de los Estados Unidos en el golfo de Tonkin. Cuando ya la guerra había destripado a una multitud de vietnamitas, el ministro de Defensa, Robert McNamara, reconoció que el ataque de Tonkin no había existido.

Cuarenta años después, la historia se repitió en Irak.

Marta Romero

No hay comentarios: